Suele decirse que las Fuerzas de Defensa de Israel son el ejército más poderoso de Oriente Medio. Probablemente sea exactamente así. Israel ha tenido que fortalecerse para garantizar su existencia. Si no lo hubiera logrado,no estaría aquí.
Claro está que tiene una poderosa capacidad de ataque, pero es simbólico que su sistema armamentista más conocido es la Cúpula de Hierro, un sistema claramente defensivo, destinado a interceptar cohetes lanzados por los enemigos hacia la población civili israelí.Fue concebido para proteger a la ciudadanía israelí y afortunadamente, funciona con altísimos porcentajes de éxito.
Pero así como la increíble Cúpula de Hierro no existiría de no ser por el cerebro y el encare del Brigadier General Dr. Danny Gold que la concibió, de todo el equipo que logró desarrollarla y de la visión del entonces Ministro de Defensa el laborista Amir Peretz que entendió que es imperioso apostar a ella, hoy Israel no la tendría.
O sea, que de fondo, lo central es el ser humano, su capacidad, su inteligencia, su visión, su actitud ante los problemas con los que Israel tiene que lidiar.
Y también, su disposición a dar de sí por el país, por la sociedad.
Y en una era en la que muchos hablan de la juventud de otros tiempos no tono nostálgico, queda claro una y otra vez que mucho tiene de bueno también la de hoy.
Hace pocos días se llevó a cabo en la ciudad norteña costera de Haifa la ceremonia de fin del largo curso de oficiales de Marina en las Fuerzas de Defensa de Israel.
Es considerado de los más prestigiosos de Tzahal. Fue el curso número 145 desde la creación de la Marina del Estado judío , duró más de dos años y egresaron del mismo 41 jóvenes oficiales, entre ellos 4 mujeres, que hicieron exactamente el mismo camino que su compañeros hombres.
Son sin duda de lo mejor de la juventud israelí. Jóvenes voluntariosos, dedicados, convencidos del camino que deciden emprender.
Mientras ellos formaban en sus pulcros uniformes blancos, en presencia del Primer Ministro Yair Lapid , el Comandante en Jefe de Tzahal Teniente General Aviv Kohavi y otras altas autoridades, los más orgullosos en el lugar-además de los flamantes oficiales por cierto-eran los padres. Esos padres que crían a sus hijos en la singular vivencia israelí de apostar por la vida, siempre, y ser conscientes al mismo tiempo de la necesidad de lidiar con desafíos y riesgos que pueden ponerla en peligro.
Imaginamos, porque la conocemos de cerca, esa mezcla de sonrisas que reflejan el orgullo del corazón que casi se sale del pecho, las lágrimas de alegría por los logros de los hijos y también de preocupación y angustia porque pasan los años….y sigue siendo necesario enrolarse para defender al país.
No hay israelí que no haya dicho alguna vez al nacer su primogénito: “Ojalá que cuando crezca, ya no sea necesario hacer servicio militar”. Y van naciendo los demás hijos….y también los nietos se tienen que enrolar.
Y esto deriva de la clara noción sobre la necesidad de cuidar al país. Nadie más puede hacerlo en lugar de su propia gente. De los hijos y nietos de quienes aman a Israel.
Y cuando de fondo está la República Islámica de Irán, el único país del mundo que osa con proclamar que quiere borrar a otro-Israel-de la faz de la tierra, avanzando en su plan nuclear, y los terroristas de múltiples afiliaciones tratando de matar israelíes, queda claro que no se trata de manía de persecución.
Y esa mezcla de sentimientos seguramente estuvo muy presente también el miércoles de la semana pasada en la ceremonia de fin del curso de Oficiales de Marina.
“Contamos con ustedes”, dijo el Primer Ministro Yair Lapid. “Les confiamos a ustedes lo más importante que existe: la seguridad y bienestar de 9 millones y medio de personas, nuestra seguridad nacional y la de nuestros hijos y nietos que los tendrán a ustedes de comandantes”.
Todo sobre esos jóvenes hombros de 20,21 años…
El Primer Ministro finalizó con un mensaje claro, que tenía en ese curso de oficiales de Marina un excelente escenario.
“Las embarcaciones y los soldados que estén bajo vuestro mando, navegarán contra el viento y se enfrentará a algunas de las peores amenazas que conocemos: frente a la costa de Libano , controlado por Hizbala, junto a la costa de Gaza y en el Mar Rojo, donde la presencia iraní es cada vez mayor.
No aceptaremos esa presencia. No permitiremos a Irán y sus proxies (brazos ejecutores locales) convertirse en un actor central en nuestra zona marítima. Tratarán de empujarnos a nuestros límites, pero es ahí que entran ustedes en juego. Y ellos saben que ustedes son mejores que ellos.
Habrá momentos en los que tengamos que pedirles que naveguen a lugares distantes y peligrosos que nunca se publicarán, a fin de frustrar riesgos a nuestra seguridad nacional inclusive antes de que emprendan camino. Estos desafíos no serán sencillos, pero conocemos a quién enviamos a enfrentarlos: gente que no renuncia, que no da el brazo a torcer, no importa cuán difícil sea el desafío”.
Y volvió a los orgullosos padres. “Quisiera decir algo a vuestros padres. No sé cómo lo han hecho, pero han hecho un buen trabajo. Vuestros hijos ya no son niños, pero no es por azar que se han convertido en personas de las que todo el país está orgulloso. Han sido criados por ustedes. Sus valores han sido forjados y moldeados por ustedes. Hoy también es vuestro día”.
Y tras una cita poética, finalizó: “Capitanes, los saludo. Hoy ustedes levantan ancla y se embarcan en el gran viaje de vuestras vidas. Estamos orgullosos de ustedes. Confiamos en ustedes. ¡Buen viaje!”.
A todos esos jóvenes oficiales de Marina, vayan nuestros deseos de lidiar exitosamente con los desafíos y amenazas en el camino, de volver siempre a casa enteros y plenos , con salud física y mental, y que cuando se conviertan en padres , sus hijos ya no tengan que hacer el ejército para cuidar a Israel. Y si no ellos, al menos, sus nietos…que ese día llegue…Amén.
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