Robots con soldados israelies Foto Elbit Sistems
Los historiadores militares y los analistas de seguridad imaginan un futuro en que los robots libran la guerra de forma autónoma, sin presencia humana en el campo de batalla. Si bien ese escenario sigue estando lejano, las FDI ya han tomado medidas importantes para integrar sistemas robóticos y vehículos teledirigidos en sus operaciones de combate actuales.
La creciente importancia de los vehículos aéreos no tripulados (UAV) en la guerra, con operadores que dirigen la vigilancia, la recopilación de inteligencia y los ataques de precisión desde lugares seguros, ya se ha vuelto corriente. Sin embargo, como informa el sitio web de las FDI, el ejército ha desarrollado varios sistemas autónomos terrestres que complementan estas capacidades aéreas, al tiempo que cumplen distintos propósitos tácticos.
Dentro de la División de Tecnología de las Fuerzas Terrestres de las FDI, la división de robótica lidera los esfuerzos para trasferir operaciones humanas de alto riesgo a plataformas tecnológicas, lo que reformula fundamentalmente la doctrina de combate. El año pasado se mejoró la integración de tres sistemas robóticos primarios junto con las unidades de combate: RONI, Talon y Panda. Estos sistemas ejecutan tareas peligrosas en el campo de batalla sin poner en peligro al personal, utilizando sensores ambientales avanzados y permitiendo una operación remota sofisticada de movimientos, brazos mecánicos y procedimientos tácticos complejos.
«Las situaciones de combate a menudo obligan a las unidades a adoptar posiciones de incertidumbre», dice el capitán Itai Ben-Shajar, oficial de la división. «Ya sea que se enfrenten a una estructura con trampas explosivas o a un túnel, nuestros robots asumen el primer riesgo, preservando la vida humana».
Al describir el proceso de desarrollo, el mayor Aviel Nohi, quien dirige la división, explica: «Las unidades de campo comunican sus requisitos de ingeniería y de limpieza de caminos, lo que nos ayuda a comprender qué capacidades necesitan estos sistemas informáticos. Adaptamos continuamente nuestras soluciones en función de las lecciones operativas diarias».
Panda
La doctrina de las FDI exige la “limpieza de ingeniería” de todas las nuevas zonas operativas. Tradicionalmente esta función recaía en la excavadora D9, que trasportaba tanto a un operador como a un comandante. Desde que comenzaron las hostilidades, los misiles antitanque han alcanzado a varios de estos vehículos y a sus tripulaciones de ingeniería de combate mientras lideraban a las fuerzas que avanzaban. En respuesta, las FDI han ampliado significativamente el despliegue del Panda, una excavadora operada a distancia. Este sistema cuenta con sensores sofisticados que monitorean las condiciones del entorno y trasmiten datos a los operadores en posiciones protegidas, que despejan el camino para las unidades de infantería y blindadas que lo siguen.
«El Panda ya había demostrado antes su valía, pero en las operaciones actuales ha surgido como un multiplicador de fuerza decisivo», afirma Ben-Shajar. «La experiencia en combate ha impulsado mejoras continuas, incluyendo una óptica mejorada y sistemas de control más ergonómicos». Señala que el Panda se destaca en operaciones a gran escala en terreno abierto. «Para entornos urbanos densos u operaciones que exigen precisión quirúrgica, desplegamos alternativas como el Talon, una plataforma robusta que lo maneja todo, desde la limpieza de minas hasta la ruptura de barreras».
Talon
Talon surgió de los requisitos de campo para la neutralización precisa de armas y tareas de ingeniería detalladas. «Nuestro análisis técnico identificó la plataforma óptima, que luego adquirimos y adaptamos a las especificaciones operativas, de combate y logísticas de las FDI», explica Ben-Shajar. «Las adaptaciones incluyeron la conversión de las comunicaciones del robot a frecuencias militares, y la optimización de su movilidad para terrenos de combate específicos. Hemos implementado numerosas mejoras derivadas del combate».
Este sistema compacto maneja explosivos y objetos sospechosos con una precisión sin precedentes, eliminando la exposición humana: «Identifica y neutraliza de forma autónoma el cableado y los componentes explosivos», dice el mayor Nohi.
Las capacidades de Talon se extienden más allá de la eliminación de municiones explosivas. Su movilidad de alta velocidad, sistemas ópticos avanzados para reconocer el ambiente y un poderoso brazo mecánico le permiten despejar caminos y mover obstáculos pesados, lo que garantiza un paso seguro para las unidades de combate.
RONI
En respuesta a requisitos operativos cada vez más específicos, la división robótica desarrolló RONI, acrónimo hebreo de Robot Portátil Especializado. «Cumple dos funciones críticas: navegar en espacios confinados, como túneles y callejones fuera del alcance de Talon, y ejecutar operaciones de ingeniería precisas y sensibles», explica el mayor Nohi.
A diferencia de sus contrapartes más grandes, RONI se implementa ampliamente en varias unidades militares. Esta adopción más amplia se debe a sus sistemas de cámara avanzados, que brindan a las fuerzas protegidas inteligencia visual crítica en espacios confinados.
El diseño de RONI refleja su perfil de misión especializado. «Su sistema slipper (patas de apoyo en miniatura) le permite subir escaleras y navegar obstáculos», detalla el capitán Ben-Shajar, quien agrega que, a pesar de su estructura compacta, RONI puede soportar cargas de casi diez veces su peso.
«Cada requisito se somete a un análisis exhaustivo con los departamentos de armas y las unidades de campo, desde el concepto de ingeniería hasta la ejecución técnica», enfatiza el liderazgo de la división. «Constantemente equilibramos las necesidades tácticas inmediatas con los requisitos operativos futuros: esa es nuestra misión».
*Periodista.
Fuente: Israel Hayom.
Traducción Sami Rozenbaum / Nuevo Mundo Israelita.
Fotos: FDI.
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