Finalizando el último agosto, en Milwaukee (Wisconsin), organizado por Fox News, se realizó el primer debate televisado entre ocho aspirantes a la nominación del partido Republicano de cara a las elecciones presidenciales de EEUU, a realizarse en noviembre de 2024. El ex presidente Trump no asistió, alegando lo obvio: lidera con un porcentaje alto las encuestas de ese partido; por ello, como una situación extraña, la carrera por la candidatura pareciera estarse dando para constituir la fórmula republicana, es decir, a fin de optar por la vicepresidencia.
En tal escenario, irrumpió con asombroso protagonismo, un desconocido en el ámbito político, de nombre Vivek Ramaswamy, de 38 años, hijo de inmigrantes indios, exitoso profesional y próspero empresario tecnológico; del anonimato, logró descollar por su estilo locuaz, histriónico, atrevido, desafiante e incluso ofensivo, lo que le valió ser más conocido a nivel nacional y captó mayor apoyo a su precandidatura. Tras ese primer impacto, se revisaron sus presentaciones precedentes y llamó la atención que, días antes de su debut político, participó en el podcast de YouTube de Albert Faleski, un influencer que, de manera constante, arremete con agresivos prejuicios antisemitas, especialmente sobre el supuesto dominio judío del mundo.
Durante ese primer debate, debido a sus planteamientos controversiales, Ramaswamy sostuvo enfrentamientos verbales con la ex embajadora de EEUU ante la ONU, Nikki Haley y con el ex vicepresidente, Mike Pence, quienes le recriminaron su falta de experiencia en general y, sobre todo, en política exterior, de allí sus grandes errores. Por ejemplo, el joven indoamericano ha afirmado que eliminaría la ayuda económica a Israel, a fin de entablar una nueva relación con el Estado judío, lo cual podría ser una forma retórica para encubrir una ruptura de los especiales nexos entre ambos países. Sin embargo, Ramaswamy aclaró que establecería vínculos de igualdad con lo que se fortalecería dicha relación. En este punto, en algún momento posterior al debate dio marcha atrás, mostrando comprender que la ayuda estadounidense a Israel favorece a ambas naciones; no obstante, haciendo gala de una postura incoherente, luego retomó sus ideas iniciales, con lo cual, omite que esa ayuda es un camino de dos vías, no se trata de un regalo, sino de una clara inversión, pues esa cifra de dinero regresa a EEUU: el acuerdo obliga a Israel a comprar el 90% de los $ 3.800 millones de ayuda anual en productos militares estadounidenses. Además, el campo israelí sirve de prueba y de sustanciales mejoras que se revierten en beneficio para EEUU, con la generación de enormes dividendos. Finalmente, Ramaswamy ignora la importancia del activo flujo de armas de fabricación israelí para el ejército estadounidense.
Por otro lado, Ramaswamy apoya los Acuerdos de Abraham y declaró que buscará incrementarlos con la suma de más países árabes e islámicos. Añadió que “se asegurará de que Irán nunca tenga armas nucleares”. Adicionalmente, elogió la decisión de Trump de trasladar la embajada de EEUU a Jerusalén y rechazó las ayudas económicas estadounidenses, sin controles, a programas dirigidos a los palestinos.
Tras adecentarse los resultados de ese primer debate, muchos analistas coinciden en deducir que Nikki Haley fue la verdadera ganadora. De todos modos, diversos asuntos irán cambiando con los venideros debates y, probablemente, otros eventos que ocurrirán durante el 2024 tendrán influencia taxativa y determinante. Por supuesto, se debe ir observando y, en base a ello, considerar cómo afectarán la futura política estadounidense dentro del país, en el Medio Oriente y en el mundo.
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