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| viernes noviembre 22, 2024

La propaganda antiisraelí es más fuerte que los hechos

La muerte de Shireen Abu Akleh es una tragedia, pero no hay una sola zona de conflicto en la que los periodistas sean a prueba de bala. Aunque los hechos no apoyan la culpabilidad de Israel, siempre hay alguien deseoso de comprar la infaltable propaganda antiisraelí.


Esto no es nuevo y tampoco va a desaparecer pronto: la doble vara con la que se juzga a otros ejércitos, especialmente a los occidentales, y con el que se juzga al ejército israelí. Allí radica un problema eterno a la hora de enfrentar al terrorismo.
Estados Unidos arrasó el 70% de los edificios de Raqqa en la lucha contra el Estado Islámico en Siria y un porcentaje similar de todos los edificios de Mosul en Irak. Al fin y al cabo, están luchando contra el terrorismo, ¿no es así? Pero Israel, que puso en peligro a un número significativamente menor de civiles inocentes en comparación con cualquier otro ejército occidental, se enfrenta a un escrutinio mucho más feroz.
Dicho esto, Shireen seguía representando a un medio de comunicación que se convirtió en una herramienta de propaganda en manos del régimen de Qatar, que apoya a los Hermanos Musulmanes y es despreciado por muchos otros países árabes de la región. Además de que la democracia israelí permite que esas herramientas de propaganda se emitan sin ser molestadas, no hay una sola zona de conflicto en el mundo en la que los periodistas sean a prueba de balas.
Para que quede claro, aunque Abu Akleh represente un medio de propaganda hostil, su muerte sigue siendo lamentable, independientemente de quién haya disparado las balas que la alcanzaron. ¿Pero quién disparó esas balas? Un vídeo que se filtró en Internet muestra a los palestinos regocijándose ante la posibilidad de que sus camaradas hayan matado a un soldado israelí. «Le dimos un soldado, está tirado en el suelo», se los escucha decir alegremente.
Parece que se precipitaron con sus celebraciones, ya que ningún soldado israelí resultó herido. La figura en el suelo era Shireen Abu Akleh. Este vídeo aumenta enormemente la probabilidad de que se trate de fuego palestino. Pero eso no viene al caso. Incluso si la periodista fue alcanzada por disparos israelíes, desgraciadamente estas cosas pueden ocurrir.

Shireen Abu Akleh Periodista

Propaganda antiisraelí por la muerte de Shireen Abu Akleh.
(Ynet)
Hay varios organismos que rastrean y registran muertes de periodistas, entre ellos el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), que informó de 1.442 muertes de periodistas entre 1992-2022, 18 de las cuales se produjeron en el marco del conflicto palestino-israelí. Mientras tanto, 190 periodistas fueron asesinados en Irak. No siempre hay coincidencia entre las diferentes fuentes sobre el tema, aunque generalmente se consideran fiables.
El Instituto Watson de la Universidad de Brown lleva un registro de bajas en las guerras en las que participó Estados Unidos desde el 11-S. Resulta que de cerca de medio millón de muertos, 362 eran periodistas. Esto sucedió y sucede. Por lo general, no es intencional, a menos que hablemos del asesinato a sangre fría de críticos, como ocurrió con 38 periodistas rusos.
A lo largo de la historia del conflicto israelí-palestino, sólo un periodista fue considerado «asesinado» y fue Suleiman Abdul-Rahim al-Ashi, que murió por las balas de la guardia de Yasser Arafat. Estos son hechos públicos. Pero todos estos datos no impidieron que el miembro de la Knesset de la Lista Árabe Conjunta, Ahmad Tibi, y su club de fans atribuyan la culpa a Israel de nada menos que «un asesinato».
Los propios palestinos insistieron en llevar a cabo una investigación propia, sin supervisión internacional y, desde luego, sin participación israelí. El patólogo palestino que realizó la autopsia del cuerpo afirmó que era imposible determinar quién le disparó. Sin embargo, Tibi y los suyos se apresuraron a poner el grito en el cielo.
No es la primera vez que Israel se enfrenta a propaganda de este tipo. En 2014, durante la guerra en Gaza, varios organismos palestinos publicaron una lista de 17 periodistas asesinados por las FDI. El Centro de Información sobre Inteligencia y Terrorismo examinó cada nombre de la lista. Sus conclusiones revelaron que 2 de los 17 fueron asesinados por palestinos, y que la mayoría de los demás eran miembros de Hamás o de la Yihad. Sólo cuatro murieron realmente en acto de servicio. El problema es que a este tipo de propaganda antiisraelí no le faltan compradores.
Estados Unidos exige una investigación, dado que la periodista era ciudadana estadounidense. «La investigación debe ser inmediata y exhaustiva y los responsables deben rendir cuentas», tuiteó el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price. ¿Podemos preguntar al honorable portavoz cuántos soldados u oficiales estadounidenses, «responsables» del asesinato de periodistas, rindieron cuentas? ¿Se juzgó a alguno de ellos? Seguro se burlaría.

Shireen Abu Akleh Periodista

Shireen Abu Akleh.
(Ynet)
El Washington Post se apresuró a publicar un titular culposo señalando a Israel, igual que Al Jazeera. La mayoría de los otros medios de comunicación fueron un poco más recalcitrantes. Así que no se trata de la mayor metedura de pata por parte de Israel frente a la propaganda hostil. Pero cuando se aleja un poco, el fallo se revela en todo su esplendor.
Porque al igual que Estados Unidos luchó contra el terrorismo y la Yihad, desde el Estado Islámico hasta Al-Qaeda, Israel está justificado en su lucha contra el terror y la Yihad palestinos. Y esta es una verdad fundamental que Israel no supo ni sabe comunicar.
 
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