En los nuevos conceptos de la denominada “guerra irregular”, uno de los factores determinantes es el uso de la percepción en contraposición con la realidad, su objetivo se enfoca en desgastar la opinión generalizada sobre un opositor político o en este caso, militar. Medios de información de la región del Medio Oriente, utilizan la manipulación en base a reflejar o criticar sobre el adversario lo que ellos abiertamente hacen o cómo se comportan.
Por ejemplo, el régimen iraní acusa a los israelíes de “controlar los medios de comunicación” mundiales al mejor estilo de los bulos antisemitas tomados de los Protocolos de los Sabios de Sion, mientras tanto ellos a través de sus redes interconectadas propagan conceptos que en ocasiones extrapolan noticias de contenido “veraz” con propaganda discriminatoria, antisemita y discursos de odio.
Entre esto, divulgar que los israelíes son los principales promotores del tráfico de órganos a nivel internacional, o que es un régimen que solamente “asesina niños, mujeres, periodistas y personal de emergencia”, ambas propagandas como forma de utilizar el lenguaje para deslegitimar cualquier acción realizada por el gobierno de Israel, intensificando además la perspectiva negativa como si solamente los conflictos en los que estos están involucrados generan verdaderas crisis humanitarias, algo que a todas luces no solo es falaz sino irresponsable.
Si de uso de los medios para propagar su discurso, la propia República Islámica de Irán cuenta con varias plataformas de propaganda mediática ya sea del régimen como las cadenas en español HispanTV, ANNUR TV (Argentina), Al Mayadeen (Líbano), entre otras. El principio con el que venden la información estos medios es que se trata de una “verdad que los medios sionistas no quieren transmitir”, entonces de entrada la noción es falaz para no decir abiertamente que son redes de propaganda favorables a las posiciones de Irán y sus aliados.
Una situación similar de manipulación y propaganda en medios de la región ocurre con el caso de Al Jazeera que tiene diferentes discursos dependiendo del público al que van dirigidos, por ejemplo, no es lo mismo el canal transmitiendo información en árabe, que lo expresado en inglés o incluso en su canal “progresista” AJ+ donde transmiten inclusive material que va en contravención de sus normas nacionales, por ejemplo temas sobre el colectivo LGBTIQ que están penadas en el código catarí y se presenta como uno de los temas vendidos por el canal a través de dicha plataforma.
Este comportamiento parece sacado del manual del propagandista nazi Joseph Goebbels sobre la manipulación mediática, en particular dos principios, el de orquestación que señala el objetivo de limitar las ideas y hacerles eco hasta que se graben cual mantra entre la opinión pública y el principio de transposición donde se carga sobre el adversario todos los aspectos negativos que sobre sí mismo puedan estar pesando ante la opinión pública. La noción de estos principios busca socavar la legitimidad del oponente con el fin de desgastarlo o de minar su imagen delante de otros actores del sistema internacional.
También la manipulación en el concepto de “ganador” o “perdedor” en medio de conflictos se utilizan bajo estos principios. De ese modo, en ocasiones se propagan ideas tales como que la guerra del 2006 entre Hezbolá e Israel en el Sur del Líbano fue un golpe de autoridad por parte del grupo paramilitar chiita; pese a que las bajas más significativas fueron0 de la agrupación libanesa y los civiles de ese país.
También, por ejemplo, considerar que las guerras de Israel contra Hamas en Gaza han sido victorias para el grupo palestino por el repliegue israelí, ya sea por presiones internacionales o por temas humanitarios. Dar esa idea es irresponsable considerando que los palestinos son los más afectados en daños materiales y humanos, porque en estas de escaladas son los civiles palestinos mayormente quienes ponen los muertos y son las infraestructuras de estos las que se ven comprometidas ante las operaciones militares al estar incluso sus hogares sobre infraestructuras de uso militar como túneles y bodegas de armamento de grupos radicales palestinos que les empeñan sus vidas constantemente.
Como fue mencionado al comienzo del artículo, la percepción versus la realidad hace que esto ocurra sin mucho cuestionamiento. En el peor de los panoramas, cuando un golpe es recibido, es sencillo desviar la atención vulgarizándolo por medio de la propaganda, o utilizando aspectos que permita idealizar el impacto, entonces, no solo sería parte de una guerra de percepciones sino una forma de romantizar comportamientos nocivos que no ponen fin al conflicto sino por el contrario, inspira a aquellos que quieren seguir manteniendo posiciones de peligrosa beligerancia activamente.
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