Las mentiras de diciembre

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Diciembre llega todos los años con su inevitable desfile de rituales: los pinos verdes decorados, las interminables publicidades de regalos, y, por supuesto, las películas navideñas. Todos los años las mismas, con sus protagonistas sonrientes y sus finales felices. Pero hay algo más que llega con diciembre: las mentiras.

Es un pacto tácito, una complicidad universal. Los niños escriben sus cartas a Papá Noel, confiados en que ese señor barrigón, tras revisar que se han portado bien durante el año, les traerá un regalo.

Los adultos se unen al juego. Se disfrazan de un hombre inexistente, comprarán regalos en su nombre, y sonreirán al ver la emoción en los ojos de sus hijos.

La mentira funciona porque todos participan.

Todas las mentiras funcionan mientras todas las partes actúen con complicidad.

Siempre.

Luego, con la madurez, empiezan las dudas: “¿Cómo puede estar en tantos lugares al mismo tiempo? ¿Cómo entra por la chimenea si ni siquiera tenemos una?” Pero durante años esos niños crecidos prefieren fingir. Les conviene creer.  Aceptan ser engañados para recibir un regalo a cambio.

Hay un pacto entre mentirosos y engañados.

El engranaje de la mentira sigue funcionando.

Pero en Navidad no son solo los niños a quienes se engaña. En Navidad no son solo los preadolescentes quienes fingen.

En las redes sociales, siendo todavía noviembre, reapareció el clásico navideño: “Jesús era palestino.”

Este año Netflix echó leña al fuego con una producción titulada “María” en donde la epopeya bíblica que narra la vida de la Virgen María, producción que cuenta con la participación de la actriz israelí Noa Cohen en el papel principal.

¿A quién se le ocurre poner a una judía actuando de una judía?

Este año, queridos lectores, como si no hubiésemos lidiado ya con suficientes mentiras, además del clásico “Jesús era musulmán”, disfrutaremos de “Y María, su madre, también.”

Sí, Jesús.

Sí, nuestro Jesús.

Sí, el Jesús de Judea.

Sí, el Jesús predicador del judaísmo.

Sí, el Jesús cuya última cena fue un Seder de Pesaj.

El judío más famoso.

El judío rey de los influencers.

Como no tienen historia se apoderan de la nuestra, y todos los diciembre nos hurtan a Jesús. Poca cosa en comparación a lo que venimos tolerando en los últimos 400 días, ¿cierto?

Jesús nació 574 años antes que Mahoma. La cronología es sencilla, pero parece que no importa. Como tampoco importa que el término “Palestina” fuera una creación romana para borrar el vínculo judío con nuestra tierra. No les importa la historia, no les importan los hechos. No les importa nada que les destruya su estafa piramidal.

Les tengo malas noticias, negadores patológicos, la historia es una, aunque no les guste, y Jesús, hermanos, era tan judío como lo soy yo.

Estos adultos, como los niños con Papá Noel, eligen vivir en la mentira, para no quedarse sin regalos.

Adultos que fingen porque les conviene. Porque necesitan esa mentira para sostener algo más profundo: su odio y toda su narrativa antisemita.

Un clásico, como el barrigón vestido de rojo, ellos todos los años repiten las mismas mentiras, y yo todos los años publicaré este cuento.

Veremos quién se cansa primero.

Gaby Keselman Lob

en X: Sissi Emperatriz – IG: sissi.emperatriz