Es útil conocer y apreciar la unidad de los israelíes y su deseo de ser parte de la familia de naciones.
– No conozco ninguna otra nación en la Tierra que, desde su creación hace 75 años, haya tenido que sacrificar 25.000 soldados para asegurar su existencia.
– No conozco ninguna otra nación en la Tierra sin fronteras reconocidas.
– No conozco ninguna otra nación en la Tierra cuya población haya vivido bajo una presión emocional constante desde su creación.
– No conozco ninguna otra nación en la Tierra que esté constantemente en peligro de ser borrada del mapa.
– No conozco ninguna otra nación en la Tierra que esté amenazada por boicots desde el norte hasta el sur del globo.
– No conozco ninguna otra nación en la tierra que haya ganado todas las guerras que le fueron impuestas, sin alcanzar un alto el fuego que le convenga.
– No conozco ninguna otra nación en la Tierra que proporcione a su enemigo agua, electricidad, alimentos y atención médica.
– No conozco ningún otro país del mundo donde se digan palabras irrespetuosas y ofensivas durante las visitas oficiales.
Pero tampoco conozco ninguna otra nación en la Tierra que haya registrado tantos milagros en tan poco tiempo.
Imagínese, un judío desnudo e indefenso frente a los crematorios y un funcionario nazi que estaba seguro de que estaba a punto de librar a Europa del «cáncer judío».
– ¿Podría ese judío imaginar que 75 años después, otros judíos volarían aviones F-16 sobre Israel y sobre Auschwitz?
– ¿Podría ese judío imaginar que la población de Israel hoy sería diez veces mayor que en 1948, año en que se estableció el Estado?
– ¿Podría ese judío imaginar que en Israel somos mucho más felices que en muchos países europeos?
– ¿Ese judío podría imaginar que Israel tiene la mayor producción de publicaciones científicas per cápita del mundo?
– ¿Podría ese judío imaginar que Israel tiene el mayor número de grandes maestros de ajedrez per cápita de cualquier ciudad del mundo?
– ¿Podría ese judío imaginar que Israel es la nación cuya academia produce más documentos científicos per cápita que cualquier otro lugar del mundo?
– ¿Podría este judío imaginar que Israel es la nación con mayor tasa de títulos y población universitaria del mundo?
– ¿Podría este judío imaginar que Israel es el país con, en relación a su población, el mayor número de «start-ups» del mundo?
– ¿Ese judío podría imaginar que Israel es el país con el mayor porcentaje de ordenadores domésticos per cápita del mundo?
– ¿Ese judío podría imaginar que Israel es el país que ha absorbido el mayor número de inmigrantes en los últimos cincuenta años?
Desafortunadamente, no encontrarán esta noticia en los medios porque no encajan en el estereotipo que condena a Israel como un ocupante sionista colonialista. En la conciencia mundial, la palabra «Israel» debe equipararse a un agresor.
Pero el Estado judío, a pesar de los medios hostiles y de los políticos que no carecen de cinismo hacia él, demuestra que es capaz de ofrecer lo mejor que tiene en beneficio de la humanidad. Los terroristas y sus partidarios en todo el mundo desprecian a Israel porque es una luz para las naciones que en esta parte del mundo son un océano de mediocridad.
Del periódico italiano «Il Foglio».
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