Mikhail Prokhorov, de 56 años y uno de los hombres más ricos de Rusia, emigró a Israel y recibió la ciudadanía israelí. El empresario, con pasado activo en la vida política rusa, llegó a Israel en un avión privado procedente de Suiza. Ingresó con visa de turista y luego gestionó la ciudadanía con los procedimientos habituales: confirmación de su elegibilidad según la Ley del Retorno y evaluación de ausencia de antecedentes penales.
La fortuna de Prokhorov se estima en más de 13 mil millones mil millones de dólares. Es presidente de Onexim, un fondo de inversión privado; director ejecutivo de Polyus Gold, uno de los mayores productores de oro del mundo; presidente de la Asociación Rusa de Biatlón; accionista mayoritario de Rusal, la empresa de aluminio más grande del mundo; y de Nornickel, uno de los mayores productores de níquel del mundo.
También fue uno de los desarrolladores de un proyecto de automóvil eléctrico en Rusia y el principal patrocinador del primer automóvil híbrido de la industria rusa. Entre 2009 y 2019 fue propietario de los Brooklyn Nets, equipo de la NBA norteamericana, y según el New York Times vendió la franquicia bajo la presión del presidente ruso Vladimir Putin, en medio de las sanciones contra oligarcas rusos luego de la invasión de Rusia en la península de Crimea.
En junio de 2011 fue elegido presidente de un partido liberal de derecha que se iba a presentar en las elecciones parlamentarias, pero en septiembre de ese año fue expulsado del partido por una revuelta interna, que Prokhorov adjudicó al gobierno de Putin. En marzo de 2012 el político y empresario se postuló para la presidencia de Rusia y perdió contra Putin, luego de haber obtenido el 8% de los votos.
La disputa con Putin convirtió a Prokhorov en uno de los enemigos más acérrimos del presidente ruso, a pesar de que él nunca se definió como un opositor a Putin sino como una alternativa. En el año 2016 se volvieron a enfrentar cuando el grupo de medios propiedad de Onexim difundió escándalos financieros relacionados al yerno de Putin. En respuesta, las autoridades fiscales y la policía rusa irrumpieron en las oficinas de la empresa.
En los últimos años Prokhorov bajó su perfil político y desde 2018 se ocupa de lleno en la actividad empresarial. Hasta donde se conoce, no aparece en la lista de empresarios rusos sancionados por Estados Unidos, la Unión Europea y el Reino Unido.
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