Foto del telefono de un terrorista
Hace nueve meses fue el criminal ataque a Israel. Fue una orgía de sangre, muerte y violación. Nueve meses que al decirlo se asocia a los de la gestación y alumbramiento y desde el 7 de octubre el parto de un monstruo para asesinar judíos.
Nueve meses para parir un monstruo que se llama terrorismo islámico y sexual gestado del otro lado de la frontera.
Nueve meses que borrachos de estupefacientes, infiltración ideológica, escondidos en las sombras de las cavernas de la Inquisición para cegarse al salir al recibir los primeros rayos del amanecer recibieron órdenes de matar y ultrajar a las mujeres.
Nueve meses se cumplen de su objetivo de destruir el símbolo del placer, el embarazo y la continuidad de la vida.
Nueve meses de una cesárea que partió el vientre del mundo para recibir una diabólica criatura que se fue gestando a base de abominaciones hacia sus vecinos,
Nueve meses para tomar a las mujeres y destruir con ellas sus genitales pero antes saciando su odio cual orgasmos de animales salvajes.
Nueve meses de fracturar sus caderas, reventar sus partes íntimas, aculillar sus matrices y cortar sus pechos.
Nueve meses que también los hicieron con sus hijos para terminar con el amor y el futuro.
Nueve meses de rehenes, misiles, complicidad de ONU y UNWRA y otros organismos internacionales.
Nueve meses en el que el mundo a través de las pantallas de la televisión conoce cual si fuera una ecografía a los padres autores de los genocidas y cómo fueron creciendo los golems inseminados para liberar a Israel desde el Río hasta el Mediterráneo y la expansión de un vientre llamado túnel alimentados por un cordón umbilical desde Irán.
Nueve meses que el vientre a punto de estallar demuestra el esperpento humano alimentado a base de antisemitismo y antisionismo y que Israel en su avance pone al descubierto a medida que se va dilatando el cuello de la matriz que los contiene.
Hace nueve meses que las mujeres democráticas que defienden ese atropello a la mujer se han manifestado y las otras encubiertas entre falsos liberalismos de ideas afines con los yihadistas se han callado como las esposas de los terroristas sexuales esclavas los recibieron con dulces y sus ululaciones llamadas zaghareet de orgullo.
Para Israel estos nueve meses han sido una interrupción del derecho a su desarrollo como nación y desde lo científico fue como un falso aborto a su existencia.
Nueve meses en los que siguieron naciendo niños en Israel de padres presentes, soldados en el frente y ausentes para siempre.
¡AM ISRAL JAI
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