La actual guerra entre Israel y Hamás ha cambiado enormemente las perspectivas en la arena política internacional. Como se puede ver, la reacción de varios países sorprendieron con una actitud anti – israelí e incluso rompieron relaciones como lo hizo Colombia, el nivel de agresión antisemita se expresó en el mundo de manera más abierta, legitimando el odio contra Israel y los judíos.
Aunque Israel lidia intensamente con una lucha bélica asimétrica, que ya ha tenido que soportar más de una vez, hoy su campo de batalla se amplía ante la amenaza emergente de Irán, que durante el mes de abril vivió uno de sus primeros enfrentamientos con el envío de misiles hacia Israel sin causar daños, pero con un mensaje claro. La situación que vive el conflicto en Medio Oriente, hasta ahora, sus resultados solo han jugado a favor de Irán, por lo que se ha vuelto más agresivo e incluso se atrevió a superar los límites de riesgo.
Occidente tendrá que ser consciente de estos cambios y prepararse para las próximas estrategias iraníes, su enfrentamiento con este país y contra el eje chiita que lidera.
En este artículo, intentaré describir el enfoque político iraní proporcionando una breve explicación de la política interna y regional, con el objetivo de insinuar las bases de los cambios que se avecinan, y tal vez así pensar juntos sobre lo que la política occidental puede aspirar para lidiar con ellos.
Irán se encuentra al final de la era del actual líder Ali Jamenei, lo que genera un dilema sobre quién será el futuro líder espiritual que asumirá el poder. Podemos sentarnos a observar y luego analizar, según quién se lleve el título, cómo será, pero recordemos algunas cosas de antemano: Irán no ha reducido su amenaza, la guerra entre Israel y Hamás le dio la oportunidad de involucrarse más en el conflicto y fortalecer la imagen del país líder en Medio Oriente. Este no es el momento de bajar los brazos, por lo que no importa quién sea el próximo líder, el dilema político interno de Irán debería interesarnos y no ser una excusa para esperar; el problema surge sobre todo porque quien tome el control en el futuro tendrá el deber de mejorar los logros alcanzados hasta la fecha, lo que indica el aumento de sus políticas islámicas radicales.
En el marco de su política internacional, se puede decir que durante años la conocida República Islámica logró establecer buenas relaciones con sus países vecinos reduciendo las tensiones que existían entre ellos, al tiempo que presentó una diplomacia que durante 4 décadas logró posicionarse como un país relevante en la región. Ante las sanciones impuestas por EE. UU, Irán no resultó perjudicado en lo más mínimo, por el contrario, buscó amigos al otro lado del mapa como ser, Rusia, con la cual creó una asociación estratégica y en el mercado energético incrementó las ventas de petróleo a China, siendo esto último la respuesta a cómo pudo afrontar las sanciones económicas con gran éxito.
La dramática escalada de tensiones vivida entre Irán e Israel hace que Irán aproveche la oportunidad para fortalecer a las organizaciones terroristas que ya tiene bajo sus alas, como Hezbolá o Hamás, al tiempo que ejerce más presión sobre sus enemigos, Israel y Estados Unidos. En definitiva, la actitud iraní, especialmente ante la realización de un ataque, va más allá de un simple conflicto, sobre todo si prestamos atención a cómo logró desarrollar su uranio, estando hoy muy cerca de la realización de su programa de energía nuclear militar, algo de lo que se supone logrará en los próximos meses.
Ahora, la idea, como dije junto a mis lectores, es tratar de pronosticar lo que se viene bajo las circunstancias que he explicado, intentar dar a entender la lógica ideológica y revolucionaria y la lógica estatal en los procesos de toma de decisiones en Teherán, y el desarrollo de armamento nuclear con el objetivo de poder descifrar el mapa político mundial.
Ideología y conducta de Ali Jamenei, comprender su cultura política
El comportamiento hostil de Irán hacia Israel nunca ha estado a favor del diálogo diplomático, sino de la destrucción del Estado sionista a cualquier precio, aunque esto requiera una larga espera. Desde su nacimiento, la República Islámica de Irán ha planificado bien sus estrategias mientras el mundo occidental dormía.
Con el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre, las ideologías se unieron, porque ambas tienen el mismo objetivo, no sólo criticar la política israelí, sino dañar al pueblo mismo, exponiendo incluso a los propios ciudadanos en Gaza, algo nefasto y que no tiene sentido desde un punto de vista occidental, excepto en este caso donde la ideología es la destrucción de Israel. Entonces, es normal pagar todos los precios, incluso si eso significa que sus ciudadanos se vean afectados, porque sólo hay una realidad y un objetivo: destruir a Israel.
Sin embargo, este mismo objetivo no significa claramente que tengan la misma ideología o, mejor dicho, curso de acción. Es importante saber descifrar las diferencias entre estos dos aspectos para poder entender cómo cada uno se mueve desde su punto de interés.
Para empezar, Hamas es una organización extrema de la Jihad Islámica cuyo único objetivo es la destrucción de Israel. En parte, esta agenda es lo que la mantiene activa, la lucha contra Israel es la razón de su existencia, mientras que para Irán la hostilidad contra el pueblo sionista es sólo un pilar de su política. Irán no puede reaccionar como una organización terrorista ante el mundo entero, sus intereses deben estar por encima de la ideología, por extraño que parezca, por eso en el campo político el enfoque iraní vio cambios moderados para equilibrar su posición entre un enfoque revolucionario que simultáneamente adopta un enfoque político adaptado al marco internacional y así definir sus objetivos estratégicos. Por ejemplo, Irán prefirió a su vecino cristiano Armenia sobre el Azerbaiyán musulmán-chiita en la disputa territorial entre ellos sobre el conflicto Nagorno-Karabaj, porque temía que un Azerbaiyán secular fuerte y próspero fortalecería las tendencias separatistas entre la gran minoría azerí dentro de Irán. En zonas más distantes, y especialmente en los casos que no ponían en peligro los intereses iraníes, Irán se mostró más decidido en su apoyo a movimientos cercanos ideológicamente y mostró más lealtad a sus enseñanzas revolucionarias, como en sus relaciones con Sudán, con movimientos radicales en Argelia, con Hezbolá, con la Yihad Islámica y con Hamás, aunque ni siquiera en estos la política iraní fue uniforme y consistente. (Fuente: INSS)
Ahora, en el actual conflicto entre Hamás e Israel, Irán podría haber elegido una intervención más completa si se hubiera basado únicamente en la ideología de borrar a Israel del mapa, lo que habría implicado preparar a Hezbolá para una confrontación total con Israel desde el comienzo de la guerra, pero no fue así. La influencia iraní en la guerra Israel-Hamas fue a través de misiles enviados a Hezbolá para disparar contra Israel, en otras palabras, fue solo una pequeña parte del conflicto que incluye sus organizaciones terroristas establecidas en distintas zonas del Medio Oriente, como ser ataques pro- iraníes de milicias chiitas en Irak contra bases estadounidenses y la integración de los hutíes yemeníes en la campaña contra Israel.
Irán es consciente de que una movida general con todo un ejército diseñado para luchar contra Israel es imposible por su parte. Algo así podría conducir a una respuesta mucho más amplia por parte de Estados Unidos que socavan aún más la inestabilidad de la política interna, cuando garantizar la supervivencia de la República Islámica a pesar de las amenazas internas y externas es el primer objetivo de los líderes iraníes.
El enfoque iraní debe ser observado por Occidente y tomar ejemplos, los cambios en su enfoque internacional pueden ser moderados por factores políticos, pero si miramos el curso de la historia podemos analizar algunos comportamientos que pueden ayudarnos a predecir cuáles serán los próximos pasos de Irán.
Considerado el líder espiritual de la famosa revolución de 1979, que dio lugar a lo que hoy conocemos como la República Islámica de Irán, Jamenei logró oficialmente su reconocimiento como líder supremo de la república en 1989. Al ser reconocido oficialmente con un cargo político, Jamenei optó por una política más moderada, pero sólo con el objetivo de asegurar la supervivencia de su régimen, observando el comportamiento de sus enemigos y sabiendo bien cómo influenciar en ellos. Por ejemplo, en el año 2003 congeló las actividades del grupo armamentista que trabaja para lograr una capacidad nuclear militar, temiendo que después de la invasión estadounidense de Irak, Irán pudiera ser el siguiente.
Pero algo cambió, la débil política de Occidente hizo que Irán examinara por dónde podía y por dónde no podía cruzar los límites, y con el paso del tiempo su amenaza y sus actividades avanzaron cada vez un paso más ante los ojos del mundo.
El mejor ejemplo de lo dicho es el reciente ataque a Israel, se vio como una línea que no debería haberse cruzado, pero así fue. Inmediatamente después, altos funcionarios iraníes se apresuraron a anunciar el fin de la operación, demostrando que, aunque Irán quiere destruir a Israel, es consciente de que esto no sucederá en un día, e incluso después de ver cuál fue la respuesta de Estados Unidos defendiendo Israel, se dio cuenta de que el empeoramiento de la situación no era una buena idea. En Teherán se sabe que no lograrán crear un frente abierto contra Israel y mucho menos contra Estados Unidos.
La incierta relación con sus aliados a la hora de la verdad
La sensación de seguridad puede que colme de arrogancia al gobierno de Teherán, al mismo tiempo que la desgana de sus aliados se refleja en el campo de batalla. La noche del ataque iraní a Israel, Hezbolá disparó varios misiles contra los Altos del Golán, una respuesta que no cambió nada de lo que conocemos cuando hay conflictos entre Israel y la organización terrorista. Irán quería que Hezbolá fuera más agresivo en este ataque, pero no fue así y este tipo de actitud crea tensiones entre ellos. Esta no es la primera vez, desde el comienzo de la guerra, que Irán se desilusiona por la llamada actitud de miembros u organizaciones satélites que operan bajo sus auspicios.
El plan estratégico iraní de utilizar aliados en diferentes rincones del mundo ha dado sus frutos y ha contribuido en gran medida a la expansión de la influencia de la República Islámica de Irán. Los frentes más conocidos, para dar ejemplos claros, son el sur del Líbano con Hezbolá, que también opera en partes de Siria, o las actividades que miembros de la organización terrorista vienen realizando en América Latina desde hace décadas. El problema surge porque el liderazgo de esta red, como todos sus componentes, es algo que Irán tiene agotado ya que requiere una gran responsabilidad que no siempre tiene control, y además del conflicto que tiene con occidente, sus aliados no siempre muestran su apoyo de forma pública o relevante porque temen estar en medio del conflicto con las potencias. Estas actitudes debilitaron enormemente las relaciones y el asesinato del comandante de la Fuerza Quds, Qasem Soleimani, en territorio iraquí, confirmó que no pueden confiar en sus aliados y son más vulnerables de lo que pensaban, por lo que uno de los cambios de actitud que vemos en en los últimos tiempos, es que Irán no sólo ha fortalecido su posición y se ha vuelto más audaz, sino que ahora también prefiere atacar directamente y por su propia cuenta, y así evaluar como superar los riesgos.
El dilema político nuclear interno y las conclusiones
El enriquecimiento de uranio en Irán es una cuestión política interna más que técnica. Se reconoce que a corto plazo es posible que Irán produzca armas nucleares, pero el retraso se debe a las dudas internas del parlamento, que bien sabe que Israel, junto con Estados Unidos, en un momento crítico podrían sin dificultad atacar masivamente las instalaciones de uranio existentes, lo que hace que todavía no tomen decisiones concretas y opten por una imagen inofensiva cuando se habla de armas nucleares.
El Comité de Seguridad Parlamentario iraní afirmó que Irán podría realizar una prueba nuclear en tan solo unas semanas, sin embargo, el presidente del Consejo de Política Exterior Estratégica, Kamal Harazi, afirmó en diciembre del año 2022 que Irán es capaz de producir armas nucleares, pero no tiene intención de hacerlo. También el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Nasser Kanani, afirmó que la producción de uranio es sólo para uso civil y no hay lugar para armas nucleares. Por lo tanto, en este momento, no hay evidencia de una decisión clara por parte de los líderes iraníes encabezados por Jamenei de cambiar la estrategia nuclear y seguir adelante con las armas nucleares. Aunque está claro que no lo harán público, lo que realmente se esconde detrás de esta incertidumbre es el temor a la reacción de Occidente si se aprueba la producción de armas nucleares, algo que no se puede confirmar al 100%, lo que crea una nublada visión para los analistas.
Por último, notemos que Irán no es tan fuerte ni tan valiente como hoy lo hace parecer su imagen. Se encuentra en una encrucijada donde deberá tener mucho cuidado; pueden jugar con fuego y cada vez con más osadía, pero son conscientes de que crear una guerra general con occidente no les será cómodo en este momento. Analizan inteligentemente su intervención en la guerra de Gaza, catalogan los pros y los contras de operar su nefasta red, y según sus conclusiones aceleran su influencia en la región o mantienen de vez en cuando un perfil bajo.
El cambio de actitud de Irán es el resultado de un examen general del mapa político internacional. La débil posición occidental con una diplomacia amistosa se considera insegura a los ojos del mundo islámico, lo que lleva a los iraníes a manipular el juego político según sus intereses. Ok, supuestamente Irán no tiene ningún interés en las armas nucleares, pero seamos honestos, el comportamiento iraní sugiere que el próximo cambio será aumentar la producción de uranio. Los últimos años confirman que cuanto más seguros se sienten, más se atreven. Esperemos que los líderes mundiales se den cuenta de ello o algún día despertaremos con Irán teniendo armas nucleares, pero para entonces será un poco tarde.
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