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| martes diciembre 17, 2024

Periodista egipcio en referencia a una boda judía en Bahréin: Los ciudadanos judíos en los países árabes son leales y poseen derechos por igual; el pluralismo es fuente de tenacidad social y no de debilidad


En un artículo publicado en el diario en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el periodista egipcio Suleiman Gouda escribe con nostalgia sobre la presencia judía que alguna vez existió en los países árabes. Al señalar que Bahréin vio recientemente su primera boda judía en 52 años, Gouda utiliza esta oportunidad para expresar sus puntos de vista sobre los judíos en los países árabes, sobre el tema de la normalización de relaciones con Israel y sobre el conflicto palestino-israelí. Al mencionar que esta boda fue trascendental no solo porque fue la primera boda judía celebrada en Bahréin en más de un siglo, sino también porque el novio era el hijo de Houda Noono, ex-embajadora de Bahréin en Washington, este afirma que los judíos en altos cargos solían ser un fenómeno bastante común en los países árabes. Esto es perfectamente natural, dice Gouda, ya que los judíos son ciudadanos de estos países y nada diferentes a otros ciudadanos.

Según Gouda, el cambio de actitud hacia los judíos en los países árabes fue causado por las políticas empleadas por Israel y que hoy existe mucha confusión entre un judío, es decir, un seguidor de la religión monoteísta del judaísmo y un judío israelí, que defiende una política e ideología que atenta contra los derechos del pueblo palestino. Al afirmar que la verdadera patria de los judíos árabes no es Israel, sino los países árabes en los que estos nacieron y se criaron, Gouda sostiene que el pluralismo social es fuente de fortaleza y no de debilidad.

Gouda señala que los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos establecieron relaciones diplomáticas con Israel solo después de aclarar que esto tenía como destino servir a la causa palestina en lugar de perjudicarla y que esperaban que Israel encontrase una solución sería a este problema, lo cual puede provocar que otros países árabes establezcan vínculos con Israel.

La boda judía en Bahréin (Fuente: Twitter.com/Hnonoo75, 11 de octubre, 2021)
La boda judía en Bahréin (Fuente: Twitter.com/Hnonoo75, 11 de octubre, 2021)

Lo siguiente son extractos traducidos del artículo:[1]

«Hace unos días, varios diarios y agencias de noticias informaron sobre una boda judía que se celebró en Manama, la capital de Bahréin y señalaron que fue el primer evento de este tipo celebrado allí en más de medio siglo. Además, el novio era hijo de la ex-embajadora de Bahréin en los Estados Unidos Houda Nonoo, lo que generó interés en los medios de comunicación por el evento. Los informes sobre el evento indican que existe un grado de conexión entre la celebración de la boda, la forma en que fue celebrada y las características de la nueva fase en las relaciones entre Manama y Tel Aviv, en la que los dos países de hecho han intercambiado embajadores.

«Entre los años 2008-2013, cuando Houda Nonoo se desempeñó como embajadora de su país en Washington, parecía algo extraño que la embajadora del Reino de Bahréin en la más grandiosa capital del mundo no era solo una mujer, sino una mujer judía. Esto no es realmente extraño, por supuesto, ya que ella es ciudadana de Bahréin ante todo, antes que judía y embajadora. Pero los eventos, las ideas, las opiniones y los acontecimientos que hemos presenciado en esta región nos obligan a ver este evento no como un hecho natural, sino como un ejemplo raro y brillante.

«En el pasado, un judío que ocupaba un cargo alto en un país árabe no provocaba asombro, tal como se evidencia por el hecho de que el ministro de Finanzas de Egipto antes de la revolución del año 1952 era el judío Joseph Cattaui Pasha y esto es solo un ejemplo de muchos en el Egipto anterior a la revolución. No hace mucho, el ministro de Turismo de Túnez era judío. Entonces, ¿qué sucedió exactamente para convertir algo que solía ser parte ordinaria y natural de nuestras vidas en algo que es ahora fuente de asombro? Lo que sucedió en realidad es el comportamiento de Israel en la región y especialmente en Palestina. Esta fue la razón principal de la reversión, que creó una confusión entre ser simplemente judío, miembro de una religión monoteísta… y ser judío israelí, con una ideología política que permite injustamente apoderarse de la tierra de otro.

«Pero en el último año, Bahréin, los Emiratos Árabes Unidos, Sudán y Marruecos establecieron relaciones diplomáticas con Israel y hubo esperanzas – que aún permanecen – de que el gobierno de Israel entenderá esto y responderá adoptando una solución seria al tema palestino. Sólo esto hará que el tren de establecer relaciones con Israel proceda de las capitales de estos cuatro países hacia una quinta y sexta capital y quizás incluso hacia una décima.

«Aunque los pronunciamientos del primer ministro israelí Naftali Bennett no inspiran mucho optimismo, es muy probable que los gobiernos de los cuatro países continúen presionando a los israelíes para que avancen hacia una solución seria al tema palestino… Tras el establecimiento de relaciones, cada de estos cuatro gobiernos aclaró, clara e inequívocamente, que el establecimiento de relaciones serviría a la causa palestina y de ninguna manera sería ¡a expensas de esta!…

«El último judío afgano Zablon Simintov, vivió en la ciudad capital de Kabul, pero cuando el gobierno talibán se estableció en el lugar, este inmediatamente decidió marcharse… Cuando se le preguntó sobre ello, respondió que no le tenía miedo a los talibanes, sino al EIIS, que perpetró un ataque en el aeropuerto de Kabul justo antes de que los talibanes llegaran al poder, en el que murieron muchos, entre ellos 13 estadounidenses… Sin embargo, su razón declarada para marcharse no es nada convincente. Lo que explica mejor su partida es la declaración del vocero de los talibanes de que su movimiento establecería relaciones diplomáticas con todas las capitales del mundo, excepto Tel Aviv… Quizás Simintov pensó que la ausencia de relaciones diplomáticas con Israel significaba que el gobierno talibán sería antagónico hacia todos los judíos – lo cual es ilógico en sí mismo, porque debemos distinguir entre un judío que es simplemente miembro de esta religión monoteísta y un israelí que envuelve su religión dentro de una ideología política.

«A comienzos de este año se habló en Bagdad sobre un judío iraquí, el médico Dr. Dhafer Fuad Eliyahu, que murió en marzo del año 2021. Su muerte fue una oportunidad para renovar la discusión sobre los judíos de Irak, que hoy son ¡muy pocas decenas, como máximo! La esperanza hoy día es que no se marchen de Irak tras la muerte de Fuad… porque son ciudadanos iraquíes con los mismos deberes… y derechos que todos los demás iraquíes.

«Esto es exactamente lo que los talibanes deberían haber considerado, no solo respecto a Simintov, quien ya se ha marchado, poniendo así fin a la presencia judía en Afganistán, sino respecto a los miembros de todas las nacionalidades… Ya que Afganistán siempre posee suficiente espacio para todos, sin excepción bajo cualquier tipo de base. La ciudadanía es un paraguas que incluye a todos por igual, otorgándoles a todos una conexión igual con la patria, independientemente de las diferencias en cualquier otro nivel.

«Digo todo esto inspirado por la boda judía celebrada en Bahréin, que provocó pena porque les recordó a los bahreiníes… algo que durante el último medio siglo no habían escuchado en su país y porque nos recordó a nosotros, los árabes que vivimos fuera de Bahréin, algo que ¡no debemos ignorar ni olvidar! No debemos olvidar que el pluralismo es fuente de fortaleza social y no fuente de debilidad o fragilidad. Si dicho judío afgano hubiese permanecido en su país, donde eligió vivir, le hubiese dado crédito a los talibanes en lugar de restarle mérito. Lo mismo aplica al judío iraquí Dhafer Fuad, si todavía estuviese vivo hoy y a todos los demás judíos en todos los países árabes e islámicos…

«Me imagino que esto es lo que pensó la embajadora Nonoo cuando decidió celebrar la boda de su hijo en su tierra natal, la patria de todos los judíos de Bahréin. Incluso si la boda en Manama terminase esa noche, su recuerdo permanecerá después de esa noche y continuará recordándonos que la patria del judío árabe es el país donde este creció y no Israel y que su lealtad nacional se le da al lugar donde este maduró y su conciencia se desarrolló y no a Israel, donde la religión monoteísta judía es mezclada con la ideología política».


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 21 de octubre, 2021.

 
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