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| lunes diciembre 23, 2024

La dimensión divina y la humana de Iom Kipur


El pueblo judío celebra esta semana la fecha más sagrada  de su calendario:  Iom Kipur, el Día del Perdón. La singularidad de la jornada queda en evidencia, entre otras cosas, por el hecho que inclusive judíos no observantes, no religiosos, respetan el Día del Perdón , numerosos van a las sinagogas-para muchos es el único día del año en que se hacen presentes en las casas de oración- y hasta ayunan. Esto, inclusive si a lo largo del año no actúan de acuerdo a las normas religiosas judías desde el punto de vista del cumplimiento de los preceptos de observancia, aunque ello claro está no significa que no respeten los valores básicos del judaísmo como personas de bien.

Y cabe preguntarse por qué. Qué tiene este día tan especial que “arrastra” multitudes. Por qué también judíos que a lo largo del año no se comportan de acuerdo a los preceptos determinados por la religión, eligen justamente uno que podría ser considerado de los más difíciles-ayunar un día entero- y lo cumplen.

Y se nos ocurre que ello se debe no sólo a la idea ya tan enraizada de que Iom Kipur es el día más sagrado del calendario judío, sino a la especial combinación entre su dimensión divina y su fe en el hombre.

Por un lado, claro está que aquí la palabra de Dios es determinante. Es EL, según la religión judía, quien decide,tras los diez días “terribles” (Iamim Noraim) entre el comienzo del nuevo año en Rosh Hashana y la llegada del Día del Perdón, el destino que tendrá cada judío, si será inscripto o no en el libro de la vida. Es a Dios que se dirigen durante días y días los rezos de las “Slijot”, una disculpa individual que cada uno pide por los errores cometidos, pero en un marco colectivo de gran significado.

Pero al mismo tiempo, el rol del ser humano es clave. A nosotros hasta nos parece lo central, ya que en principio, todo depende no sólo de la trayectoria que cada uno siguió a lo largo del año sino de la sinceridad con que expresa su arrepentimiento. Es que la cuestión no es, claro está, pedir “perdón” y continuar pecando , actuando mal con el prójimo, comportándose en forma inmoral  pensando que igual, el año próximo, volvemos a disculparnos.Es de destacar además, que cada hombre y mujer, en Iom Kipur, tienen la responsabilidad de pedir directamente a sus semejantes perdón por si los ofendieron o perjudicaron.

Leímos recientemente un interesante artículo del Rabino Gustavo Surazski, que lo explica muy bien, señalando que el asunto no es si ayunamos este año y el anterior sino “cuánto repercutió ese ayuno en nuestras vidas..cuánto nos ayudó a cambiar”.

Creemos que de aquí viene el sentido de las vestimentas blancas que caracterizan Iom Kipur…simbolizando pureza. Es la pureza de lo nuevo, de lo recién nacido a raíz de la nueva oportunidad.

No es casualidad que , especialmente en Israel, se despliegan tantos esfuerzos por hacer partícipe a la mayor cantidad de gente en los rezos del Día del Perdón. Rabinos del marco conocido como “Rabanei Tzohar”, considerados ortodoxos liberales que ponen énfasis en el acercamiento a los judíos todos, prepararon para el Día del Perdón carpas especiales en distintos puntos del país que alberguen a todos aquellos que deseen acercarse y tener “minian”  para poder rezar junto a otros judíos, aún fuera de sinagogas, procurando proporcionar libros de oración también en ruso y amhara, para que los oriundos de la ex Unión Soviética y de Etiopía, puedan seguir las plegarias tal cual estaban acostumbrados en sus hogares nativos. Y estarán los que oren , como lo hacen hace decenas de años, en las pequeñas sinagogas de sus barrios…quienes vayan  al beit kneset sólo para decir el Izkor por algún ser querido que físicamente ya no está..quienes ni siquiera ayunen y quienes no piensen en ningún momento en rezar, pero sientan igual la bendición de tener un día en el que lo central es mirar hacia adentro y tratar de corregir.

No es poca cosa, tampoco, el simplemente sentirnos parte de un colectivo con sus tradiciones y costumbres, que no para todos pasan por el prisma religioso.

Llega Iom Kipur y en el aire se siente que se acerca una jornada especial.

D´s , cabe esperar, escuchará las plegarias  y pedidos. No menos importante, nos parece, es que logremos que el prójimo escuche lo que nosotros tengamos para decirle si consideramos que hay algo para corregir. Y que cada uno tenga la grandeza , también, de saber perdonar.

Eso no lo puede resolver D´s.

 
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