Entre el día del cumpleaños de mi hija y el aniversario del fallecimiento de mi padre hay tres días de diferencia. Perdí a mi padre en un extraño accidente cuando era una adolescente, por lo que para mí este es un día de gran carga emocional. Cuando planeaba el Bat Mitzvá de mi hija, esta era una fecha que debía evitar a toda costa. Pero debido a una situación médica, tuvimos que cambiar la fecha que habíamos elegido y, a menos que quisiéramos posponer el Bat Mitzvá por muchos meses, la única fecha disponible, obviamente, era precisamente ese día.
¿Cómo podría celebrar este momento feliz en un día que para mí es uno de los días más difíciles de todo el año? Alejar las emociones negativas sólo empeora las cosas. La respuesta más auténtica era permitirme a mí misma estar en paz con la incomodidad de sentir múltiples emociones contradictorias y honrar la verdad de mi experiencia. Puedo estar a la vez feliz y triste, esperanzada y temerosa. Eso es lo que me hace humana.
Cada día tiene potencial para la oscuridad y la desesperación, y a su vez para luz y dicha. Debido a la cualidad innata de la «tendencia a la negatividad», a menudo tendemos a enfocarnos en lo «malo» y perder de vista lo «bueno».
¿En qué te enfocas tú? Es tu elección. Tienes la posibilidad de cambiar tu perspectiva y elegir ver la belleza y la esperanza en el mundo, incluso cuando parece que todo se está derrumbando.
Este es el mensaje que yo elijo ver en Tishá BeAv, el día que conmemora la destrucción del Primer y el Segundo Templo, y que se considera el día más triste en el calendario judío.
Pero Tishá BeAv es más que la destrucción de los Templos. Inicialmente, este día debía ser un día de alegría y celebración. Era supuestamente el día en que el pueblo judío en el desierto debía entrar a la Tierra de Israel. Pero esa ocasión feliz se vio frustrada por el incidente de los espías. Cuando los espías regresaron para informar sobre lo que habían visto en la Tierra de Israel, trajeron noticias sobre una tierra fértil y abundante, pero también informaron que allí vivían personas fuertes y poderosas, y que era difícil que pudieran vencerlas. Dos realidades.
El pueblo judío entró en pánico y lloró de miedo, manifestando falta de fe en Dios (se enfocaron en lo malo). En consecuencia, en vez de seguir lo planificado y entrar a la tierra prometida inmediatamente después de partir del Monte Sinaí, el ingreso a la Tierra de Israel se pospuso durante 40 años. Un día que debía ser de celebración y alegría se transformó en un día de duelo y dolor… en aquel entonces y ahora.
Pero esto no tiene que ser así para siempre.
Tishá BeAv representa una realidad dual. Sí, guardamos duelo por el pasado, pero también hay una chispa de esperanza por el futuro, porque la historia judía es un «juego a largo plazo», y finalmente experimentaremos la redención final que traerá una era de paz y prosperidad al mundo. Como dijo el gerente del «Exótico Hotel Marigold» a un grupo de clientes insatisfechos: «Al final todo estará bien, y si no está bien, no es el final».
La celebración del Bat Mitzvá de mi hija precisamente en el aniversario de fallecimiento de mi padre fue un recordatorio de que la vida es un regalo valioso y que debemos apreciar cada momento, ya sea triste o alegre, o incluso ambas cosas, porque la tristeza y la alegría coexisten. Entendí que no había mejor manera de honrar a mi padre que celebrar el comienzo de un nuevo capítulo en la vida de mi hija.
Entendí que no había mejor manera de honrar a mi padre que celebrar el comienzo de un nuevo capítulo en la vida de mi hija.
En silencio le agradecí a mi padre y le dije que todos habíamos crecido bien… más que bien. Aunque siempre extrañaré a mi padre, por primera vez sentí una sensación de paz.
Encontrar la alegría en la oscuridad es un desafío que muchos enfrentamos. Es fácil quedarse atascado en la negatividad y las dificultades de la vida cotidiana, es fácil sentir que no se puede encontrar ninguna luz. Sin embargo, es importante recordar que incluso en los momentos más sombríos siempre hay potencial para la alegría, y que siempre podemos encontrar una manera pequeña de avanzar con positividad. Por lo menos, podemos usar nuestro dolor y nuestra pena para inspirarnos a ser mejores personas y más amables. Podemos esforzarnos por ser más compasivos y empáticos con otros que experimentan sus propias luchas.
La energía dual de Tishá BeAv refleja esta realidad. Puedes crear significado incluso en medio de circunstancias difíciles. En Tishá BeAv, al recordar la destrucción de los Templos, tratemos de usar este día también como una oportunidad para reflexionar sobre lo bueno en nuestras vida y para encontrar formas de avanzar con positividad y esperanza.
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