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| sábado noviembre 23, 2024

Una postura ortodoxa, liberal y moderna, sobre el judaísmo, Israel y sus desafíos

Con el Rabino Ohad Teharlev


Apoya en principio la reforma judicial pero exige diálogo para lograrla.Y critica la política del gobierno en el relacionamiento con el sector haredi, ultraortodoxo.

 

 

El rabino Ohad Teharlev (57), residente en el asentamiento  Talmon ,encabeza la midrashá-instituto de estudios judaicos- Lindenbaum en Jerusalem, fue uno de los fundadores de “Rabanéi Beit Hilél”, un grupo de rabinos ortodoxos de  línea liberal, y es también quien vivió la tragedia de haber perdido un hijo en combate. Elhai, uno de sus 7 hijos, fue asesinado en un atentado terrorista durante su servicio militar.

Teharlev tiene también 7 nietos y nos cuenta que sigue haciendo miluim, el servicio militar en la reserva. Como padre de un hijo caído, no puede aceptar en absoluto que los ultraortodoxos no vayan al servicio miitar.

Es muy difícil encasillarlo en un título de presentación, por lo multifacético de su personalidad, que no entra en una etiqueta simplista.

Dada la dura división que vive Israel, que va mucho más allá de la discusión sobre la reforma judicial y que toca intensamente también el tema de las relaciones entre Estado y religión y el papel de la sociedad ultraortodoxa (haredi) en la sociedad israelí, pedimos entrevistarlo.  Nos resultó apasionante escucharlo y creemos que es clave compartirlo.

 

P: Rav Teharlev, le agradezco desde ya que haya aceptado concederme esta entrevista. Usted es una persona creyente, observante, que vivió siempre como un judío religioso. Según las etiquetas simplistas que circulan en la sociedad israelí uno podría suponer que abraza lo que hace la coalición de gobierno en la que el Likud tiene de aliados a partidos religiosos. ¿Qué opinión le merece lo que está sucediendo, la línea del gobierno?

R.En una frase, te diré que creo que no hay mayor profanación que lo que están haciendo. Lo digo por los acuerdos de coalición que se firmaron, las exigencias de todos los partidos incluidos en ellos y varias de las propuestas de ley presentadas. Respecto a la reforma judicial creo que la verdad está en algún punto intermedio. Es necesario hacer ciertas reformas. Pero no así.

Ya en los acuerdos de coalición está el compromiso de promulgar una Ley Fundamental sobre el estudio de la Torá y cosas similares. Es “jilúl Hashem”, profanación del nombre de D´s, porque significa que los haredim, el sector ultraortodoxo, no tiene que ser parte de la carga nacional, ya que pretenden igualar el aporte de los soldados que hacen servicio militar con el de los jóvenes que estudian Torá. La intención de esa ley es dar legitimidad formal al hecho que no se enrolan y eso es inaceptable.

 

P: ¿Diría que hay mucha gente que piensa como usted en su sector de la población, gente religiosa que vive en Judea y Samaria?

R: No diría mucha, pero sin duda hay mucha más gente de derecha que tiene enfoque liberal de lo que muchos creen. Seguro no soy el único.

El Rabino Teharlev es conocido por su defensa del enrolamiento de mujeres, también las observantes, al servicio militar

 

Entre sionismo religioso y haredim (ultraortodoxos)

P: Usted , si buscamos etiquetas, iría claramente a la del sector sionista religioso. El problema es que desde que el hoy ministro  Betzalel Smotrich adoptó ese término como nombre del partido, “El Sionismo Religioso”, siento que hay que hacer aclaraciones. Aunque yo no soy parte de ese sector, siento que les robaron el nombre . El sionismo religioso siempre fue sinónimo de valores humanistas, de lo más hermoso de las enseñanzas judías, aporte al país, estudio de la  Torá y también un servicio militar significativo. Pero el partido que lleva ese nombre tiene tintes mucho más nacionalistas y extremistas.

R: Es cierto. Yo mismo no voté por ese partido. Y el que hayan adoptado ese nombre sin duda creó un problema, en mi opinión tanto para el público religioso como para ellos mismos ya que no estoy seguro en absoluto que sin unirse Smotrich con Itamar Ben Gvir de Otzmá Yehudít, habrían tenido el logro electoral que tuvieron. Quizás ninguno habría entrado a la Kneset.  El término sionismo religioso hoy en día es muy problemático.

Hoy el sionismo religioso tiene también tintes fuertes de ultraortodoxia. Algunos son como los haredim mismos. Para mí, cuando la Suprema Corte determinó que Arie Der´i, jefe del partido ultraortodoxo SHAS no puede ser ministro, y Smotrich fue a su casa a alentarlo, fue una imagen lamentable. Sentí que se ponía en una situación por debajo de los haredim. Y yo no puedo aceptar que en términos generales-claro que hay excepciones- los haredim nunca hayan tomado parte de lo que ocurre en Israel. Para sus líderes, el Estado es un instrumento para cumplir sus intereses. Y ver ahí a Smotrich para mí fue muy negativo.

P: El problema son las generalizaciones. ¿Diría que los haredim no son sionistas, ninguno?

R: No son sionistas.

P: ¿No aman a Israel?

R: Aman a Israel, pero no son sionistas. No están dispuestos a ir al ejército. Es un serio problema.

Esto de eximir a la gente de ir al servicio militar, no es un acto judío. ¿Dónde se vio que se exima alguien de ir al ejército cuando hay que librar una guerra? No puede estar exentos.

P: La gran pregunta es si se aprovechan cínicamente del Estado o realmente consideran que estudiando la Torá salvan a Israel.

R: Yo considero que estudiar la Torá también sava a Israel. Lo creo. Pero eso no significa que no haya que ser parte de la carga nacional. Tú sabes que yo perdí un hijo en el ejército.

R: Así es, en un atentado terrorista.

P: Mi hijo estudiaba Torá y también era soldado. ¿Dónde está la contradicción? Yo me pregunto. Si hay un accidente al lado de una yeshivá en la que hay jóvenes judíos sentados estudiando.¿Acaso no cerrarán sus libros para ir a ayudar?¿Alguien dirá que seguir estudiando la Torá seguramente salvará al que yace herido en la carretera? Son estupideces. Nos hallamos todos en una situación bélica. Cada día pasa algo, en Israel y fuera de fronteras.  Debemos lamentablemente estar atentos todo el tiempo como si hubiera siempre un accidente de tráfico. Se puede un tiempo estudiar la Torá y después ir al ejército. Se puede postergar, hacer parte del tiempo. Pero hay que ser parte del esfuerzo por llevar la carga nacional. No puede ser que no lo hagan.

La familia, en tiempos mejores, antes de la tragedia

 

Otros problemas

P: ¿Qué más le molesta de la situación, como para decir que los acuerdos de coalición firmados son una profanación?

R: Por ejemplo, también la cancelación de las reformas en el sistema de Kashrut, o sea los certificados que confirman que determinado alimento e instalación es kasher. Y lo  hacen porque los haredim tienen sus sistemas, que no dependen del rabinato central, y cuando alguien quiere erigir otro, alegan que son reformistas o algo así. ¿Ellos pueden no depender del rabinato  y otros no?

Pero hay otras cosas. Todo el tema de la introducción de la política al ejército, es una profanación porque es atentar contra lo único que une a todos. Que el rabino jefe del ejército esté supeditado al Rabino jefe del Estado, es un craso error.

P: ¿Cree que hay un problema con el tema de los presupuestos al sector haredi? La población suele quejarse pero sus dirigentes sostienen que contrariamente a lo que muchos creen,son discriminados. ¿Cuál es la verdad?

R:Yo no tengo dudas que el Estado tiene que apoyar a quienes estudian Torá. Pero no es lógico igualarlo con los que estudian en la universidad, porque estos últimos  aportan al mercado laboral con el que se mantiene a la gente que necesita ayuda a través del pago de impuestos.No puede ser que alguien que estudia algo que no aporta a la producción económica del Estado, diga que merece recibir lo mismo. Hay muchas cosas injustas en estos temas.  Por ejemplo, la sociedad haredi está exenta del pago de impuestos municipales y por eso Jerusalem, donde hay gran porcentaje de población haredi, precisa todos los años un agregado de 900 millones de shekel a su presupuesto. Todas estas cosas son importantes. Y no pagan el impuesto municipal porque la mayoría de los hombres no trabajan. Si uno trabaja, tiene que recibir como todo los ciudadanos,pero recibir extras si no lo merecen, no.  Y tienen muchas otras bonificaciones de las que nadie habla, saben organizarse y preocuparse por su sector.

 

P: La pregunta es si se trata de fondos del Estado en todo eso, porque reconozcamos que también es un sector con mucha solidaridad interna. 

R: Claro que me refiero solamente  a dinero del Estado. No es una situación agradable que los políticos aprueben todo esto?

P: ¿Cómo se combate este problema sin manchar y ensuciar a un público entero?

R: Lo que hay que hacer es exigir que todos compartan la carta nacional. Está bien que cada gobierno se preocupe en especial de los sectores que lo eligieron, si todos se reparten las obligaciones. Si no, es un problema.  Sea cual sea el público del que hablamos.

P: ¿Cómo analiza usted el comportamiento del Primer Ministro Netanyahu?

R: Ante todo, es un genio político. El problema es que no podemos creer realmente lo que dice hoy. Tampoco sus amigos le creen, así que tenemos un serio problema. La confianza debe ser la base sobre la que todo se construye. Y cuando una persona no cumple con lo que pacta, es difícil creerlo.

 

P: La ley no prohibe que sea Primer Ministro aunque ha sido imputado sino que determina que recién si es declarado culpalble por una instancia ante la que ya no se puede apelar tiene que renunciar. ¿Qué le parece? ¿Está bien que pueda seguir en su cargo?

R: Yo siento y creo que no es digno. No sé en qué terminan las actas de acusación en su contra, pero consdiero que la persona que lidera al pueblo de Israel debe ser intachable, alguien de altísimo nivel moral. Por eso digo que la situación de Netanyahu digamos que choca.  Creo que él cometió un error al no retirarse cuando fue imputado para abocarse a limpiar su nombre. Aportó mucho al país, y tendría que haber sabido retirarse.

 

P: ¿Qué opinión le merece el tema de la reforma judicial?

R: Yo considero que hay que hacer reformas en el sistema judicial. Pero todo vuelve a lo que ya planteamos sobre profanación.  Hay cosas que se hacen dialogando. También la Ley Fundamental sobre el estudio de la Torá. Evidentemente no estoy diciendo que no hay que estudiar Torá, pero hay que ser conscientes de los temas que son muy delicados en la sociedad israelí. Y por eso, hay que hablar.  Hay que tratar de lograr acuerdos, entendimientos.

P: ¿Está preocupado o es optimista?

R: Estoy preocupado por la forma en que se habla, por el camino que se está recorriendo. No es el fin de Israel ni la destrucción de nuestro hogar . Pero hoy la gente ve la mitad vacía del vaso. Hay que tener cuidado con las palabras que elegimos. Todos tenemos responsabilidad por lo que pase.

 

P: Estamos en el 75° año de la independencia de Israel. ¿Cómo ve al país , aún en medio de esta crisis?

R: Israel es una verdadera maravilla, mágica. A pesar de todas las diferencias, lo que nos une es más que lo que nos separa.

P: ¿Usted va a las manifestaciones de protesta?

R: Sí , en Jerusalem. Pero no por la distancia sino por el carácter de la manifestación allí, producto de un diálogo común que trata de construir y no de destruir. En la manifestación central en Kaplan en Tel Aviv, hay muchas otras cosas con las que no me identifico. Es más provocativo, también por ejemplo porque allí se ve que hay quienes enarbolan banderas palestinas. Quienes lo hacen parten de la suposición que todos los problemas comienzan por la ocupación, y yo no concuerdo con eso.

P: ¿Qué hace una persona con ideas como las suyas, viviendo en los territorios que son tema de polémica?

R: Yo no veo ningún problema. Soy una persona de derecha, considero que la tierra de Israel pertenece al pueblo de Israel. Creo que con los palestinos no tenemos interlocutor para la paz.Pero en todo lo demás me identifico con posturas más liberales. No veo por qué es tan difícil entenderlo.

P: ¿Considera que hay que tratar de llegar a la paz?

R: Por supuesto. La pregunta siempre es a qué precio. Hoy en día no tenemos con quién hablar. Los palestinos quieren echarnos de aquí.

P: ¿Y usted estaría de acuerdo con la creación de un Estado palestino si Israel mantiene su control en los bloques de asentamientos, o sea donde se concentra el grueso de la población israelí en Judea y Samaria?

R: No, yo no quiero que haya un Estado palestino.

P: ¿Por qué quiere todo el territorio o porque no confía en ellos?

R: Ante todo, no confío en ellos. Y además, el territorio, tanto desde un punto de vista de seguridad como de valores, nos pertenece a nosotros, al pueblo de Israel. Si me preguntas teoréticamente qué pasaría si tuviéramos con quién hablar, si desarrolláramos un diálogo de paz a largo plazo durante años, si en se caso yo estaría dispuesto a renunciar a territorios, pues sí, puede ser que sí. Pero eso no existe

 

P: ¿Cómo vive la situación actual? La sensación es que la aprobación en la Kneset de la enmienda que quita a la Suprema Corte autoridad para controlar o abolir decisiones del gobierno, fue tomada por quienes se oponen al gobierno como un paso especialmente grave. Agudizó la protesta, el nivel de discusión

R: Siento un profundo dolor por la fractura que hay. No creo que el mundo se haya terminado ni que la democracia haya muerto, pero siento que no están haciendo la cosas bien. Todos saben y muchos dicen que hay cosas que corregir, pero la pregunta es cómo. Por otro lado, me duele el corazón por el odio y a hostilidad que hay en la sociedad. Siento que extremistas de ambas partes están influyendo demasiado.

Hace dos meses estuve en huelga de hambre y traté de hacer que la gente hable, me dirigí a los políticos, y creo que tampoco con mi paso lo hicieron . Cada uno se atrinchera en su posición. Podrían haber dialogado y solucionado todo.  En cada lado los extremistas tiran de la cuerda. Algunos quieren que haya anarquía y otros sienten que su mundo se ha desmoronado. Pero yo les digo que no, que se puede corregir. Además, cuando hay que elegir entre la desesperación y la esperanza, yo siempre opto por la esperanza. Entre amor y odio, siempre elijo amor. Entre quedarme a llorar en casa o  hacer algo, prefiero hacer algo. Y creo que lo que se puede aprender de esto ante todo es que simepre hay que empezar por hablar.  Y espero que con todo lo que está pasando, la gente aya la próxima vez a votar cuando haya elecciones, en lugar de viajar de paseo o tomarse el día libre. Vayan a votar. Si todos los que hoy protestan hubieran votado, hoy tendríamos un gobierno mucho más moderado.

P: Aunque usted considera que son necesarias ciertas reformas, y aunque considera que hay extremistas en ambas partes ¿diría que la responsabilidad principal por lo que está ocurriend es del gobierno, porque es quien tiene el poder?

R: Claro, eso es indudable. Pero es como en una pareja, no hay sólo uno que es culpable. Si hay una pelea, siempre todas la spartes tienen parte de la responsabilidad. No alcanza con estar seguro que uno tiene la razón, hay que actuar con inteligencia. Siempre debe haber quien se comporte como un adulto responsable y ese debería ser ante todo el gobierno. No hay duda. Pero se dan la cabeza contra la pared, como un elefante en un negocio de cerámicas, por usar la conocida expresión en hebreo.

 

P: Pero reformas usted sostiene que hay que hacer.

R: Claro que sí. Yo no soy jurista, pero creo que está claro que no llegamos porque sí a esta situación. Es el resultado de muchos años de interferencias de la Suprema Corte de Justicia en lo que pasa. Me parece indudable que hay que cambiar el sistema de los equiibrios, porque hay un grupo grande en la sociedad israelí que considera que los jueces no los toman en cuenta.Y que hay agendas que influyen. Nadie podrá salir habiendo logrado todo.  Pero todo tiene que hacerse dialogando, ya que nunca se puede hacer cosas que estremecen sin acuerdos. Cuando se firmaron los acuerdos de Oslo, mucha gente gritó desgarrada y no los escucharon. Siempre, cosas grandes que cambian a la sociedad israelí, deben hacerse dialogando. De lo contrario habrá una gran fractura.

 

P: Muchas gracias por su tiempo y por este importante análisis.

R: Muchas gracias.

 
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