Erev Shabat 13 de agosto de 2010; 3 de Elul de 5770
Durante miles de años la humanidad ha recibido del pueblo judío todo aquello que fue la base de lo que hoy conocemos como Civilización Occidental. Le dimos una religión, un Di-s, normas morales de conducta.
También aportamos al mundo todo el fruto de nuestra inteligencia.
Legamos a la humanidad un Filón de Alejandría, un Maimónides, un Spinoza (por nombrar sólo a tres de nuestros pensadores más destacados).
También en las ciencias nuestro aporte fue importante: Salk, Sabin, Einstein, Milstein, etc.
Y ni que hablar de las artes: Modigliani, Bashevis Singer, Pisarro, Mendelsohn.
Realmente, si quisiera poner todos los nombres de aquellos hermanos míos que contribuyeron y contribuyen de una u otra forma, al progreso humano, la lista sería interminable.
¿Y qué recibimos a cambio? Persecuciones, humillaciones, hogueras inquisitoriales, sables de los cruzados, cámaras de gas y, en los últimos tiempos, atentados suicidas, misiles y amenazas de un loco iluminado que está empeñado en barrer a nuestro estado del mapa
Tras 2000 años de peregrinar, volvimos a nuestra tierra y la hicimos florecer a fuerza de trabajo, regándola con nuestra propia sangre.
Es por ello que hago un llamamiento, primero a mis hermanos: ¡Basta de agachar la cabeza! ¡Basta de divisiones! ¡Basta de miedo! Debemos gritar bien fuerte, todos juntos, religiosos y no religiosos, de izquierda o de derecha, que el pueblo judío, si bien no olvida a sus mártires, tampoco olvida a sus héroes, que la sangre de los Macabeos sigue viva, que Massada no volverá a caer.
En cuanto al mundo, le digo: Señores, no me importa que nos critiquen, no importa que nos ataquen a través de sus medios de prensa mercenarios y sus periodistas vendidos al mejor postor. Estamos en nuestra tierra, en nuestra patria… ¡Y DE ELLA NO NOS VOLVEREMOS A IR!
Pido a todos aquellos de mis hermanos judíos que se sientan orgullosos de la tradición heroica de nuestro pueblo, que lleven la misma sangre de aquellos que en el Ghetto de Varsovia se alzaron en armas, que sientan arder en sus corazones la misma llama que impulsó a los jóvenes del Palmaj, del Leji, del Etzel a combatir a las fuerzas de ocupación británica y a los ejércitos árabes invasores, que hagan circular este mensaje, sobre todo entre la juventud judía y
¡COMENCEMOS A ACTUAR!
El pueblo judio ha contribuido mas que ningun otro a traves de la historia, a ofrecer a la humanidad los avances mas significativos en todas las matérias y diciplinas del saber, las ciencias la investigacion, el pensamiento, las ártes, los movimientos de emancipacion, y todo lo relacionado con lo que entendemos como «evolucion» en términos sociales y tecnológicos ..ése ha sido y es su legado hasta el dia de hoy …una siembra abundante y generosa, que a cambio, apenas ha podido recoger, otra cosa que el frúto amárgo de la incomprension, del rechazo y la ingratitud, bajo la forma de cosecha árida y ponzoñósa…
pensemos por un instante que hubiera sido de la humanidad, privada de toda esa aportacion, de ésos valiosos recursos que con su ingénio y tesón, judios de distintas epocas le brindaron una y otra vez , y comprendremos mejor la magnitud de la deuda contraida hacia ese pueblo admirable y sin embargo tantas veces, injustamente denostado …