Esta entrevista ya fue publicada aquí en su filmación original en zoom. Ahora nos place publicar el texto de la misma, lo cual puede facilitar las cosas para quien no dispone del tiempo necesario para mirar una entrevista completa. El tema, creemos, lo amerita, y es además muy oportuno al haberse celebrado días atrás el primer aniversario de la paz entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos.
La entrevista es a Ilan Sztulman, jefe de la misión israelí en Dubai, EAU, pero ante todo, el papá de Mia, la primera bebé israelí que nació en este país del golfo, singular símbolo de la paz entre ambos países.
Desde que se radicó en Israel a los 18 años, proveniente de su Brasil natal, Ilan Sztulman (casi 64) ha ido cumpliendo sueños y acumulando logros. Al leer su curriculum, uno siente que siempre ha estado en marcha.
Pero difícilmente podía imaginar en aquellos años, que hoy estaría donde está, siendo partícipe y protagonista directo del desarrollo de la paz entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos. Se instaló allí hace aproximadamente medio año y siente que está cumpliendo un sueño, que espera se prolongue por mucho tiempo.
Y quizás lo que más simboliza lo singular de lo que está viviendo, es precisamente que hace varias semanas, él y su esposa Jacqueline se han convertido en los padres de la primera israelí nacida en Dubai: Mia. En Dubai tienen también a Ana, la hermanita mayor de Mia. Ilan tiene otros cuatro hijos más grandes, en Israel.
El nacimiento de Mia fue ampliamente cubierto por los medios locales en Dubai y constituye para sus padres una gran emoción. Ante todo, claro está, por su llegada misma. Y además, por lo que simboliza en tiempos de paz.
Sobre esto y mucho más, hemos entrevistado al Embajador Ilan Sztulman, a quien tenemos el gusto de conocer desde hace muchos años, en sus primeros cargos en la Cancillería israelí.
P: Ilan, es una alegría entrevistarte como Jefe de Misión de Israel en Dubai, o sea cuando estás protagonizando una nueva etapa muy especial en tu carrera diplomática. ¿Estás siendo testigo activo del nuevo Medio Oriente?
R: Sí, literalmente así me siento, siento que estoy haciendo historia. Después de Argentina me ofrecieron ser embajador en otros lugares del mundo, fui Embajador, fui tres veces jefe de misión, pero con mi señora decidimos pedir para venir acá porque estamos haciendo historia en muchos sentidos. No sólo porque nuestra hija es la primera niña israelí que nace en los Emiratos sino porque estamos abriendo puertas que nunca antes habían sido abiertas. La sensación es que si conseguimos hacer que esto vaya bien, esto podrá ser un modelo que sirva a otros países en la zona.
P: ¿Y dirías que va bien?
R: No estamos corriendo todavía, pero estamos andando bien. Ojalá que esto aliente a otros y podamos tener la paz que soñamos por muchos años y muchas generaciones en Israel. Sí, nos sentimos como pioneros y haciendo historia.
P: Tú lo mencionaste un poco al pasar, pero fue un poco el detonante de esta entrevista: hace poquito nació tu quinta hija, Mía, la primera ciudadana israelí que nace en Dubai. Es realmente es un símbolo hermoso. ¿Qué se siente con ese trozo de historia tan simbólico, la primera israelí que nace en Dubái?
R: Muy bien sin duda. Todo fue muy emocionante. En el hospital sabían quiénes éramos, diplomáticos israelíes. Es muy difícil no saber, porque aún tenemos que andar con seguridad a todos lados. Sentimos mucha calidez. El tema salió en la prensa. En Israel nuestra Cancillería publicó un comunicado al respecto, pero acá el tema también salió en todos los periódicos y en la televisión.Me escribieron ministros emiratíes felicitándome. Realmente nos hicieron sentir muy bien.
P: ¿Dirías que todo va sobre ruedas?
R: Bueno, mira, todo acá es nuevo, no hay aún acuerdos sobre todo lo que hace a la relación entre dos países . Hemos firmado varios acuerdos hace poco pero recordemos que hay mucha cosa que no se sabe cómo hacer. Hasta hace unos meses hacer negocios con Israel era un delito acá, había una ley en ese sentido. Cuando nosotros llegamos, israelíes que empezaron a venir nos contaban que no podían sacar un documento de identidad porque en migraciones les decían que en el sistema no existe Israel.
P:¡No existía en el mapa del mundo!
R: Exacto. Y cuando registré a mi hija nacida acá, en el Ministerio me preguntan: “¿Religión cristiana?”. Le digo: “No, no, somos judíos”, y me dicen “No, pero no hay, hay musulmanes o cristianos, no hay judíos, no tenemos en el sistema”. Hay judíos acá, pero aparentemente ninguno de ellos tuvo hijos acá, o si tuvieron no los registraron como judíos. Israelíes no hay registrados, recién ahora empiezan a mudarse, hay como 40 ó 50 que están viviendo acá. Pero es todo nuevo, entonces para cada cosa tenemos que encontrar la forma.
P: Esto debe complicarles cosas comunes del trabajo me imagino.
R: Por un lado, es un trabajo muy difícil por cosas como el hecho que aún no podemos manejar aquí. O sea, aceptan la libreta internacional pero no la israelí. Pero por otro lado es lindo eso, porque es mucho trabajo y sabemos que estamos abriendo puertas que estuvieron cerradas por décadas. Tenemos que demostrar a todos que esto vale la pena, que puede funcionar no sólo con los Emiratos y Bahrein como ahora. Que hacer negocios con Israel es algo positivo, y quizás también los palestinos entren en esto algún día también.
Criar a las niñas en Dubai
P: Comenzamos contando lo del nacimiento de la primera niña israelí en los Emiratos, tu hija Mía. ¿Qué consideras que le espera?
R: Te puedo decir que mi hija más grande, Ana, que tiene ahora dos años y va al jardín, ya cambió completamente la perspectiva. Nosotros en Israel no íbamos a la escuela y veíamos a mujeres cubiertas, o una clase con hijos de palestinos, libaneses y sauditas, y ella sí. Ella va a la escuela y hay padres de todo el mundo, inclusive de la zona, y cuando hay cumpleaños la invitan y ya saben que los padres son israelíes, y todo bien.
P: ¡Qué bueno eso!
R: Cuando llegamos nosotros andábamos por la calle y veíamos a las musulmanas ortodoxas, así como en Israel tenemos a nuestros ortodoxos, que se visten diferente. Al principio ella, y nosotros también, mirábamos con extrañeza, y hoy es absolutamente normal. En Pesaj estábamos ya acá, y una persona que conocí, no un diplomático, con quien desarrollamos un poco más la relación, me pidió para saber de la fiesta y preguntó si podría venir a casa en esa ocasión. Así que hicimos el Pesaj con otra familia de israelíes y otra de emiratí, musulmanes, que llegaron con sus ropas tradicionales, la mujer cubierta, y nosotros hicimos el Séder en hebreo, explicándoles cada parte. Después en Ramadán él me invitó a su casa, a una cena de “Iftar” que rompe el ayuno cada noche. Esto para mí es un sueño, es algo hermoso que espero seguir viviendo durante los años que me quede en Dubai.Y mis hijas lo viven, lo vivirán.
P: Tenés que ir tomando apuntes para el libro….
R: ¿Libro? No, todavía estamos ocupados en trabajar y vivir todo esto. Es un principio también para nosotros, encontrar una escuela, encontrar una casa con todos los requisitos de seguridad, encontrar un lugar fijo para el Consulado, tener todo el equipo. Pero tras todas las dificultades con las que se lidia diariamente, al final del día mi sensación es que abrí otra puertita. Y la receptividad acá es increíble, ellos también tienen mucha curiosidad por saber quiénes somos los israelíes y quiénes son los judíos.
P: Tu hija mayor aún es pequeña como para verbalizar ¿Pero te parece que ya se puede ver en ella el proceso en el que todo lo que está viviendo se le hace natural?
R: Creo que sí. Nosotros en Israel, por el conflicto, cuando vemos a una persona que está vestida como vemos a tanta gente aquí, infelizmente puede sentir a veces cierto reparo. Mi hija ya no tiene eso. Está con naturalidad con la mamá de una niña amiga, que está cubierta, que es emiratí… ella tuvo durante tres meses una profesora que era de Paquistán, religiosa, a la que amaba. La convivencia es absolutamente normal. Y Ana lo vive así porque está creciendo en esta atmosfera.
El ambiente local
P: ¿En algún momento sentiste de parte de alguien alguna reacción con reserva, o realmente se han topado solo con reacciones positivas?
R: Yo no sentí de emiratíes nunca nada negativo. Hubo sólo un caso Estuve con palestinos cuando estábamos buscando personal para trabajar en la embajada, recibí un currículum de una persona con pasaporte jordano, la llamamos -porque tenía todos los requisitos- y el hombre dijo: “Mirá, yo soy palestino, no quiero trabajar para la representación de Israel”. Fue la única vez en la que sentí un tipo de reacción un poco distinta. Lo que siempre encuentro es mucha curiosidad, la gente quiere saber qué son los israelíes, cómo hacemos, cómo funciona. Los emiratíes son gente muy similar a nosotros, muy cálidos, esa tradición de recibir en casa y dar todo a los huéspedes, realmente hacen eso.
P: ¿Cómo explicarías el equilibrio entre Islam y modernismo en los Emiratos?
R: No hay acá Hermanos Musulmanes, esa es una diferencia muy grande, y no hay extremismo religioso. Es un país árabe, musulmán, y la ley sharía es la vigente, pero si vas en un shopping o la playa en Dubái podés ver mujeres vestidas como en Tel Aviv, con todo expuesto, y todo bien. Cuando nosotros llegamos nos dijeron “Mirá, no pueden besarse en público”, pero nada, completamente, hay musulmanes que ves que andan con mujeres atrás, pero hay de todo.
Cambio de fondo
P: ¿A qué atribuyes el cambio respecto a Israel?
R: Hay una decisión estratégica que tomaron los lideres, ellos quieren modernizar el país. Podrían tomar la plata del petróleo y guardarla en bancos en Suiza, pero no lo hacen, ellos invierten, tienen un plan. La educacion acá es gratis, si querés salir a hacer una maestría te dan la plata, cada emiratí que termina el servicio militar tiene derecho a un terreno en el que puede construir y tiene préstamos muy buenos. Si comparás Dubai con lo que era hace 30 ó 40 años es impresionante, y tienen planes para duplicar la población en diez años. Ya tienen un programa espacial. Por eso nos quieren, porque saben que tenemos tecnología y capacidad de innovar, y ellos necesitan eso. No quieren comprar tecnología, prefieren que venga alguien a hacer las cosas junto con ellos. En Israel funciona el sistema de compartir tecnología y trabajar juntos.
P: Es cierto, ese es un punto fuerte de Israel.
R: Mira, hace unos días estuve en una ceremonia de un grupo de compañías de medicina digital que están abriendo oficinas acá para desarrollar juntos con los emiratíes, la inversión es 50% y 50%. Ellos están invirtiendo en compañías israelíes para que estén acá y trabajen junto con científicos locales en desarrollar cosas que podrían comprar, porque tienen mucha plata, pero su pensamiento va por otro lado. Saben que hoy tienen petróleo, pero en 30, 40, 50 años, ya no lo tendrán. Por ley invierten seriamente en energía alternativa, tienen un plan estratégico y piensan 50 años para adelante.
P: Qué importante es eso.
R: Por eso tomaron esta decisión estratégica de romper el paradigma de que no se puede tener relaciones con Israel hasta que se resuelva la cuestión palestina. Ellos dicen: no es que no nos importe lo que pase con los palestinos, al contrario. Pero vamos a hacer la paz con Israel, vamos a empezar a desarrollar y tener contactos comerciales y sociales y esto va a ayudar a los palestinos a ver que se puede y que “los israelíes no son los monstruos que ustedes piensan”. Ellos están empujando en esta dirección. No todos los vecinos concuerdan con esta perspectiva, todavía tenemos trabajo por delante, pero el hecho de estar acá ya es una gran cosa.
P: ¿Qué peso das a la percepción conjunta de Irán como amenaza? Eso, aparte del deseo de innovar juntos.
R: Las dos cosas son reales, ellos también tienen mucho miedo de la amenaza iraní, solo en Dubái hay 400.000 iraníes que están haciendo negocios, la gran mayoría son tercera generación de gente que escapó de Irán, sus abuelos escaparon de los islamistas, pero están acá y tienen muchos negocios con Irán, muchos vuelos, tienen relación. Pero te recuerdo que desde Israel también teníamos mucha buena relación con Irán,. Nosotros no tenemos problema con el pueblo iraní, al contrario, sino con este régimen chiita, extremista y terrorista. Ese es el problema que tenemos nosotros, y ellos también. Ellos mantienen una relación con Irán, pero quieren tenerla también con nosotros.
Creo que la amenaza para ellos es importante, pero es menos significativa. Ellos miran al futuro, son un pueblo que planea todos los pasos de forma sistemática y entiende que hoy para sobrevivir en el mundo, es necesaria la renovación de información, tecnología, medicina y agricultura… Ellos quieren ser independientes, tienen todo el dinero para importar cualquier cosa que deseen, pero invierten en soberanía alimentaria. Traen agua del mar y la desalinizan para plantar trigo, aunque cueste más [que importar] porque quieren ser autónomos. En Israel estamos en la punta del desarrollo de todo esto, ¿por qué no hacer cosas juntos? Ahí cuando desarrollás un producto que sirva acá podés vender la tecnología para los vecinos.
P: Pero esto nada quita al tema iraní.
R: La amenaza geoestratégica con Irán está ahí también y entra en la ecuación, pero creo que el cálculo de que Israel es una potencia de tecnología e innovación para ellos vale mucho más que la defensa. Porque defensa tienen también la de Estados Unidos, no necesitar a Israel. Israel no va a entrar en guerra con irán para defender a los Emiratos, pero Israel sí puede dar capacidades de desarrollo en muchos campos que ellos encuentran prioritarios, como comida, salud, etc.
Resultados concretos
P: ¿Podrías darme algunos ejemplos concretos de los logros alcanzados?
R: Estamos a un año de que firmamos los acuerdos, algo más de medio año que estamos acá y en la balanza ya llegamos a 500 millones de dólares de los dos lados. Pensamos que a mitad del año que viene vamos a llegar a 1.000 millones. Y si no fuera por el Covid-19 estaríamos ya a mucho más, porque hoy es muy difícil hacer negocios, la gente no puede llegar a Israel y los que vienen acá tienen que hacer cuarentena, entonces mucho no quieren venir… Ellos no pueden entrar a Israel y nosotros tenemos pocos que lleguen, hay vuelos, pero muy pocos. Es otro desafío que estamos enfrentando y en poco tiempo hicimos mucho, la perspectiva es que vamos a hacer mucho más cuando el covid-19 baje un poco.
Abren las puertas y facilitan, están dispuestos a invertir, una de las primeras cosas que logramos hacer es un acuerdo de impuestos, que si vos pagás acá no pagás en Israel y viceversa, y eso facilita mucho para hacer negocios de compañías. Estamos haciendo otros acuerdos de garantía de inversión, hay un proyecto en el que yo estoy de una cámara de comercio india-emiratí-israelí, porque Dubái es una puerta para India y África. India es su socio comercial más grande, hay millones de indios trabajando. Y si una compañía israelí hace un acuerdo con una emiratí, tiene una entrada a India más sencilla. El potencial es muy grande y estamos en eso, haciéndolo funcionar.
A modo de resumen
P: Este tema es alentador. Para terminar ¿qué anecdotario emiratí compartirías con los lectores, vivencias que llevarás contigo para siempre?
R: Me siento bien acogido y sé que parte de esto es por mis relaciones personales, pero también porque soy representante del Estado de Israel .Para mí el hecho que un amigo haya querido venir para hacer el Séder de Pesaj, como amigo personal, fue muy especial. El hecho que un musulmán, religioso, quisiera ver nuestra mesa, para mí fue un ápice que no esperaba.
Tenemos un grupo que se creó de jóvenes emiratíes -sauditas y egipcios también- que hicieron una ONG con israelíes- se llama “Israelis”- y han tenido muchos eventos por zoom por el Covid-19. Además. un grupo de israelíes vinieron acá a encontrarse con un grupo de emiratíes. Me pidieron que fuera para hablar y les dije que me interesaba más escuchar cómo ellos se sentían.
Una chica israelí de Tel Aviv se levantó y dijo: “quiero contarles que tuve un amigo íntimo que murió en un atentado terrorista y desde entonces cuando veo a una persona vestida como árabe cruzo a la acera de enfrente, no me puedo acercar porque me da miedo de que sea un atentado. Y acá, después de tres o cuatro días me sentía cómoda, andando en el shopping, muchos con su vestidura tradicional. No siento miedo. Mi deseo es que poder volver a Israel y sentirme tan cómoda como con ustedes”.
P: Muy emocionante.
R: Así es. La chica se emocionó, se puso a llorar, otra musulmana, ortodoxa, que se había hecho amiga, se levantó y la abrazó, y estábamos ahí. Fue un momento muy emocionante.
Este encuentro entre jóvenes es muy importante. Yo soy diplomático, ya estoy viejo, soy cínico, pero estos chicos no, son gente joven, de 25 o 30 años que está empezando la vida. Si hay gente que no es diplomática, que no es militar y está interesada en que esto funcione, entonces tenemos futuro en esta zona. Un día quizás podamos vivir sin la violencia que vivimos hasta hoy. ¿Qué más queremos dejar a nuestros hijos? Por eso mi mujer y yo pedimos para venir acá, y espero quedarme durante los años que sea posible, porque me siento haciendo historia para el Estado de Israel.
P: Sin duda ninguna. Muchas gracias Ilan. Y nuevamente felicitaciones por el nacimiento de Mia.
R: Muchas gracias
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