El recién inaugurado Museo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, en Los Ángeles. Wikipedia
El 25 de septiembre de 2021, el Museo de la Academia de Cine de Hollywood celebró su gala inaugural con una lista de invitados estelares como Lady Gaga, Brad Pitt, Nicole Kidman, Queen Latifah, Patty Jenkins, Tiffany Haddish, Kristen Stewart y Jurnee Smollet. Fue un momento que se estuvo preparando durante mucho tiempo, ya que la planificación de esta meca diseñada por el célebre arquitecto Renzo Piano para celebrar la historia del cine comenzó en 2005 y se retrasó por la pandemia de Covid.
Aunque algunas cejas se levantaron porque los famosos invitados se movían sin tapabocas por el espacio de 3000 metros cuadrados de Wilshire Boulevard —en un momento en que las celebridades critican públicamente a quienes ignoran las precauciones por la pandemia—, se estaba gestando una controversia mucho mayor.
Los donantes y miembros influyentes de la Academia, muchos de los cuales ya habían efectuado visitas privadas, estaban indignados porque la historia del origen de Hollywood, en la que un grupo de inmigrantes, en su mayoría judíos, huyeron de la persecución en sus países de origen para crear lo que se convertiría en una industria estadounidense multimillonaria, brilla por su ausencia.
El director ejecutivo de la Liga Antidifamación, Jonathan Greenblatt, presente en la gala, se sorprendió de inmediato. “Hubiese esperado que cualquier evaluación histórica honesta de la industria cinematográfica (sus orígenes, desarrollo, crecimiento) incluyera el papel que jugaron los judíos en su construcción desde cero”, dice. “Mientras caminaba, literalmente me volví hacia la persona con la que estaba y le pregunté: ‘¿Dónde están los judíos?’. La omisión es evidente”.
Ese sentimiento es similar desde los altos ejecutivos de Hollywood hasta los pasillos de la Academia. “Es como construir un museo dedicado a la pintura del Renacimiento e ignorar a los italianos”, dice el historiador de Hollywood y profesor de la Universidad de Brandeis, Thomas Doherty. “Esa generación de los primeros magnates —Carl Laemmle, Jack Warner, todos conocemos sus nombres— es una excelente historia de movilidad ascendente, del sueño americano. Es una de las grandes contribuciones de los judíos estadounidenses a la cultura de este país”.
En lugar de homenajes a esos pioneros del viejo Hollywood, las más de una docena de exhibiciones que se abrieron al público cinco días después incluyen una oferta más contemporánea, como Inspiration dedicada al director Spike Lee o Installation sobre Pedro Almodóvar.
Detrás de bambalina se estaba gestando una revuelta, indican algunas fuentes, pues algunos patrocinantes amenazan con retirar su apoyo a la institución. Comenta un destacado miembro de la Academia que se negó a ser identificado: “Uno sale del museo con la impresión de que la industria cinematográfica fue creada hace 10 años. Borraron el pasado. Y encuentro eso espantoso”.
Haim Saban, quien donó $50 millones al museo junto a su esposa Cheryl —el aporte más grande recibido por la institución—, fue uno de los influyentes que se manifestaron: “Cheryl y yo creemos firmemente que las contribuciones judías a la industria cinematográfica, desde su fundación hasta el día de hoy, se deben destacar”, declaró a la revista Rolling Stone. “Compartimos esta perspectiva con la gerencia del museo, y agradecemos que están tomando en serio nuestros comentarios”.
En los cuatro meses trascurridos desde que abrió sus puertas, 290.000 personas han visitado el museo, superando con creces las proyecciones. Pero muchos integrantes de la generación anterior de Hollywood, que habían evitado asistir con anterioridad debido al Covid, solo comenzaron a recorrer recientemente el edificio de cinco pisos. Y los comentarios que la Academia ha recibido de esta audiencia más amplia, con respecto a la ausencia de muchos de los padres fundadores de Hollywood, siguen siendo menos que entusiastas.
“Es como construir un museo dedicado a la pintura del Renacimiento e ignorar a los italianos”
Thomas Doherty, historiador de Hollywood y profesor de la Universidad de Brandeis
“Tuve reuniones con cuatro miembros de la Academia y dos donantes que quieren entender por qué no hay una exposición sobre los fundadores de Hollywood, principalmente judíos, y nos tomamos esos comentarios muy en serio”, dice el director y presidente del museo, Bill Kramer. “La representación es muy importante para nosotros, incluidos nuestros fundadores judíos. Si no estamos hablando sobre ellos con suficiente detalle o de manera más prominente, queremos escuchar esa opinión y responder a ella. Lo escuchamos y lo entendemos. Estamos dispuestos a hacer un cambio y vamos a corregir el rumbo”.
Kramer indica que dentro de un año el museo presentará una exhibición, planeada desde hace mucho tiempo, sobre los llamados padres fundadores y el nacimiento del sistema de estudios, que será la primera y única exposición permanente. Originalmente se concibió como algo temporal, pero los directivos del museo han cambiado de opinión tras las protestas.
Saban, por su parte, también se siente alentado por la realización de un festival de películas de seis semanas, lanzado el 11 de diciembre con el título de “Viena en Hollywood: emigrados y exiliados en el Sistema de Estudios”, que presenta a cineastas predominantemente judíos, desde Erich von Stroheim hasta Max Steiner, quienes ayudaron a dar forma a la era clásica de la industria cinematográfica. “No tenemos duda de que a medida que las exposiciones del museo continúen rotando, las contribuciones judías seguirán estando representadas entre las muchas historias importantes sobre la evolución, el arte y los artistas de las películas”, agrega Saban.
Pero algunos sienten que el daño ya está hecho.
“Como nieto de sobrevivientes del Holocausto, me parece un escándalo que hayan borrado las contribuciones de un grupo que enfrentó un antisemitismo severo: no podían obtener préstamos bancarios, no podían poseer casas en Los Ángeles y, sin embargo, crearon esta industria”
Ryan Kavanaugh, miembro de la Academia de Hollywood
“Al no incluir a los padres fundadores desde el principio, hicieron una fuerte declaración”, opina el director ejecutivo de la plataforma Triller y miembro de la Academia, Ryan Kavanaugh. “Como nieto de sobrevivientes del Holocausto, me parece un escándalo que hayan borrado las contribuciones de un grupo que enfrentó un antisemitismo severo: no podían obtener préstamos bancarios, no podían poseer casas en Los Ángeles y, sin embargo, crearon esta industria que es la base de la economía de Los Ángeles e impacta a personas en todo el mundo. En lugar de ‘Mira lo que lograron hacer’, simplemente los eliminaron. Esto va en contra de todo lo que nuestra industria dice representar”.
Por qué el museo hizo algo tan polarizador es tema de debate e intriga. Algunas fuentes dicen que un pequeño contingente de miembros influyentes de la Academia presionó fuertemente para que se destacara el cine “no blanco” y se restara importancia a sus contribuciones. Una revisión de las exposiciones actuales parece apoyar esta idea. El animador japonés Hayao Miyazaki, por ejemplo, tiene una retrospectiva, mientras que no se ha dado un trato similar al padrino del género, Walt Disney.
La relativa oscuridad de otros que están siendo destacados, como el director etíope Haile Gerima (quien recibió el primer Premio Vanguard del mismo museo), dejó a algunos mecenas rascándose la cabeza. El sitio web del museo señala que Gerima “ha sido mentor de varias generaciones de cineastas, como los directores de fotografía Malik Sayeed y Bradford Young, así como el director de fotografía y videoartista Arthur Jafa”. Pero un patrocinante, al señalar que El Padrino no se menciona en ninguna parte del museo, opina que cineastas mucho más influyentes parecen haber sido ignorados: “No creo que este hombre haya hecho nunca una película que se haya distribuido [ampliamente]. Es una especie de locura. Quiero decir, Coppola todavía está vivo. ¿No podrían haberlo contactado?”.
Si la identidad fue una prioridad en la programación, aparentemente la identidad judía no lo es. Hay poca mención de los pioneros judíos, siendo el director de Sunset Boulevard, Billy Wilder, una excepción. Un pequeño letrero junto a uno de los seis premios Oscar que ganó señala que huyó de la Alemania nazi a causa de su religión.
Si la identidad fue una prioridad en la programación, aparentemente la identidad judía no lo es
Una fuente familiarizada con las decisiones de programación dice que esa fue una batalla que nadie estuvo dispuesto a dar, incluso si implicaba una visión sesgada de la historia del cine: “Muchos de los que podrían haber luchado por la representación de los judíos estuvieron de capa caída”, comenta.
Aunque este drama se ha desarrollado mayormente bajo el radar, algunos medios han criticado al museo por descuidar a los padres fundadores. Sharon Rosen Leib escribe en The Forward: “En el museo [los judíos] son fantasmas. Su presencia se cierne sobre los pasillos; literalmente, no habría museo ni industria sin ellos”. Asimismo, la crítica de Sam Wasson a esta nueva atracción turística en la publicación Air Mail es aún más mordaz, al calificarla como “peor que un fracaso. Es un fraude”. Un artículo de Peter Kiefer y Peter Savodnik en el blog “Common Sense” de Bari Weiss también hace referencia a las omisiones del museo a las contribuciones judías, como parte de un texto sobre los actuales choques culturales en Hollywood.
A medida que más veteranos de la industria visitan el museo por primera vez, el resentimiento continúa creciendo, y algunos expresan desde confusión hasta un franco disgusto. Muchos se niegan a ser nombrados dada la naturaleza del problema. “Esta es una conspiración de silencio, y eso es profundamente perturbador”, dice Greenblatt.
Pero otros creen que la controversia es exagerada. Sid Ganis, uno de los primeros promotores del museo y fideicomisario honorario, comenzó a escuchar los rumores sobre la decepción incluso antes de la gala, y dice estar “un poco sorprendido”. En última instancia, no se arrepiente. “El museo cubre más de 100 años de esta industria. Y sí, no arrancamos en la noche de apertura con la historia del origen, pero sí con lo que era relevante para la audiencia a la que apuntábamos y necesitábamos incluir”, dice. “Algunos amigos me preguntaron: ‘¿Dónde están los judíos?’. Eso está en los ojos del espectador. Están allí, y lo estarán de una manera más prominente muy pronto”.
*Periodista especializada en espectáculos, editora de la sección de cine en The Hollywood Reporter.
Fuente: Rolling Stone.
Traducción Sami Rozenbaum / NMI.
Repasar la historia cinematográfica de Hollywood, sin mencionar compañias preminentes como la «Warner» y la «Metro» ámbas judias, es cuanto menos llamativo, ademas de directores de reconocido prestigios, como Wilder, Bronston o Kubrick, por solo citar éstos …¿y que decir de actores, como Newman, Grant, Bacall, Curtis, o Douglas? …entiendo pues el estupor, de quienes se preguntan por una ausencia judia de la méca del cine, tan notória como inexplicable …