Rey de Holanda. Wikipedia
El jueves 7 de noviembre, cientos de aficionados del fútbol se reunieron en el estadio Johan Cruyff de Ámsterdam para ver jugar al equipo visitante, Macabi Tel Aviv, contra el popular equipo holandés, Ajax. Después del partido, bandas de hombres recorrieron la ciudad, persiguiendo y golpeando a israelíes y judíos en una orgía de violencia que recordó los días más oscuros del Holocausto.
La radical atmósfera antisraelí en Holanda
Durante el último año, Ámsterdam fue escenario regular de marchas antisraelíes. De hecho, la retórica antisraelí en los Países Bajos se ha vuelto tan extrema en los últimos años que el ministerio de Asuntos de la Diáspora y Lucha contra el Antisemitismo de Israel tomó nota, advirtiendo que el tamborileo constante de incitación antisraelí estaba volviendo el país peligroso para judíos e israelíes.
Esta incesante propaganda antisraelí y antisemita ha hecho que la violencia contra los judíos parezca una respuesta natural.
«Lo que en un momento se consideraba retorica radical se ha normalizado, no sólo en protestas aisladas sino con un amplio activismo que impregna a la sociedad holandesa», declaró el Jerusalem Post.
Esta incesante propaganda antisraelí ha hecho que la violencia contra los judíos parezca una respuesta natural, incluso justificada, ante la supuestamente intolerable existencia de Israel.
Los judíos también fueron golpeados en Ámsterdam el día previo al pogrom
Aunque no fue ampliamente publicado, por lo menos tres israelíes denunciaron ser atacados y golpeados por bandas de hombres árabes el miércoles 6 de noviembre, un día antes del partido entre el Ajax y Macabi Tel Aviv.
Dos hombres israelíes, que sólo se identificaron como Oren y Or con Canal 12 de Israel, «dijeron haber sido atacados y golpeados» por «pandillas árabes en la ciudad». Ambos hombres dijeron que denunciaron los ataques ante la policía, y que no hicieron nada.
Un tercer hombre llamado Gal resultó más gravemente herido ese mismo día. Él fue «arrojado al suelo por los asaltantes que exigieron saber si era israelí». Él describió ser «golpeado por una pandilla de entre 8 y 10 personas, me dieron un puñetazo en la cabeza, me rompieron dos dientes». Dijo que se «despertó en una ambulancia cubierto de sangre» y que después le dijeron que lo habían encontrado en un charco de sangre.
En esta imagen tomada de un video, la policía monta guardia mientras los seguidores de Macabi Tel Aviv encienden bengalas en la plaza Dam en Ámsterdam, 7 de noviembre del 2024. Captura de pantalla
El miércoles, un grupo de israelíes fue perseguido por una turba de hombres aparentemente musulmanes y se salvaron por los pelos de recibir una paliza al huir entrando a un casino.
A pesar de que estos tres ataques indicaban un peligro para los aficionados al fútbol israelíes, la policía holandesa permitió que se celebrara al día siguiente un acto antisraelí programado en la plaza Anton de Komplein, a poca distancia del estadio Johan Cruyff.
Más tarde el mismo miércoles, grupos de hombre musulmanes comenzaron a planear el pogromo del día siguiente. Entre los mensajes enviados en las redes sociales el 6 de noviembre había uno diciendo: «Mañana después del partido, por la noche, segunda parte de la cacería de judíos». Los hombres debatían entre ellos si los judíos «irían mañana al casino» por seguridad, y se aseguraban los unos a los otros que el 7 de noviembre, después del partido, no tendrían escapatoria.
La extraña historia judía del Ajax y el antisemitismo de sus adversarios
Irónicamente, el Ajax hace tiempo es conocido como el equipo de fútbol «judío», con sus aficionados denominándose a sí mismos «yids», la palabra ídish para judíos, y en respuesta sus adversarios hacen gala de un espantoso antisemitismo. En la cultura hooligan del fútbol que florece en Europa, algunos aficionados del Ajax se hicieron tatuajes de la estrella judía y se llaman a sí mismos «Super judíos». Durante los partidos cantan «Hava Naguila» y gritan «judíos, judíos, judíos».
Hay diversas teorías respecto a cómo el Ajax llegó a ser conocido como un equipo «judío».
Estadio del Ajax, abril del 2019.
El estadio del Ajax queda cerca de Jodenbuurt, el histórico barrio judío de Ámsterdam, donde vivían unos 80.000 judíos antes del Holocausto. (El 75% de los judíos holandeses fueron asesinados en la Segunda Guerra Mundial). El equipo recibió otro impulso judío cuando la estrella del fútbol holandés, Johan Cruyff, jugó en el Ajax entre 1964 y 1973, y luego dirigió el equipo de 1985 a 1988. Cruyff tenía varios parientes judíos, entre ellos un sobrino que se convirtió en rabino en Israel y alentó a Cruyff a visitar el estado judío. En el 2013, Cruyff visitó Israel. En el Museo del Holocausto Yad Vashem, completó los datos de tres de sus parientes judíos asesinados en el Holocausto y muchos de sus seguidores se conmovieron con este gesto. En las décadas de 1960 y 1970, tres de los presidentes del club Ajax fueron judíos, al igual que algunos de sus jugadores. Antes de los partidos, el equipo comía un salami kasher para tener buena suerte.
Como el Ajax es visto como un equipo «judío», sus adversarios se presentan como antisemitas extremos. Durante los partidos, los hinchas rivales gritan: «Hamás, Hamás, judíos al gas», y sisean para que suene a gas, en referencia a las cámaras de gas del Holocausto. Es una burla vil que normaliza el odio antijudío y las amenazas de violencia.
El pogrom del 7 de noviembre
Después de que Macabi Tel Aviv perdiera ante el Ajax 5 a 0, los hinchas salieron en tropel del estadio Johan Cruyff. Enseguida fueron atacados por bandas de hombres turcos y árabes. El periodista judío holandés Daid de Brujim grabó parte de la violencia:
Las imágenes muestran cómo un coche atropelló a un hincha israelí y lo hace girar sobre el parabrisas. Más imágenes muestran la escena en el centro de Ámsterdam, donde los israelíes suplican a sus agresores: «¡no judío, no judío!». Y son golpeados sin piedad. En el video de otros ataques de anoche, una víctima es golpeada y yace herida en el suelo, aparentemente inconsciente. Se ve a un padre huyendo con su hijo. Un hombre salta a uno de los canales de Ámsterdam para escapar de sus agresores. En la grabación, en la que lo obligan a decir ‘Palestina libre’, sus agresores se ríen y de mofan de que es un ‘judío canceroso’, un insulto clásico en holandés…».
Aarón y Jacob son dos jóvenes británicos judíos, padres de familia en Londres, que visitaron Ámsterdam para el partido y se vieron atrapados por el pogromo. Aarón describe:
Salimos temprano del partido para encontrarnos con un amigo, y cuando caminábamos hacia la zona de los bares, comenzó el caos. Aparecieron ciclomotores en los callejones y una multitud rodeó a un hombre israelí. El hombre estaba en el suelo, con la cabeza atrapada entre una reja metálica y un canto de cemento, recibiendo patadas salvajes.
Aarón y Jacob trataron de apartar a la muchedumbre, pero ellos mismos recibieron amenazas de violencia. «¿Son iehudí? ¿Son judíos?», les preguntaron los agresores, que incluso les pidieron sus pasaportes para saber si eran israelíes. Un miembro de la pandilla propinó un puñetazo en la cara de Aarón, y rápidamente se le unieron otros 20 hombres musulmanes.
Imágenes del ataque
«Le dije que lo dejara en paz y lo siguiente que recuerdo es que me dio un puñetazo en la cara. Fue completamente inesperado. Me rompió los anteojos y la nariz. Había sangre por todas partes», describió Aarón. Un miembro de la banda se dio cuenta que Aarón era judío y le dijo a los otros que lo dejaran en paz. «Sí, pero ayudó a un judío», s equejó uno de sus agresores. «Sabían lo que hacían. No fue que al azar se les ocurrió ‘vamos a buscar un israelí’. Estaba organizado. Era ‘queremos judíos. Queremos sangre judía'». A pesar de la violencia, Aarón y Jacob recuerdan que no había en la zona policías que pudieran intervenir.
Los atacantes coordinaron su pogromo utilizando las redes sociales. «Se habla de gente que salió a cazar judíos», explicó la alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema.
Las numerosas publicaciones en las redes sociales mostraban con júbilo a judíos e israelíes recibiendo palizas en calles y canales de Ámsterdam. «Este cobarde se tiró al canal por miedo a que le pegaran», decía una publicación típica acompañada de emojis «llorando de risa».
Otra publicación nuestra a un hombre inconsciente tirado en posición fetal en una carretera de Ámsterdam, recibiendo patadas de sus atacantes. Otro nuestra a «un joven aficionado al fútbol israelí en un estrecho callejón donde terminó arrojado en el suelo. Él pide clemencia, pero sus agresores lo noquean con un puñetazo en la cabeza». En estos y otros casos, los agresores parecían orgullosos de lo que estaban haciendo.
Durante casi una hora pareció que los policías holandeses no hicieron mucho por detener la violencia.
Durante casi una hora pareció que los policías holandeses hicieron demasiado poco por detener la violencia que estaba teniendo lugar por toda la ciudad. Un israelí declaro a la televisión israelí que «la policía de Ámsterdam instruyó (a los aficionados) no viajar en taxi. La policía dijo que los taxistas de la ciudad estaban ayudando a organizar los disturbios y ayudando a las pandillas». Cientos de israelíes y judíos se encerraron en habitaciones de hotel y otros lugares temerosos de salir al exterior. Muchos judíos se refugiaron durante horas en el centro de Jabad de Ámsterdam durante el pogromo.
Al final de la noche, cinco hinchas de Macabi estaban hospitalizados y 62 agresores habían sido detenidos. Se calcula que otras dos docenas de judíos e israelíes resultaron heridos, y algunos dijeron que tenían demasiado miedo para buscar tratamiento médico en Holanda y que pensaban acudir a clínicas de asistencia de emergencia cuando regresaran a Israel.
Los judíos holandeses ayudaron a los hinchas israelíes a salir del país
Mientras se desarrollaba el pogrom, el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, anuncio el envío de aviones a Holanda para evacuar a los ciudadanos israelíes. El Al realizó tres vuelos especiales de emergencia para evacuar a los israelíes. Pero ellos estaban aterrorizados de usar taxis o aplicaciones de viajeros que pudieran haber servido horas antes para planear el pogrom.
En su lugar, los judíos holandeses se organizaron para llevar a los israelíes al aeropuerto para que pudieran abandonar el país. «Hubo una llamada… diciendo que había israelíes alojados en hoteles y casas seguras que necesitaban ayuda para llegar al aeropuerto», explicó Ben Myers, residente de Ámsterdam, quien ayudó en este proyecto. «Todo fue organizado y gestionado por mujeres holandesas judías e israelíes a través de un grupo de WhatsApp de un club de voleibol».
Muchos culpan a las víctimas del pogrom
Tras el pogromo, muchas personalidades expresaron su pesar por haber permitido que turbas de hombres atacaran impunemente a los judíos en las calles de una gran ciudad europea. Al día siguiente del pogrom, el rey de Holanda, Willen-Alecander, declaró: «Fallamos a la comunidad judía durante la Segunda Guerra Mundial y anoche volvimos a fallarles».
Sin embargo, algunos culpan a los judíos e israelíes atacados por la violencia dirigida contra ellos. «Cientos de seguidores de Macabi Tel Aviv llegaron a Ámsterdam, celebraron una concentración muy ruidosa en la plaza principal antes del incidente, ondeando banderas israelíes y también arriaron una bandera palestina», informó Al Jazeera, la popular agencia de noticias con sede en Qatar y 430 millones de espectadores. Ya existe una página de Wikipedia sobre el pogromo del 7 de noviembre y allí se está dando forma a una narrativa alternativa y falsa en la que fueron los judíos e israelíes quienes instigaron los ataques- La página de Wikipedia crea una falsa equivalencia entre los judíos que fueron atacados y sus agresores musulmanes, declarando que loa hinchas israelíes comenzaron con la violencia y que los propalestinos se limitaron a responder del mismo modo, y minimiza la violencia perpetrada contra los judíos.
A medida que pasan los días, cada vez son más los informes de prensa sobre el pogrom en Ámsterdam que nublan los hechos básicos y excusan la violencia contra los judíos. Por ejemplo, un informe reciente de Reuters sobre el pogrom en Ámsterdam cita a un «alto funcionario de Hamás» declarando que «es probable que las matanzas masivas» de los israelíes en Gaza «provoquen repercusiones espontáneas de esta clase».
El color amarillo de Macabi Tel Aviv y la Noche de los Cristales
El reciente pogrom en Ámsterdam tuvo lugar mientras las autoridades de la ciudad conmemoraban Kristallnacht, la noche de los cristales, el espasmo de violencia que provocó pogromos masivos en Alemania, Austria y partes de Checoslovaquia el 9 y 10 de noviembre de 1938. Las turbas mataron a cientos de judíos, saquearon más de 7.000 comercios que pertenecían a judíos, quemaron y saquearon cientos de sinagogas y profanaron cementerios judíos. Al igual que en el pogromo del 7 de noviembre en Ámsterdam, durante la noche de los cristales la policía no hizo nada. (Una diferencia crucial es que tras casi una hora de inacción, la policía holandésa terminó interviniendo y puso fin al pogrom de Ámsterdam).
Hoy, 86 años después de la noche de los cristales, resulta estremecedor que nuevamente haya turbas que persiguen y golpean a los judíos en las calles de una gran ciudad europea.
El mismo color de las camisetas del equipo Macabi Tel Aviv recuerda esta historia. Fundado en la década de 1920, los jugadores de Macabi Tel Aviv originalmente competían con camisetas azules y blancas. Eso cambió durante el Holocausto, cuando los miembros del equipo entendieron que sus parientes en Europa estaban siendo acorralados y asesinados por los nazis. En 1942, Macabi cambió el blanco de sus uniformes por amarillo en solidaridad con sus hermanos judíos de Europa, que eran obliagdos a llevar en la ropa estrellas de David amarillas.
Ámsterdam, Una ciudad que celebra a su famosa habitante, Anne Frank, que usó una estrella amarilla y se escondió de los nazis durante más de dos años, vuelve a ver a los judíos (muchos de ellos con el amarillo de los colores de Macabi Tel Aviv en sus ropas) escondiéndose de patotas antijudías. Las coincidencias son demasiadas para ignorarlas. Sin duda, debemos aprender algo de este reciente espasmo de odio anti judío.
No sólo en Ámsterdam
No sólo en Ámsterdam persiguen, disparan y golpean a los judíos en la calle. En mi ciudad natal, Chicago, el día previo al pogrom en Ámsterdam, dos estudiantes judíos de DePaul que «mostraban visiblemente su apoyo a Israel», fueron atacados y golpeados por asaltantes enmascarados que les gritaron insultos antisemitas. Una de las personas atacadas estaba sentada cerca de un cartel que decía que era un veterano israelí y que estaba encantado de conversar con quienes tuvieran curiosidad por saber más sobre Israel.
Dos semanas antes, un judío ortodoxo recibió un disparo cuando caminaba de su casa a la sinagoga en la mañana del Shabat. La policía de Chicago acusó luego al autor de los disparos de delito de odio e intento de asesinato, señalando que apuntó a su víctima porque quería hacer daño a los judíos.
En su novela premiada y oscuramente cómica sobre el antisemitismo, «La extraordinaria naturaleza de Sam Finkler», Howard Jacobson crea un personaje que es un judío complaciente que hace la vista gorda ante el antisemitismo. Su respuesta a cualquiera que se atreve a sugerir que la retórica extrema antisraelí y antijudía puede suponer un peligro real para los judíos, es un bostezo. Avísenme cuando los judíos sean golpeados en las calles, dice el personaje.
Últimamente pensé mucho en esa novela. Ahora los judíos literalmente son apaleados en las calles. Y les disparan. ¿Cómo cambio yo en respuesta? El cambio en las actitudes públicas hacia Israel, el odio virulento contra el estado judío, se han ido gestando durante tanto tiempo que muchos hemos excusado cada nueva etapa como algo normal. A medida que la retórica antisraelí traspasa cada vez más límites, es fácil acostumbrarse a esta nueva normalidad. Pero sería un gran error.
Cuando me enteré del pogrom en Ámsterdam estaba en Boston visitando a mi hijo. Me quedé cerca de una parada de autobús con un enorme anuncio que decía: «Dentro de 100 años la gente seguirá preguntándose por qué no hiciste nada para impedir que Israel matara hoy a 186.000 personas en Gaza». En el pasado no habría pensado demasiado sobre ese anuncio escandaloso, que es inexacto tanto en su inflado recuento de muertos como en la omisión de cualquier mención a Hamás, y que aparece claramente diseñado para inflamar las pasiones contra Israel y los sionistas. Ahora el anuncio me aterroriza.
Me petrifica la sensación generalizada del sentimiento antisraelí y el antisemitismo que vimos en Ámsterdam y que se extiende por todo el mundo. Me asusta la retórica antisraelí que nos pone en peligro a mí y a mis seres queridos. Siento que loa judíos realmente estamos en peligro.
Tres preguntas que debes formularte
Al leer sobre los tres vuelos de emergencia que El Al hizo desde Ámsterdam para llevar a los israelíes a casa, anhelé estar en uno de esos aviones. Ha llegado el momento de que todos los judíos nos formulemos tres preguntas difíciles:
1) ¿Cómo podemos reforzar nuestros vínculos con nuestros hermanos judíos?
Al leer sobre los judíos que fueron atacados en Ámsterdam, que les dispararon en Chicago o que son amenazados en cualquier otra parte del mundo, ¿acaso nuestra primera reacción es sentir que estamos conectados con ellos? ¿Sentimos realmente qué una amenaza contra un judío en cualquier parte es también un ataque personal en nuestra contra?
Un principio judío clásico es que Kol Israel arevim zé bazé, ‘todos los judíos son responsables los unos por los otros’ (Talmud, Shevuot 39a). ¿Realmente nos sentimos conectados con nuestros hermanos judíos cuando viven en otra parte y pueden vestirse diferente y hablar en otro idioma? Llegó la hora de que todos encontremos la manera de fortalecer nuestras conexiones con nuestros hermanos judíos.
2) ¿Qué puedo hacer para tener una vida más judía?
Cuando los antisemitas nos atacan esa es nuestra señal de que debemos reforzar nuestro compromiso con la vida judía. La mejor respuesta para aquellos que tratan de intimidarnos y perjudicar a la comunidad judía es incrementar nuestro compromiso judío. Por cada ataque a los judíos, debemos responder fortaleciendo nuestra propia identidad judía.
3) ¿Llegó el momento de irse?
¿En qué punto es la hora de abandonar nuestras comunidades de la diáspora? Recuerdo claramente a mi abuela cuando me contó cómo supo que había llegado el momento de abandonar Viena en 1937, cuando el antisemitismo parecía fuera de control. Una y otra vez comencé a preguntarme qué diría ella ahora. ¿Cuándo es el momento? Cuando leemos sobre vuelos de emergencia para sacar a los judíos y llevarlos de regreso a Israel, ¿Es hora que también nosotros subamos a esos aviones?
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