Lo que siguió a la masacre del 7 de octubre aclaró una realidad: mientras la mayoría de la gente y gobiernos en todo el mundo aceptan la existencia de Israel y desean lo mejor a su gente, dos conjuntos determinados de enemigos con calidades diferentes y presentando amenazas distintas quieren que ella y sus habitantes judíos sea destruidos. Cada uno de ellos, el régimen de Irán y los palestinos, tiene una red que lo hace temible en formas contrastantes.
Contexto. El estado judío ha enfrentado una andanada única de seis amenazas. Estas incluyen, yendo desde la mas a la menos violenta:
- Armas de destrucción masiva: Irán presenta la amenaza principal pero tanto Irak como Siria hicieron esfuerzos anteriores para construir bombas nucleares, mientras que Arabia Saudita, Egipto, y Turquía tambien han mostrado interés.
- Ataque militar convencional: Ejércitos, armadas y fuerzas aéreas han atacado Israel en numerosas ocasiones, especialmente los de Egipto, Jordania, y Siria, pero también Arabia Saudita, Irak y Líbano.
- Guerra de baja intensidad, también conocida como terrorismo: Han llegado ataques desde muchos lados, incluida la extrema izquierda (por ejemplo, el Ejército Rojo japonés), la extrema derecha (neo-nazis), nacionalistas árabes (el Frente de Liberación Arabe), nacionalistas palestinos (el Frente Popular para la Liberación de Palestina) e islámicos (Hamas, Hezbola, hutíes).
- Ataque demográfico: Tasas de nacimientos más altas ofrecen el atractivo de desbordar Israel, especialmente si puede ser inducida a abrir las puertas a un «derecho al retorno.»
- Boicot económico y bloqueo: Los boicots financieros y comerciales tanto como otros intentos por debilitar su economía siempre han perseguido a Israel.
- Deslegitimación ideológica: Para debilitar su atractivo, los enemigos palestinos e izquierdistas de Israel asocian el Sionismo con Imperialismo, comunismo, nazismo, apartheid, racismo, supremacismo blanco, exclusivismo judío, y otras ideas repulsivas.
La lista provoca dos observaciones. Primero, ningún otro estado contemporáneo enfrenta tal colección de amenazas; de hecho, probablemente ninguno en la historia lo ha hecho. En este sentido, Israel heredó la carga del judío. Segundo, Israel ha derrotado efectivamente los números 2 a 5, dejando sólo el No.1 y el No.6 como grandes retos. O sea, Irán y los palestinos.
Hostilidad de Teherán. Desde su concepción, la República Islámica de Irán se ha definido por medio de la enemistad hacia Estados Unidos e Israel, los así llamados satanes Mayor y Menor. A lo largo de un período de 45 años, el régimen ha dedicado vastos recursos y soportado grandes dificultades en la búsqueda de estos objetivos. Específicamente, construyó un «anillo de fuego» alrededor de Israel con la intención de rodear al estado judío, en Irak, Siria, Líbano, la Margen Occidental, Gaza e incluso Yemen, con enemigos tan numerosos como bien armados que sus fuerzas combinadas lo desbordarían. Si bien esta campaña iraní ha ganado algún apoyo político, el foco principal siempre ha estado en los medios violentos. La agresión iraní ha integrado a Israel en una alianza regional contra Teherán.
El «anillo de fuego» de siete partes de Irán rodea a Israel en tres lados.
Despreciando a los palestinos. La amenaza palestina es más sutil. Las fuerzas de Israel y la debilidad palestina irritan la necesidad de ganar a los palestinos. Ya en 1977, el Primer Ministro Menachem Beguin, de Israel, declaró «No necesito el reconocimiento palestino para mi derecho a existir.» El político y diplomático israelí Abba Eban repitió la visión de Beguin en 1981: «Nadie le hace ningún favor a Israel proclamando su ‘derecho a existir’.» Benjamin Netanyahu agregó en el 2007, «Nuestra existencia no depende de la voluntad de los palestinos de hacer la paz con nosotros.»
El «proceso de paz» que dominó la política del país durante décadas disminuyó; para el 2013, sólo el 10% de los israelíes judíos consideraron esas negociaciones la principal prioridad. Casi no tuvo ningún rol en las cinco elecciones israelíes desde el 2020 al 2022. Para la mayoría de los israelíes, debatir los puntos finos de la diplomacia palestina se volvió, comentó un ex asistente del primer ministro israelí, tan irrelevante como «debatir el color de la camisa que vestirás cuando aterrices en Marte.» Resumiendo el ánimo general, el estratega israelí Efraim Inbar descartó a los palestinos como una «molestia estratégica.»
Pero el desprecio por la cuestión palestina tiene sentido si uno mira sólo a la violencia, porque los palestinos amenazan menos que Hezbola y mucho menos que Irán. Ellos presentan un peligro diferente, sin embargo, azotando una narrativa anti sionista incalculablemente dañina para todo el mundo.
La atención en los palestinos. La oposición izquierdista a Israel concentra su enojo estrechamente sobre las políticas israelíes hacia los aproximadamente 3,5 millones de palestinos que viven en la Margen Occidental, en Gaza, y en Jerusalem oriental. Esta es la cuestión casi exclusiva de la Izquierda de cara a Israel. Apenas nota o le importan los temas internos de Israel, tampoco le importan mucho temas extranjeros tales como un posible ataque contra la infraestructura nuclear de Irán o la propia posesión de armas nucleares por parte de Israel.
A través del marketing magistral, la victimización percibida de una población chica e impotente la ha catapultado para convertirse en una cuestión global de derechos humanos de primer orden, absorbiendo infinitamente más atención que los conflictos mucho más grandes en Burkina Faso, Camerún, República Democrática del Congo, Sudán, Etiopía o Mianmar.
El apoyo izquierdista explica por que la Autoridad Palestina y Hamas se involucran en violencia contra Israel aun cuando saben por adelantado que perderán toda disputa militar; porque ellos también saben que el combate realza su estátus en la Izquierda. Los académicos promueven su causa, los comunistas les envían dinero, y los políticos celebran su extremismo. Los palestinos pueden iniciar invariablemente la violencia, pero los israelíes son criticados duramente por responder. Así, los ataques palestinos tienen el doble beneficio de matar israelíes y alimentar el enojo de la Izquierda.
Ejemplos. Los anti sionistas izquierdistas incluyen a educadores, periodistas, artistas, burócratas, sacerdotes, pastores, y rabinos. Un amplio rango de organizaciones no gubernamentales desde Amnesty International al Consejo Mundial de Iglesias han saltado sobre el carro de la banda. La plataforma de Las Vidas Negras Importan acusa a Israel de «apartheid» y «genocidio.» Políticos de extrema izquierda casi en todas partes representan las visiones más anti sionistas en sus países.
George Floyd con kefíeh y enfrente de una bandera palestina, pintado en el cerco de separación de Israel en la Margen Occidental. |
«Woke» corporations have joined the battle. Airbnb, an online marketplace for short-term homestays, banned Israelis living on the West Bank from renting out their homes on the platform, while permitting Palestinians to do so, before reversing itself when facing discrimination lawsuits.
Entre los políticos, es cierto, Bernie Sanders no se convirtió en presidente estadounidense o Jeremy Corbyn en primer ministro británico, pero los anti sionistas rabiosos tienen un punto de apoyo en las legislaturas de ambos países; en un ejemplo, ellas se opusieron a la resolución de la Cámara de Representantes de Estados Unidos felicitando a Israel en su 75º aniversario. Las fuerzas anti sionistas están globalmente en ascenso, como fue atestiguado por Gabriel Boric («Israel es un estado genocida y asesino») y Luiz Inácio Lula da Silva, electos presidentes de Chile y Brasil en el 2022 respectivamente, mientras que Humza Yousaf fue electo primer ministro de Escocia en marzo del año pasado. Las tendencias actuales sugieren que el Palacio del Élysée, el número 10 de la calle Downing, y la Casa Blanca están dentro del alcance eventual.
La hostilidad izquierdista hacia Israel puede tomar formas verbales extremas, como revelan muchos ejemplos de antes del 7 de octubre. Las consignas gritadas durante una manifestación en la Gran Estación Central de New York, uno de los espacios más prominentes de la ciudad, incluyeron: «¡Libérenlos a todos, el Sionismo debe caer! ¡Colono, colono, regresa a casa! ¡Palestina es sólo nuestra! ¡No queremos ningunos dos estados, queremos todo de ella! ¡Cinco, seis, siete, ocho, aplasten al estado sionista colono!» El músico inglés Roger Waters comparó a Israel con la Alemania nazi. Rafiki Morris, del Partido Revolucionario Popular de Todos los Africanos, dijo en una marcha en Washington, D.C. que «El único sionista bueno es un sionista muerto.»
Manifestantes anti-Israel se concentraron frente a la Casa de la Opera de Sydney el 9 de octubre del 2023. |
Algunos izquierdistas van más allá de las palabras: Rachel Corrie hizo el sacrificio final en el 2003 colocándose intencionalmente en el camino de una excavadora blindada operada por las Fuerzas de Defensa de Israel, siendo aplastada, muerta y convertida en una «mártir» palestina.
Conclusión. Irán y los palestinos presentan peligros existenciales opuestos para Israel: violencia, no narrativa; narrativa, no violencia. Desde el punto de ventaja del estado judío, la aceptación palestina es tan importante como terminar la amenaza iraní. Su interacción tiene sinergia, con cada uno reforzando al otro. Juntos, obstruyen que Israel se convierta en un estado normal. Hasta que pueda superarlos, pertenece a ese pequeño número de estados (Bahréin es otro) cuya existencia misma sigue en cuestión.
Daniel Pipes (DanielPipes.org, @DanielPipes) es presidente del Middle East Forum y autor del recién publicado La Victoria de Israel: Cómo los Sionistas Ganan Aceptación y los Palestinos Son Liberados (Hijo Malvado), del cual se deriva parcialmente este artículo. © 2024 por Daniel Pipes. Todos los derechos reservados.
Original en Inglés: Israel’s Two Archenemies, Iran and the Palestinians
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