Por Israel


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| martes julio 2, 2024

Intento irme a dormir y no puedo

Alejandro Esperanza, uruguayo, judio, padre y un destacado emprendedor.


Foto de Riccardo Annandale en Unsplash

Intento irme a dormir y no puedo. No puedo con tanta hipocresía. Tú, muy cómodo desde tu casa, comprando lo que te muestran las redes sociales sin verificar ni un solo dato. Desde tu celular, destilas odio, el más puro antisemitismo, el que ha existido durante siglos. Gritas eslóganes vacíos, desconociendo por completo la sociedad israelí. Un Estado judío, sí, pero de valores universales, donde conviven todas las religiones, libres de credo, todas las orientaciones sexuales, todos los colores de piel, y todos están representados en un parlamento elegido democráticamente.

Es muy loco, ¿No? En lugar de manifestarte en contra de Hamas, tu problema es con Israel y su derecho a vivir en paz. Los fundamentalistas islámicos que creen en la destrucción de Israel y llaman a la muerte de los judíos son los más cobardes que puedas imaginar. Sí, esos que son “soldados de la liberación de Palestina” salen un día como animales a masacrar, violar y quemar a niños, adultos, jóvenes, lo que vean en frente. Se meten en un festival de música donde reina la buena energía para traer oscuridad, a sangre fría, celebrando la muerte. Lanzan misiles a ciudades sin un destino específico, solo para matar a cuantos más puedan. Se esconden entre su gente y desde allí siembran terror.

Esos mismos cobardes construyen kilómetros de túneles para transportar armas, para esconderse y poder atacar. Salen a la superficie a disparar y vuelven a su nido. Mientras tanto, “su gente” queda expuesta, sin refugio; los refugios son solo para ellos, los “civiles” de Hamas, pobres, porque es la única forma que tienen de tener un estado. Y los mayores cobardes de esa escoria humana son sus líderes, millonarios por robarse las ayudas que deberían llegar a su gente, que viven como reyes en estados que financian el terrorismo, y que si tuvieran valor estarían al frente de la batalla

¿En serio te crees esa mentira? ¿No te detienes un segundo a pensar por qué se llevaron rehenes y no los devuelven? ¿Por qué siguen lanzando misiles cuando su gente está sufriendo? Yo también empatizo con los palestinos de bien, esos que son rehenes de Hamas sin haber sido secuestrados, las familias enteras que quisieran vivir en paz, llevar una vida digna, libre, poder estudiar, crear, emprender. ¿Vos viste lo lindo que es ese rincón del mundo? El mar Mediterráneo que baña las costas de Gaza. ¡Tantas cosas buenas se podrían haber construido! Me duele cada muerto, pero la rebeldía debería venir desde adentro también, no celebrando los secuestros ni las matanzas. Sé que es difícil, pero eso es lo que deberíamos apoyar todos. Gritar muy fuerte: ¡Fuera Hamas de Palestina, fuera cobardes, dejen vivir a su gente! No están solos. ¡Déjenlos ser libres, enseñen a vivir en paz, hay un futuro mejor para todos! Lo quiere Arabia, lo quiere Jordania, lo quieren los Emiratos, lo quiere el mundo libre, pero no lo quiere Irán, ni parecería en silencio desearlo Qatar. La única forma de terminar este conflicto es terminando a Hamas, poniendo líderes que busquen el diálogo, porque Israel ya demostró varias veces -y si no, lee Oslo, Camp David, etc.- y verás que la idea de dos estados ha vivido y ha tenido forma hace muchos años. Y lamentablemente no creo que el ejército israelí pueda eliminar de raíz a Hamas; sí a su infraestructura actual y a muchos de sus cobardes combatientes, sí cortar la llegada de armas, pero lo que hay que destruir es esa cultura de odio. Las ideas no ganan en un campo de batalla, sino en el pensamiento colectivo. Y para esa guerra donde no hay muertos, deberías estar tú ahora, mientras eliges gritar “Desde el río hasta el mar, Palestina será libre”

Creyéndote que es cool repetirlo, sin entender que ello significa la desaparición del Estado de Israel, y por ende ríos de sangre, que hoy parecerían afligirte. Piénsalo. En Israel, los escondites no son para los soldados, son para las familias. Cada departamento, cada casa, tiene un “miklat”, que en español significa refugio, una zona segura. En Gaza es al revés. En el ejército israelí, el comandante es el que va al frente y dice “ajarai”, que es “detrás mío”. Cuando suenan las sirenas por un inminente ataque, los soldados se quedan a responder y las familias se esconden. Los “civiles” de Hamas se ocultan detrás de niños y mujeres, sabiendo que el ejército israelí hará todo lo posible para evitar bajas inocentes. Infórmate, todavía estás a tiempo. Y si no tienes idea, al menos haz números y piensa que si de verdad quisieran hacer un genocidio, estaríamos hablando de cientos de miles de muertos en pocos días. Es una guerra urbana, la peor de todas, lamentable, desgarradora para todos, la que ellos buscaron cuando se filmaron gozando la muerte de todo aquel que encontraran vivo. ¿Lo celebraban, entiendes? ¿Lo contaban felices? ¿Tú eres eso? ¿En serio empatizas con eso?

Si el problema de Israel es por los palestinos, ¿por qué hay una milicia armada proxy de Irán bombardeando día y noche desde el Líbano a todo el norte de Israel, desplazando a cientos de miles de personas de sus hogares? ¿Sabes lo que es Hezbollah? Infórmate, estás a tiempo. No dejan vivir, ¿tampoco se puede defender ahí Israel?

¿La culpa es de la cúpula de hierro? ¿La culpa la tiene un Estado que innova y emprende para estar siempre un paso adelante y poder defenderse? No, eso es amar la vida. Es pensar qué más puedes hacer por tu gente. Claramente, eso no pensaron el 7 de octubre los de Hamas. ¿O crees que Israel se iba a quedar de brazos cruzados, sin responder e ir a buscar a sus rehenes? Mujeres, niños, ancianos, todos inocentes. Eso es desconocer a Israel y no tener idea de la cultura en Medio Oriente.

Y si lo que odias es a los judíos, hazte ver. ¿Qué te hicieron? ¿Tienes un jefe judío que no soportas? Cambia de trabajo, las puertas están abiertas para ambos lados. ¿Un judío te habló mal? Seguramente sea un boludo, no juzgues por religión, cada persona es un mundo. ¿O el presidente ruso -conflicto que no parece afectarte, ni sus amenazas nucleares- es judío, o la guerra civil en Siria la hizo un judío? ¿O el genocidio en Camboya? Hay estúpidos en todos lados, como hay gente bien en todos lados. Sé el dueño de tu propio destino, pero sin odio, con respeto y coraje. El pueblo judío fue masacrado hace 80 años, enviados a cámaras de gas en campos de concentración; los sacaban de sus casas, los metían en trenes hacia un verdadero genocidio -este sí que fue real, planificado y ejecutado- asesinados solo por el hecho de creer en otro dios. ¿O me vas a decir que crees en teorías de que el holocausto no existió? Dale, en serio. Pero no es nuevo, pasó con los pogromos, pasó en la Inquisición, pasó varias veces en la historia. Quizás sabías que Jesús era judío, o Marx también, Friedman, y seguramente algún otro filósofo librepensador, o capitalista, pero también doctores, artistas, músicos, matemáticos, emprendedores, profesores, o lo que quieras. Te encanta decir “los judíos tienen plata”; sí, muchos la tienen, pero la hicieron, también otros la perdieron, como todos, y nadie les regaló nada. ¿Conoces algún estado judío con reservas de gas y petróleo que vivan de eso, o terratenientes que heredaron campos gigantes en tu ciudad, o líderes de carteles del narco? La gran mayoría son trabajadores, inmigrantes que llegaron a romperse el lomo por crear bienestar para sus familias, sin ofender a nadie, trabajando de sol a sol. Lo mismo hicieron en Israel, convirtieron desiertos en lugares habitables al más alto nivel, plantaron frutas en las zonas más inhóspitas, desarrollaron sistemas de riego, construyeron ciudades, todo, conviviendo con constantes ataques de sus países vecinos, que decían que iban a “tirarlos al mar”. Los que quisieron una vida socialista, se organizaron en kibutzim (los mismos a quienes atacaron estas bestias el 7 de octubre), los que quisieron otra realidad también la construyeron. Es una mentalidad, una forma de vida, es emprender y crear tu propia realidad, multiplicado por millones de personas judías, pero también árabes y cristianas.

No importa si eres de derecha o de izquierda, liberal o lo que te pinte. No te dejes llevar por lo que te digan tus líderes políticos. Contrasta la información, estudia, empatiza con ambos lados, y verás que la solución es coexistir, no unos u otros. Pero hay que tener con quién hablar, y con Hamas claramente no se puede. Puedes discrepar con Netanyahu, pero no es el primer líder israelí que se enfrenta a esto; ha habido de izquierda y de derecha en el gobierno a lo largo de la historia, y todos han tenido que enfrentarse a este enemigo que es el islam radical que busca la eliminación de Israel en su carta fundacional; no es que yo lo piense, es que lo dicen.

Ese islam que no respeta a la mujer, que no respeta a la comunidad LGBT, que no permite el libre pensamiento. Tu indignación con la causa palestina se resuelve fácil: fuera Hamas, bienvenida la libertad y la cultura para la paz. Estado musulmán, pero pacífico. No van a lograr destruir a Israel, trabajen sobre lo posible y construyan puentes. Salgan a manifestarse y pedir por la renuncia de los líderes de Hamas, que se entreguen las armas, que devuelvan a los rehenes, y ahí sí, unámonos para pedir por un estado palestino que viva junto al Estado de Israel, que sea un ejemplo de cambio de paradigma, juntos. Los judíos no son enemigos del mundo árabe; sí de los estados que financian el terror para eliminarnos, de los grupos que lo ejecutan de manera cobarde. Eso no vamos a permitir que vuelva a suceder, y tú deberías estar en la misma línea.

Que vivan los valores universales, el respeto al prójimo, que haya un mundo de oportunidades, y que se pueda vivir dignamente. Ahí te banco a morir. Contás conmigo y con millones de personas más, y lo vamos a lograr. Salgamos a la calle, abrazados, porque siempre el amor pudo más que el odio. Brindo y pido por la paz, por la coexistencia, por un futuro mejor para todos

 
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