Haniye en su avion privado
Cuando cerca de las 2.30 de la mañana de este martes Israel lanzó con 40 aviones el operativo “Escudo y Flecha” matando en sus casas mientras dormían a tres de los principales jefes operativos de la organización Yihad Islámica en la Franja de Gaza, estaba agregando otro eslabón en la larga y continua guerra contra el terrorismo. Nadie piensa que se trate del último eslabón ni de la solución al problema, pero sí de un paso considerado imprescindible para tratar de disuadir al enemigo, que busca continuamente oportunidades para atacar a Israel.
Tal cual declaró el Brigadier General Daniel Hagari, Dover Tzahal, o sea el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, el ataque se dirigió concretamente contra jefes terroristas que estuvieron involucrados en forma personal y directa en todos los últimos ataques. Destacó que Israel despliega el máximo esfuerzo para minimizar el riesgo de víctimas no involucradas. Sin embargo, según fuentes palestinas hubo también civiles muertos que se hallaban en la zona atacada.
Para entender la motivación, es oportuno recordar ante todo que la Yihad Islámica es una organización terrorista especialmente radical, financiada y apoyada directamente por la repúblia islámia de Irán.Además, es imperioso conocer quiénes fueron los blancos del ataque: Khalil Bahitini, responsable del disparo de cohetes hacia Israel en las últimas semanas, Tarek Az al-Din, encargado de la organización de atentados a realizarse en Cisjordania y Yáhed Ránem, secretario del Consejo militar de la Yihad Islámica.
Todos ellos tienen un largo historial de terrorismo.
Bahitini, de 44 años, era el máximo jefe operativo de la organización en Gaza, en contacto directo y permanente con la comandancia armada de la organización así como con sus jefes con sede en Damasco. Comenzó su actividad en la Yihad Islámica a fines de los años 90 del siglo pasado, programando numerosos atentados contra Israel, entre ellos varios ataques suicidas con explosivos, el disparo de cohetes y la organización desde Gaza de atentados a ser cometidos en Cisjordania.
Tarek Az al-Din, de 49 años, tenía a su cargo la coordinación de atentados en Cisjordania, tanto desde el punto de vista operativo como financiero, además de incitar a la perpetración de atentados contra civiles israelíes. Fue liberado en el 2011 en el marco de la transacción con Israel para la liberación del soldado Guilad Shalit que había sido secuestrado por Hamas a Gaza cuando se hallaba en una posición militar del lado israelí de la frontera. En ese intercambio, Israel excarceló a 1.027 terroristas presos, lo cual deja en claro que su trayectoria data de muchos años atrás y que volvió de inmediato a planificar terrorismo.
Yáhed Ránem, de 62 años, era uno de los jefes terroristas más veteranos y de mayor peso en la infraestructura de la Yihad Islámica en Gaza. En sus últimas “responsabilidades” estaba la coordinación y transferencia de fondos para armas y explosivos y la preparación de atentados también en Cisjordania y el exterior.
Israel no se hace ninguna ilusión . Sabe que esto no neutraliza a la Yihad Islámica, y que el evidente estupor que causó en sus filas la eliminación simultánea de sus tres jefes en Gaza-por el cual durante 5 horas y media desde el operativo aún no habían lanzado cohetes hacia Israel- será pasajero. Sabe que tendrá que seguir atento a los planes terroristas. Podría uno preguntarse entonces qué sentido tiene atacar, si está claro que habrá cohetes hacia el sur, pero no se estará solucionando nada. Pero dado que la alternativa es transmitir a los terroristas un mensaje según el cual todo lo que hagan queda impune, se entra en esta compleja dinámica ya conocida.
El operativo mostró el alto nivel de la Inteligencia israelí. Según reveló el portavoz militar, se concretó el ataque cuando se había recabado la información precisa necesaria que permitía llevarlo a cabo no sólo en forma efectiva sino también simultánea contra los tres jefes, para potenciar el efecto de la sopresa.
Cuando Israel respondió en forma limitada al disparo de más de un centenar de cohetes hacia su territorio hace menos de una semana, se reiteró la conocida polémica sobre la sabiduría de la política de contención. También aquí planteamos el dilema de cómo maniobrar entre no lanzarse a aventuras militares de gran envergadura y actuar con una contención que transmita a los terroristas el mensaje que pueden hacer lo que quieran. Ahora está claro que ya en ese momento Israel estaba buscando la oportunidad precisa para atacar a los jefes terroristas en el momento más apropiado.
Y ahora, ha comenzado la cuenta regresiva hacia el próximo intercambio de fuego. Debe recordarse de antemano, de cara al disparo de cohetes que seguro detonarán las alarmas en el sur de Israel: todo comienza con el terrorismo, sin el cual Israel no lanzaría ningún operativo en su contra.
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