Hace algunos días se produjo en el Líbano una situación absurda, que podría resultar cómica si no fuera en realidad tan trágica: el país amaneció un buen día con dos horarios diferentes. Cuando para una parte de los libaneses eran las 6 de la mañana, para la otra, todavía eran las cinco.
Poco antes del tradicional cambio de horario de verano, el gobierno anunció repentinamente su decisión de extender el horario de invierno en aproximadamente un mes, para evitar que el día de ayuno sea una hora más largo para los musulmanes en Ramadán.
Pero la decisión fue rechazada por la Iglesia Maronita, entre otras instituciones, lo que resultó en dos tiempos diferentes y simultáneos, la confusión y el caos y finalmente un nuevo anuncio del gobierno, que revirtió esa polémica decisión.
Hubo inconvenientes en los horarios de vuelos, lugares de trabajo, escuelas, universidades citas y cuestiones tecnológicas, con los servidores NTP (Network Time Protocol), que debían ser sincronizados para que los dispositivos electrónicos, incluidos teléfonos y computadoras portátiles, no pasaran automáticamente al horario de verano. (1)
Los libaneses recurrieron – entre otras cosas – a las redes sociales, a la ironía y el sentido del humor, para compartir la sensación de frustración y desesperación de muchos, que anhelan la implementación de reformas para sacar al país del pozo financiero, económico y social en el que se encuentra.
Contexto: La situación política
El Líbano no tiene presidente desde el 31 de octubre de 2022, cuando Michel Aoun – aliado de Hezbollah – dejó el cargo. El Parlamento celebró más de una decena de sesiones destinadas a tratar de elegir un presidente, pero todas fracasaron. La mayoría de los legisladores emitieron votos en blanco, otros votaron por figuras como Nelson Mandela y Salvador Allende, y muchos más se retiraron una y otra vez en medio de las sesiones, dejando al Parlamento sin quórum.
Los eternos enfrentamientos entre musulmanes chiitas, musulmanes sunitas y cristianos, han sumido al país prácticamente en la inacción, ya que también el Poder Ejecutivo es ejercido por un gobierno interino.
Hezbollah y sus aliados anunciaron recientemente que apoyan la candidatura a la presidencia de Suleiman Frangieh, un amigo del presidente sirio Bashar al-Assad. El presidente del Líbano debe ser cristiano y Frangieh – además de no tener la mayoría necesaria en el Parlamento – carece del apoyo de los tres principales partidos cristianos maronitas, y por tanto, de legitimidad para ocupar el cargo incluso a ojos de su propia comunidad.
Samy Gemayel, líder del partido Kataeb (Fuente: MEMRI)
A propósito de los cristianos maronitas, el líder del partido Kataeb, Samy Gemayel, reiteró en los últimos días su tajante rechazo a que Hezbollah imponga un candidato a presidente. “Sería el presidente de la República de Hezbollah y no de todos los libaneses. El nuevo presidente libanés debe gozar de la capacidad y voluntad de negociar para recuperar la soberanía y hacer frente a las armas de Hezbollah”, afirmó Gemayel.
Al hablar acerca de la soberanía y “el tema de las armas ilegales”, Gemayel apunta a la milicia o ejército paralelo de Hezbollah y sus armas, y asegura una y otra vez que “ningún país se construye con dos ejércitos”. (2)
El colapso económico
El Líbano necesita desesperadamente un presidente y un gobierno estables, que puedan instaurar e impulsar una serie de reformas financieras que el Fondo Monetario Internacional estableció como condición para desbloquear 3 mil millones de dólares en financiamiento. De estas reformas dependen también otras ayudas financieras internacionales, frenadas hasta ahora por la parálisis política y la corrupción. Asegurar los fondos del FMI – por ejemplo – allanaría el camino para una asistencia 11 mil millones de dólares que prometieron los donantes internacionales en una conferencia en París en 2018.
Según publicó recientemente el diario emiratí The National, la inflación en el Líbano alcanzó una tasa anual de alrededor del 190% en febrero. Esta hiperinflación provocó el aumento descontrolado de los precios de las comunicaciones, la salud, los alimentos, el agua y la energía. En el primer mes del año, el Índice de Precios al Consumidor aumentó un 26%. La economía del Líbano se contrajo alrededor del 58% entre 2019 y 2021, y el PIB cayó a 21,8 mil millones de dólares en 2021. Sus ingresos fiscales se redujeron más de la mitad en los últimos dos años, y la libra libanesa continúa perdiendo valor en el mercado paralelo y en el tipo de cambio oficial desde una devaluación del 90% a principios de febrero. (3)
El Banco Mundial describió la crisis del país como una de las peores de la historia moderna, ubicándola entre las peores del mundo desde mediados del siglo XIX.
A todo esto se debe sumar la tremenda explosión en el puerto de Beirut, que causó más de 200 muertos y 6.500 heridos, devastó barrios enteros y dejó a miles de familias sin hogar ni sustento. Un hecho que también se inscribe en el contexto de los conflictos sectarios y políticos, y que no solamente asestó un nuevo golpe a la demolida economía del Líbano, sino también a su sociedad, que todavía reclama rendición de cuentas y justicia.
Y allí – entre la corrupción, el desgobierno y la ausencia de justicia, sin energía eléctrica ni esperanzas – está la gente.
Consecuencias de la explosión en el Puerto de Beirut (fuente: dailystar.com.lb, 4 de agosto, 2020)
¿A qué hora morirá el Líbano?
Ghassan Charbel, editor jefe del diario Asharq Al-Awsat, escribió el 27 de marzo de 2023 una columna titulada Tiempo del Kremlin y tiempo de Beirut. (4)
El texto comienza exponiendo los efectos de la guerra en Ucrania y señala: “El mundo está viviendo en el tiempo del Kremlin. Las decisiones de su amo dejan huella en la seguridad del planeta y los precios de la energía y los cereales”.
Tras un breve análisis de la situación internacional y de lo que podría acarrear otro año de guerra en esa zona del mundo, Charbel asegura que en “una situación global tan peligrosa, los gobiernos de todo el mundo deben evaluarla adecuadamente. Deben velar por su seguridad y situación interna. Deben atender las necesidades de su pueblo para evitar disturbios que puedan conducir a una inestabilidad que trascienda las fronteras. Oriente Medio está preocupado por la situación mundial”.
A continuación, la traducción de algunos extractos del artículo, en los que el autor hace referencia a la situación del Líbano, un barco en medio de la tormenta:
“El mapa libanés no es un barco volcado. Es un barco lleno de agujeros que necesita ser recuperado del fondo del océano donde ha sido conducido por el sistema de corrupción, fracaso y disputas entre facciones sobre el cadáver del estado. Incluso si asumiéramos que los políticos libaneses no tienen tiempo para preocuparse por el Kremlin y Taiwán, el ciudadano libanés común tiene derecho a exigirles que aprovechen cualquier oportunidad para sacar al Líbano de los laberintos del Infierno donde ha estado durante mucho tiempo”.
“De todos los mapas rotos, el del Líbano se encuentra en la situación más precaria. La situación se ha vuelto tan grave que los médicos pronto escasearán, eso si los enfermos pueden pagar el tratamiento. Más peligroso que la imagen de los libaneses que buscan en montones de basura un trozo de comida son los puentes rotos entre los segmentos de la sociedad”.
“La retórica sectaria se ha impuesto, con total desprecio por la Constitución, la única referencia a la que uno puede recurrir. El odio a la Constitución y los plazos constitucionales y la imposición de prácticas que van en contra del espíritu del propio tejido libanés y que arrastran al Líbano hacia agendas y conflictos que están más allá de su capacidad de resistir son factores que han llevado al país a un abismo tras otro”.
“La batalla por el tiempo en el Líbano es dolorosa. Expone el miedo sobre los equilibrios de poder, la identidad, la forma de vida del pueblo libanés y sobre los cambios políticos, sociales y demográficos. Expone el miedo sobre la posición regional e internacional de su país. La mejor prueba de ello es el impacto letal que provoca la emigración. El pueblo libanés está tan desesperado por su país y su pueblo que está dispuesto a lanzarse en ´barcos de la muerte´ para irse”.
“La batalla del tiempo es dolorosa. ¿Aprovecharán los libaneses todas las oportunidades para declarar que no son un solo pueblo, sino un grupo de pueblos que han sido confinados juntos por la geografía? ¿Querrán decir que han renunciado a intentar construir un estado que pueda acomodar a todos los segmentos y colores y donde la paz no sea más que una tregua a la espera de una guerra más mortífera? ¿Quieren vivir para siempre a la sombra de un matrimonio fallido y un divorcio imposible?”
“¿Hasta cuándo podrán vivir con el vacío en la presidencia y en un espacio geográfico donde la justicia no tiene sentido y la policía es ineficaz? Lo mismo se aplica al parlamento y al gobierno. ¿Por qué el pueblo libanés olvida las experiencias y se niega a aprender de ellas? ¿Han olvidado lo que demostró el tiempo: que cada elección que es mayor que el Líbano es costosa, y cada elección menor también es costosa?”
“La batalla del tiempo da miedo. Dos capitales con dos tiempos, instituciones con dos tiempos, edificios con dos tiempos. ¿A qué hora morirá el país?”
(1) L´Orient Today, 23 de marzo de 2023
(2) Video de MEMRI TV N°10103: Político libanés Samy Gemayel: “Hezbollah mata el espíritu del Líbano, trae una cultura de muerte, martirio y guerras; No viviremos como ciudadanos de segunda clase, si se necesita el ‘divorcio’, hagámoslo”
(3) The National, 29 de marzo de 2023
(4) Asharq Al-Awsat, 27 de marzo de 2023
Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.
¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.