El inédito ataque de las milicias palestinas radicalizadas de Hamas y sus aliados de la Franja de Gaza vino a desbaratar la firma de un inminente acuerdo de paz entre Arabia Saudita e Israel con el auspicio de Estados Unidos. El pacto dejaba afuera a los palestinos por primera vez en la historia de las relaciones árabe-israelíes. Al mismo tiempo, se lo veía como un muro de contención de Irán y a las ambiciones expansionistas de Rusia y China. La brutal respuesta vino antes de que se llegaran a negociar los detalles y se anunciara la firma.
Irán (shiítas), el archienemigo de los sauditas (sunitas) maneja a los grupos armados de la Franja de Gaza. Les provee de armamento y entrenamiento. En los últimos días hubo un encuentro de los líderes de Hamas con altos oficiales de la Guardia Republicana iraní y en las horas previas a la ofensiva el propio líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, se expresó en favor de una represalia palestina. Los servicios de seguridad israelíes detectaron estos movimientos, pero no se dieron cuenta de que se preparaba un ataque de esta escala. Se trata del fracaso de seguridad más grande de Israel en 70 años. Esto tendrá enormes consecuencias. Ya dentro de Israel se dice que los servicios fracasaron porque estaban demasiado ocupados en la pelea interna planteada por Netanyahu y su coalición de extrema derecha que polarizó completamente al país y a sus fuerzas armadas. A tal punto que los reservistas se negaban a volver al servicio ante los constantes ataques del gobierno contra las instituciones tradicionales como la Corte Suprema.
Hamas aprovechó esta situación. Encontró a Israel debilitado por las fracturas internas. Las manifestaciones masivas que se producen desde hace meses de los demócratas israelíes para intentar detener el avance de los grupos ultrareligiosos y ultraconservadores eran vistas entre los palestinos como una oportunidad para intervenir y tratar de conseguir algunas concesiones. Pero lo único que obtuvieron fue más mano dura. Netanyahu, sus ambiciones personales y su entrega de cuerpo y alma a los sectores más radicalizados, sólo crearon el caldo de cultivo de lo que explotó ayer con el ataque sorpresa.
En tanto, queda por verse hasta dónde están dispuestos y hasta dónde pueden llegar las milicias palestinas de Gaza y con qué armamento fueron provistas por Irán y, se sospecha, que también Rusia. El principal asesor militar del líder supremo Jamenei dijo ayer desde Teherán que seguirían respaldando a los combatientes islamistas “hasta la liberación de Palestina y Jerusalén”. Las declaraciones de Yahya Rahim Safavi, ex comandante de la Guardia Revolucionaria iraní, fue tomada en Israel como un apoyo directo de Teherán a la invasión desde Gaza.
Cuatro días antes, el propio Jamenei publicó este mensaje en las redes sociales: “El régimen usurpador está llegando a su fin. Hoy, la juventud palestina y el movimiento contra la opresión y la ocupación en Palestina son más enérgicos, más vivos y están más preparados que nunca en los últimos 70 u 80 años. Si Dios quiere, el movimiento alcanzará sus objetivos”. Y también se expresó directamente contra el acuerdo de los sauditas: “La posición de la República Islámica es que los países que apuesten por la normalización con Israel perderán. Están apostando a caballo perdedor”, declaró Jamenei.
“En septiembre, hubo reuniones en El Líbano entre líderes militares de Hamas y mandos de la Guardia Revolucionaria iraní”, según Jason Brodsky, académico del Middle East Institute citado por Politico. “Esto proporciona algunas pistas claras sobre la organización de este asalto a Israel que vemos ahora”, explicó Brodsky.
La relación de los iraníes con Hamas tuvo sus altibajos en los últimos años. Los lazos se tensaron al estallar la guerra civil siria, con Teherán respaldando al régimen de Bashar al Assad y el grupo palestino apoyando a los rebeldes que luchan por derrocar al líder sirio. Como consecuencia, Hamas se acercó a Arabia Saudita y Qatar, pero con el fracaso de la llamada Primavera Árabe y la aparición del ISIS y Al Qaeda en la guerra civil siria, no tuvo más remedio que desistir de su posición. El derrocamiento del gobierno egipcio de los Hermanos Musulmanos del presidente Mohamed Morsi y un cambio de liderazgo en Qatar, sus aliados hasta ese momento, terminaron con Hamas nuevamente en los brazos de Irán.
Desde entonces, Israel esperaba una ola de violencia como las tantas que se produjeron antes, pero nunca una operación militar de esta envergadura en la que las milicias salieron a disputarle el territorio a un ejército muy superior. Desde hace décadas, una fuerza invasora no penetraba en algunas de las zonas más pobladas de Israel. Esto, a pesar de que las autoridades israelíes llevaban pronosticando desde agosto un probable ataque de Hamas o Hezbollah, o de ambos, en medio de las crecientes escaramuzas que se estaban produciendo en la zona fronteriza entre Israel y El Líbano. “Ataca el corazón de las Fuerzas de Defensa de Israel. Ataca al corazón de Israel. No se parece a nada que hayamos visto de Hamas en el pasado. Y demuestra una decisión estratégica emprendida por la organización que no creo que se produjera sin sus patrocinadores en Teherán”, opinó Jonathan Schanzer, de la Fundación para la Defensa de las Democracias, un think tank con sede en Washington.
Y no es sólo Irán. La inteligencia israelí detectó un ataque con armas rusas. Circuló un video del disparo con drones armados contra un tanque israelí Merkava y los analistas militares de Israel están seguros de que Rusia está claramente detrás. “Ningún aliado de Hamas, excepto Rusia, tiene experiencia en el uso de drones lanzadores de bombas contra tanques de batalla modernos. Sólo Rusia podría entrenar a estas milicias en una operación como ésta”, dice el análisis. “En los últimos meses, líderes de Hamas visitaron Moscú al menos tres veces, se reunieron con el canciller Lavrov, con el líder checheno Kadyrov, e informaron que habían discutido ‘un nuevo orden en Oriente Medio’”, dijeron los analistas.
Todo esto lleva a la gran pregunta de este momento y es qué va a hacer el otro grupo armado de la región aliado de Irán, el Hezbollah de El Líbano. Hasta anoche no había entrado en el conflicto. Por un lado, se sabe que la fuerza operativa y el armamento de los milicianos libaneses se reforzó en los últimos meses a pesar de la durísima situación económica que vive el país. Pero al mismo tiempo, el Hezbollah sabe que no puede hacer ningún movimiento en falso porque los grupos armados cristianos de El Líbano podrían aprovechar la situación para deshacerse de los musulmanes radicalizados como ya ocurrió en otras oportunidades desde la guerra civil que devastó al país.
En tanto, el otro hecho relevante y que podría marcar este conflicto tanto como el fracaso de la seguridad, es el de los rehenes israelíes que se encuentran en este momento en manos de los combatientes de Hamas. Es un número “sustancial” de secuestrados, admitió el comando supremo militar israelí. Las imágenes de una joven mujer soldado ensangrentada que es obligada a subir a los golpes a una camioneta impactó en la opinión pública israelí. Se habrían llevado hasta 50 civiles de un kibutz cercano a Gaza. Los anteriores secuestros de soldados tardaron años en resolverse. Y esto lleva a la pregunta de si las tropas israelíes se podrían atrever a entrar a Gaza para liberar a sus compatriotas. Sería una operación sumamente arriesgada. Las tropas podrían quedar atrapadas en las pequeñas calles de los barrios de la populosa Franja. Pero, al mismo tiempo, el gobierno de Netanyahu no podrá sostener por demasiado tiempo un enfrentamiento con este número de rehenes en manos del enemigo.
Este sábado se inauguró una nueva realidad en Medio Oriente y el resto del planeta. La Era de lo Imprevisible está instalada y en todo su esplendor. Nos sigue sorprendiendo con jugadas inéditas.
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