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| jueves noviembre 21, 2024

Las oportunidades perdidas por la paz rechazada


¿Cuántas veces los palestinos rechazaron la paz, se negaron a construir su estado y prefirieron sostener la guerra aún sabiendo los perjuicios que genera? Oportunidades históricas perdidas para alcanzar una paz que se vuelve cada vez más huidiza.

El activismo palestino está repleto de propuestas con información incorrecta, cuando no son mentira, entre las que llegan a afirmar que el conflicto árabe israelí comenzó en mayo de 1948. Nada más alejado de la realidad: la hostilidad contra los judíos viene de mucho antes.  Israel en 75 años ha logrado la paz con Egipto y Jordania, acuerdos de normalización con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Marruecos, Chad, seguirá Sudán y en un futuro con Arabia Saudita también.

 

Un conflicto que NO comenzó en 1948

Mientras existía el Mandato Británico de Palestina, se produjeron disturbios civiles como antesala al rechazo árabe de la existencia de un estado judío (que en definitiva era y sigue siendo la autodeterminación de un pueblo). Uno de los más grandes ocurrió en Hebrón.

En 1929 en la ciudad hoy bajo control palestino (donde fue coronado el Rey David y donde está la tumba de los Patriarcas) 65 judíos fueron brutalmente asesinados en manos de las turbas árabes dentro de lo que se conocen como los pogromos. Hechos como este requirieron la intervención británica.

Para 1936 el descontento árabe era tal que ya dejaron ver una constante en toda su historia reciente: en vez de enfocarse en construir sus economías (como si estaban haciendo los judíos para ese año) atacaron y violentaron las propiedades judías y se lanzaron a una huelga general. Entre ataques, huelgas y una economía árabe que se caía a pedazos porque no producía, los británicos convocaron a la Comisión Peel en 1937 para determinar dos cosas: que los árabes nunca aceptarían un hogar nacional judío y para recomendar la división del Mandato.

El 29 de noviembre de 1947, diez años después de las recomendaciones e informes oficiales de los británicos, llegó el momento de un nuevo paso para la cuestión del Mandato de Palestina. En una decisión consensuada, la ONU votó el plan de partición.

El hecho de la decisión de las Naciones Unidas es uno de los elementos que echa por tierra la ilegitimidad con la que se pretende acusar a Israel: las decisiones de la Asamblea General son justamente eso: el consenso mayoritario de los países. La propuesta era dividir en dos el Mandato.

Tanto judíos como musulmanes tuvieron ahí la posibilidad por igual de alcanzar su estado. Aun perdiendo su capital ya que la entregaba al control internacional, los israelíes aceptaron la propuesta (incluso perdiendo territorio) y comenzaron a planificar su estado moderno. Era el primer paso de la autodeterminación. La historia que sigue a esto es el primer desliz del pasado, pero con una enorme repercusión en el presente y futuro: a diferencia de Israel, los árabes lanzaron sus poderosos ejércitos para intentar expulsar a los judíos al mar, tal como definiera la Liga Árabe a la guerra de exterminio.

 

1948-1967: expulsados, refugiados y el no a la paz.

Entre 1948 y 1967 la guerra confluyó en tres entidades territoriales: el reciente Estado de Israel; la Franja de Gaza controlada militarmente por Egipto y la anexión de Cisjordania junto a Jerusalén oriental por parte del Reino de Transjordania. Esto cambiaría en 1967.

Después de haber dirigido la guerra contra Israel, se creó el problema todavía hoy presente: la cuestión de los refugiados. Imaginando que triunfarían rápido contra Israel, los dirigentes árabes llamaron a la salida de los pobladores árabes mientras expulsaban a los judíos. Entre 700 y 800 mil árabes abandonaron sus hogares después del llamado de sus dirigentes. A partir de 1948, la misma cantidad de judíos fue expulsada de los países árabes. Esto último fue resuelto después de la creación de Israel y lo primero se convirtió en un problema eterno.

Desde 1948, los refugiados palestinos se multiplicaron como ningún otro refugiado en el mundo. Países como el Líbano rechazan hasta el día de hoy darles plenos derechos o un estatus legal mayor al del ciudadano de segunda…el resto, está acinado en campos de refugiados.

La Guerra de los Seis Días tuvo también un trasfondo estratégico y tenía que ver con el Canal de Suez, esa goya de la corona que a Inglaterra (y también Francia) interesaba desde hacía tiempo. Su nacionalización por parte de Egipto en 1956 encendió una mecha. Egipto, que acumulaba armas desde 1955 gracias a un acuerdo con Checoslovaquia, agredía no solo a los europeos por medio del cobro de impuestos al tránsito en el Canal, sino también buscó el asfixio de Israel a través del bloqueo del Golfo de Aqaba.

Después de que Israel venciera a los ejércitos árabes otra vez en 1967 y que propusiera devolver territorios a cambio de pacificación con Egipto, Jordania y Siria, los dirigentes árabes se reunieron en Jartum, la capital de Sudán, para tratar el tema. Allí nació el tercer rechazo.

Los árabes en la conferencia de Jartum rechazaron cualquier tipo de pacificación y reconocimiento con Israel. A pesar de las humillaciones que sufrían en el campo de batalla, no parecían cambiar ni un centímetro de lo que venían sosteniendo desde hacía tres décadas.

Los esfuerzos políticos de los árabes contra Israel se diluyen siempre con el tiempo: la Unión Egipcio-Siria creada en 1958 quedó desterrada con la derrota en 1967 contra Israel y con el ocaso de Abdel Nasser, entonces presidente egipcio. Ahora había que llenar el vacío. Ese lugar que dejaban vacante fue rellenado con el nacimiento de la OLP en 1965 para motorizar un activismo ya no solo bélico militar convencional, sino también con las artimañas de Fatah y otros grupos terroristas.

 

1964-1987: el relato histórico que tiene de todo menos años.

La causa palestina nacía entonces en 1965 de la mano de dos egipcios, Nasser y Arafat, pero también de un libanés de nombre Ahmed Shukeiri. La dimensión política de los palestinos nacía también con las raíces de Jartum: negar sistemáticamente cualquier paz con Israel.

La premisa de Jartum ha quedado obsoleta para casi todos los países árabes o de mayoría musulmana. Para que comprendamos esto: Sudán, que recibió la conferencia en 1967, 56 años después también está en vías muy avanzadas de firmar la normalización con Israel.

Cada negativa árabe se tradujo o en una guerra (la declaración de septiembre de 1967 en Jartum derivó en la Guerra de Yom Kipur) o en una revuelta o intifada como las que se comenzaron a extender desde 1987 en la Franja de Gaza y otros territorios de Judea y Samaria. La primera base operativa de la OLP fue Jordania, en ese momento el Reino Hachemita liderado por el Rey Hussein I, donde la casa real empezó a mostrar cierto rechazo a la acción de la OLP: frente a cada ataque palestino, era Jordania quien pagaba el costo de la respuesta israelí.

Una de las operaciones fue la que se llevó a cabo en 1968 en Karama, al sur del Valle del Jordán, cuando Israel lanzó un ataque contra las bases de la OLP y también de Fatah en la zona del Mar Muerto. Fue uno de los combates más fuertes entre las FDI y árabes después de la guerra. Esto llevó a que unos meses antes de 1970, el rey de Jordania intentara limitar las acciones de la OLP bajo las leyes jordanas para evitar que los palestinos conformaran un estado dentro del estado. Cuando todo se complicó, el rey jordano no dudó en sacárselos de encima.

La chispa que hizo volar por el aire la relación jordana-palestina fue un intento de asesinato al rey, algo que derivó en un rechazo generalizado y el famoso Septiembre Negro donde los palestinos fueron masacrados por las fuerzas jordanas y expulsados al Líbano.

La aparición de Hamas en 1987, junto con la primera intifada, tuvo como antesala la aceleración del terrorismo palestino contra objetivos civiles israelíes dentro y fuera de Israel: en 1972 un comando palestino secuestró y asesinó a 11 deportistas israelíes en Múnich. Dos años después y ahora desde el Líbano, un grupo comando palestino se logró infiltrar en territorio israelí y perpetrar la masacre en una escuela de Maalot y asesinando a 22 niños, siendo este uno de los episodios más lamentables y recordados en la historia reciente.

 

1990-2005: experimentos de paz con el mismo resultado

Otra característica del liderazgo palestino, además de su vitalicio aferramiento al poder, es el de elegir los aliados más oportunos: así como hoy mostraron complacencia con Putin en medio de la destrucción de Ucrania, en 1990 apoyaron a Sadam Hussein en su invasión a Kuwait. Este apoyo, muy rechazado en el mundo árabe, le propinó al liderazgo palestino un alto descrédito a nivel regional y también internacional. Los que siempre se habían opuesto a la paz, mientras algunos árabes ya empezaban a firmarla, ahora se empezaban a quedar solos.

Terminada la guerra fría y con un nuevo mundo por delante, la Cumbre de Madrid reunió a Estados Unidos, la Unión Soviética, la Unión Europea y a la comitiva árabe dentro de la cual estaba la jordana que representaba a los palestinos. Fue el cuarto rechazo palestino.

La firma de los Acuerdos de Oslo en 1993, inaugurando el proceso de Oslo, a pesar de ser firmado fue violado unilateralmente por parte de los palestinos: desde entonces, la OLP y Yassir Arafat nunca interrumpieron el financiamiento a los grupos terroristas palestinos. Con la transferencia de hasta 50.000 dólares al mes a la Brigada de los Mártires de Al Aqsa se inició una tendencia que se mantiene hasta hoy: los nulos o pocos esfuerzos de la Autoridad Palestina (ubicada 100% en el Área A de Judea y Samaria) de terminar con el terrorismo.

La firma de los Acuerdos de Oslo dejaba un entramado complejo hasta el día de hoy en el lado palestino: la Autoridad Palestina junto a Fatah gestionando una suerte de terrorismo por goteo y del otro lado Hamas y la Yihad Islámica Palestina en confrontación directa contra Israel.

La llegada al poder en Israel del primer ministro Ehud Barak fue el punto de continuación de la política de Rabin hacia los palestinos: firmar un acuerdo de paz. Para estos años, Israel ya lo había logrado con Egipto, Jordania y había comenzado a negociar con otros. En julio de 2000 Barak y Bill Clinton, ex presidente de Estados Unidos, convocaron a los Acuerdos de Camp David donde le iban a ofrecer algo histórico a los palestinos y que cumplía por encima las expectativas de Arafat: le entregarían toda la Franja de Gaza y casi todo Judea y Samaria. Arafat, incrédulo de lo que escuchaba, pidió un cuarto intermedio para responder. Clinton, también asombrado, le dijo a propios: si Arafat no acepta está loco. Parecía que la paz estaba muy cerca…Si el reclamo era territorial, Israel les entregaba lo que pedían, entonces tema resuelto.

Esto no fue así. Los palestinos rechazaron la inédita oferta israelí y se retiraron de la mesa sin presentar ninguna otra propuesta y llamando a la segunda intifada. Para que quede claro: la intifada, que se pretende mostrar como resistencia, no es más que terrorismo cobarde contra inocentes.

El nuevo rechazo de los palestinos a la paz deterioraba aún más su imagen ante los árabes: ahora era Arabia Saudita, a través de su príncipe, quien se quejaba por la negativa de Arafat. La nueva intifada dejaría un saldo de casi mil civiles israelíes muertos.

Siempre hubo y habrá algún pretexto para la paz: en septiembre de 2000, horas antes de lanzar la intifada, los palestinos acusaron que la subida de Ariel Sharon al Monte del Templo era la causa del fracaso y nos los más de 60 años de propuestas rechazadas por ellos.

Desde que los palestinos volvieran a rechazar la paz en la Cumbre de Taba de 2001 en el Sinaí, Egipto, el deterioro de Arafat dentro de la Autoridad Palestina derivó en el ascenso de Mahmoud Abbas dentro de la AP y el aumento de la influencia de Hamas en los temas palestinos.

Especialmente motivados por la intifada, Hamas ganó mucho lugar en la política palestina desde que se hizo con la Franja de Gaza tras expulsar a la AP y a Fatah. Es una de las tantas internas que los palestinos cargan hasta hoy. En 2007 otra vez la paz naufragó.

En la Conferencia de Annapolis, con la intermediación de George Bush, los palestinos volvieron a incitar a la negativa de cualquier paz. Ya con la AP impotente, era Hamas y los clanes de Gaza quienes violaban el alto al fuego que expiraría finalmente en 2008.

Los continuos lanzamientos de cohetes desde la Franja de Gaza y el ataque contra civiles israelíes llevaron a Israel a lanzar la operación Plomo Fundido donde Hamas inauguraría con fuerza la táctica de escudos humanos: entre otras cosas, implantando explosivos en zonas civiles. El uso de las escuelas, mezquitas y hospitales como trincheras de guerra para atacar a las FDI fueron el sello distintivo al que las fuerzas israelíes se enfrentaron entre 2008 y 2009. El objetivo: cortar el crecimiento armamentista de Hamas que comenzaba a pisar fuerte.

Para ese momento, los palestinos ya delineaban los reclamos que sostienen hasta el día de hoy y que los unge como parte de los pretextos que tienen para firmar la paz con Israel: primero, exigen la entrega de Jerusalén como capital de un estado árabe-palestino. Concesión imposible.

Segundo, el rechazo se fundamenta también por la intención de que Israel permita el ingresa de los casi 6 millones de refugiados palestinos que han aparecido de repente en la contabilidad fantasiosa de los palestinos. Como ningún otro conflicto, aquí los refugiados se multiplican a toda hora.

No bastando el hecho de que la AP no hiciera nada para sofocar la violencia y persecución contra los judíos, en 2011 Abbas lanzó un discurso incendiario en la ONU donde afirmó su verdadera motivación: no reconocer a ningún estado judío y pedir la plenitud de Palestina.

De esta forma, habiendo ya dejado al descubierto su verdadera intención que es borrar a Israel del mapa, los esfuerzos diplomáticos (públicos) por resolver el tema fueron de nuevo rechazados por los palestinos en 2008, 2010, 2011 y 2013. Fueron años de estancamiento.

Sin embargo, los ataques de Hamas y otros grupos dentro de la Franja de Gaza no se detuvieron. Así, llegamos a los años más recientes donde de alguna forma eclosionaron todos los procesos y la acumulación histórica: un nuevo mundo requería de una nueva estrategia.

El rechazo de los palestinos a los Acuerdos de Abraham y el Acuerdo del Siglo promovido entre Israel, los estados árabes del Golfo y Estados Unidos perpetuará por muchas décadas un conflicto que desde 1948 se muestra como territorial, pero en realidad es existencial.

El conflicto palestino israelí no es un conflicto territorial, es una intención manifiesta de los palestinos por eliminar la presencia de Israel que cobija a más de 9 millones de personas y donde más del 20% de su población es también árabe musulmana. Algo que muchos omiten.

 
Comentarios

Hola Sr. Mondino. La Palestina británica ya se dividió en dos estados uno árabe Jordania y otro judío Israel. Llamemos a los nombres con las verdades
Los auténticos palestinos son los judíos que erán los únicos que vivían en esa tierra cuando Roma le cambió el nombre en 135. los musulmanes que viven en Gaza son gazaties antes egipcios antes filisteos. los que viven en judea (de ahí vienen los judíos) mal llamada cisJordania son en su mayoría de la misma etnia que Jordania. No puede existir un pueblo real y auténtico que no pueda nombrar su país . los árabes no pueden pronunciar la p. Más clarito échale agua

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