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| sábado noviembre 2, 2024

Las ambiciones políticas de Sinwar cuestan sangre a los israelíes

El líder de Hamás en Gaza se enfrentaba a su derrocamiento por una política conciliadora hacia Israel, cambia de rumbo y ahora tiene asegurada una victoria en la próxima lucha por el liderazgo. El apoyo financiero de Qatar a Hamás y su hospitalidad hacia Haniyeh y otros deben terminar.


La liberación de Judith y Natalie Ra’anan por sus captores de Hamas el viernes fue un rayo de luz momentáneo en la oscuridad que envuelve a los israelíes desde el 7 de octubre. Pero fue un acto cínico por parte del grupo terrorista, destinado a lograr una serie de objetivos: mejorar la imagen de Hamás en el mundo, y especialmente en Estados Unidos, para lograr que la opinión pública israelí presione a sus dirigentes para que acepten un intercambio de prisioneros en lugar de una ofensiva terrestre, y para ganar tiempo y retrasar una invasión de Gaza.

 

Hamás se siente alentado por el aparente retraso de la ofensiva, aunque las FDI están  preparadas para atacar. No está claro qué está provocando el retraso que se origina en la dirigencia política. La liberación de dos de los al menos 210 rehenes parece crear más presión para un nuevo retraso.

El presidente estadounidense, Joe Biden, agradeció a Qatar e Israel por ayudar en la liberación. Israel es quien habla con los qataríes, que actúan como mediadores entre bastidores. Pero hay que decir que las decisiones de los gobiernos de Netanyahu y Bennett de permitir la entrada de unos 1.400 millones de shekels (360 millones de dólares) cada año a Gaza han ayudado a Hamás a construir su infraestructura militar. El dinero no fluyó directamente al ala militar de Hamás, pero permitió a los gobernantes de Gaza dirigir los fondos de los impuestos recaudados para financiar infraestructura militar en lugar de civil.

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Qatar ayudó a construir este imperio del terror con su sistema de túneles y sus cohetes. Ahora alberga a toda la dirección política de Hamás. Ismail Haniyeh es el líder oficial de la organización terrorista, aunque en la práctica está dirigida por Yahya Sinwar en Gaza. Haniyeh vive en Qatar junto con otros miembros del politburó del grupo, con el acuerdo tácito de Israel. En Doha disfrutan de una sorprendente inmunidad. El apoyo de Qatar a Hamás debe terminar y debe dejar claro que todos los líderes de Hamás, incluidos aquellos que son invitados en ese país o en cualquier otra capital árabe, son culpables y son objetivos válidos.

Mientras tanto, Sinwar, su hermano Mohammed, que es un miembro de alto rango del ala militar, Mohammed Deif, Marwan Issa y otros continúan escondidos en los túneles subterráneos y se regocijan por el éxito de su operación.

En marzo de 2021, Sinwar se enfrentaba a su expulsión del liderazgo de Hamás, debido a su percibida posición conciliadora hacia Israel. Entendió el mensaje de que, para permanecer en su papel de liderazgo, debía adoptar una política mucho más extrema. Meses después de haber estado a punto de ser derrocado, ordenó un ataque contra Israel. Ahora será recordado como el arquitecto de la mayor victoria de Hamás.

El ataque asesino solidificó su posición y ahora puede esperar asegurarse el puesto de jefe del politburó de Hamás en lugar de su principal rival Saleh al-Arouri, aclamado por los ataques terroristas de Hamás en Cisjordania.

Claramente, Sinwar sorprendió no sólo a los israelíes sino también a Al Arouri y Haniyeh. Si sobrevive hasta las elecciones de 2025 para las instituciones de Hamás, tiene muchas posibilidades de ganar de forma aplastante.

Los dirigentes políticos de Hamás siguen ilesos tras más de dos semanas de guerra; el asesinato del comandante de la brigada central del grupo terrorista en un ataque israelí fue sin duda una pérdida. Pero Hamás todavía demuestra que tiene control sobre Gaza y que es capaz de lanzar cohetes contra Israel. Sus portavoces advierten a Israel de pérdidas masivas en caso de que se produzca una ofensiva terrestre.

Pero lo que aún no ha sucedido y podría indicar futuros problemas para Hamás son los ataques contra Israel en todos los demás frentes. El grupo terrorista puede haber esperado una «guerra de liberación», por parte de palestinos que incendiarían Cisjordania y Jerusalén Oriental y de árabes, que son ciudadanos de Israel, que podrían incendiar las ciudades mixtas judías y árabes. Siria, el Líbano e incluso Yemen aún no se han sumado a la guerra.

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