Un estado palestino desmilitarizado

Foto FDI

A nivel mundial, Costa Rica es ampliamente reconocida como un país sin ejército desde 1948, lo que lo convierte en un referente en términos de paz y resolución de conflictos. Esta decisión ha sentado las bases de un modelo de seguridad que, además de destacarse por su carácter innovador, se ha mantenido vigente por más de setenta años.

El modelo costarricense

Costa Rica es uno de los pocos países del mundo que ha renunciado de manera constitucional a tener fuerzas armadas permanentes. Tras la Guerra Civil de 1948, el presidente José Figueres Ferrer decidió abolir el ejército. Esto permitió que los fondos hasta entonces se destinaban a la defensa se redirigieran hacia la educación, la salud y el desarrollo social.

Esta decisión fue inscrita en la Constitución de 1949, que establece que el ejército está proscrito como institución permanente. Desde entonces, el país ha apostado por la diplomacia, el derecho internacional y una estructura de seguridad compartimentada, en lugar de un ejército tradicional. Todo esto ha fomentado una cultura de paz y estabilidad que se ha convertido en la esencia de su política interna y externa.

A lo largo de los años, Costa Rica ha demostrado que es posible mantener la seguridad y la estabilidad sin necesidad de fuerzas armadas. Este enfoque ha sido la base de su modelo desmilitarizado, en el que los recursos que otros países invierten en defensa se destinan a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Aunque idealizado, este modelo ha sido resiliente, incluso en épocas de inestabilidad regional, como las guerras civiles centroamericanas de los años setenta y ochenta.

Características del modelo costarricense

Para entender el modelo de Costa Rica, es fundamental considerar la cultura política del país, que prioriza la paz, el consenso y la estabilidad democrática. Según la visión costarricense, expresada por el expresidente y Premio Nobel de la Paz Oscar Arias Sánchez, la educación y el desarrollo son las mejores defensas contra la guerra. Este concepto, conocido como el “Consenso de Costa Rica”, sostiene que la inversión en el bienestar social contribuye a la paz y la estabilidad interna, lo que representa una perspectiva alternativa al enfoque tradicional de la defensa militar.

A pesar de los muchos beneficios de su política desmilitarizada, Costa Rica también enfrenta desafíos, especialmente en relación con la seguridad. La falta de un ejército no ha inmunizado al país contra problemas como el narcotráfico y el crimen organizado, que son comunes en la región. Para enfrentar estas amenazas, el país ha desarrollado una serie de herramientas de seguridad que le permiten garantizar tanto su estabilidad interna como la seguridad de sus fronteras.

Herramientas de seguridad en un estado desmilitarizado

La seguridad de Costa Rica se sostiene en cinco pilares esenciales:

1. Cooperación internacional: Costa Rica ha establecido acuerdos de seguridad y defensa con países como Colombia y Estados Unidos. A través de tratados multilaterales, como el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) de 1947, el país ha asegurado su seguridad mediante una red de apoyo internacional. Este tratado se ha activado en diferentes ocasiones, como en 1948 y en 1955, para contrarrestar intentos de invasión.
2. Neutralidad permanente: En 1983, el presidente Luis Alberto Monge Álvarez declaró la neutralidad permanente de Costa Rica en conflictos armados, lo que fue ratificado en 2014 mediante una ley que establece la neutralidad activa y no armada del país en conflictos internacionales. Esta política de neutralidad refuerza la imagen de Costa Rica como una nación pacífica y le permite mantenerse al margen de las tensiones regionales.
3. Compromiso con el derecho internacional: Costa Rica ha demostrado su confianza en el derecho internacional como medio de resolución de conflictos. En disputas fronterizas con Nicaragua, por ejemplo, el país ha optado por resolver las diferencias a través de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en lugar de usar la fuerza. Esta apuesta por el derecho internacional le ha permitido a Costa Rica mantener una reputación de respeto y cooperación en la comunidad internacional.
4. Diplomacia proactiva: La diplomacia es una herramienta central de la política exterior costarricense. A través de alianzas regionales y de su influencia en organismos internacionales, Costa Rica promueve la paz y la desmilitarización. Cuando Panamá abolió su ejército en 1990, la frontera sur de Costa Rica se convirtió en una de las más seguras del mundo, consolidando la seguridad regional mediante la cooperación y el entendimiento mutuo.
5. Seguridad interna compartimentada: Costa Rica ha dividido sus fuerzas de seguridad en varias divisiones, cada una bajo diferentes ministerios. Por ejemplo, la Fuerza Pública depende del Ministerio de Seguridad Pública, mientras que la Policía de Control Fiscal está bajo el Ministerio de Hacienda. Esta compartimentalización tiene la ventaja de prevenir la concentración de poder en una sola entidad, aunque presenta desafíos de coordinación y eficiencia.

Intentos de exportación del modelo costarricense

Costa Rica ha intentado exportar su modelo desmilitarizado a otros países, promoviendo activamente el desarme y la paz a través de su política exterior. Uno de los éxitos más notables de esta política es el caso de Panamá, que abolió su ejército en 1990 y adoptó una estructura de seguridad similar a la de Costa Rica. Sin embargo, no todos los intentos de exportación han sido exitosos. Haití, por ejemplo, disolvió su ejército en 1994 bajo la influencia de una intervención internacional, pero, debido a problemas internos y presiones externas, decidió reconstituir sus fuerzas armadas en 2017.

Además, Costa Rica ha promovido activamente el desarme en foros internacionales. El país ha firmado varios tratados importantes, como el Tratado sobre el Comercio de Armas y el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, que prohíben la producción y el uso de armas de destrucción masiva. Estas iniciativas reflejan el compromiso de Costa Rica con la paz global y su convicción de que el desarme contribuye a la estabilidad y al desarrollo.

Aplicación del modelo costarricense en el conflicto palestino- israelí

El modelo costarricense también ha sido propuesto como una posible solución al conflicto palestino-israelí. En este sentido, diplomáticos y académicos han sugerido que un Estado palestino desmilitarizado podría lograr la paz y la estabilidad sin recurrir a la fuerza militar. Esta propuesta ha sido presentada a líderes palestinos en varias ocasiones, aunque no ha sido completamente aceptada debido a las complejidades políticas y territoriales de la región.

Durante su segundo mandato, el presidente Oscar Arias Sánchez (2006 – 2010) promovió la idea de un Estado palestino sin ejército, tomando como referencia el modelo costarricense. Esta propuesta fue recibida con escepticismo por algunos líderes palestinos, quienes argumentaron que, sin un ejército, no podrían garantizar la seguridad de su territorio frente a amenazas externas. Sin embargo, la propuesta ha ganado cierto apoyo en el ámbito académico, donde se argumenta que un Estado palestino desmilitarizado, respaldado por una fuerza internacional de seguridad, podría contribuir a una solución pacífica y duradera al conflicto.

Académicos como Gal Hacohen y Edy Kaufman han destacado que un Estado palestino sin ejército podría dedicarse a la construcción de una sociedad democrática y pacífica, sin la carga económica y social que representa la militarización. Este enfoque, argumentan, permitiría a Palestina concentrarse en el desarrollo interno y reduciría las tensiones con Israel, promoviendo una relación basada en la cooperación en lugar de la confrontación.

Perspectivas

El modelo desmilitarizado de Costa Rica es un ejemplo de cómo un país puede garantizar su seguridad y estabilidad sin depender de un ejército. Aunque el contexto costarricense es único, este enfoque ha demostrado que es posible mantener la paz a través de la diplomacia, la cooperación y el respeto por el derecho internacional. Sin embargo, este modelo también enfrenta limitaciones en regiones con conflictos complejos y arraigados, como el Medio Oriente, donde los intereses geopolíticos y las divisiones internas dificultan la aplicación de soluciones basadas en el desarme y la paz.

A pesar de estos desafíos, el modelo costarricense sigue siendo una referencia valiosa para aquellos que buscan alternativas al enfoque militar en la resolución de conflictos. Costa Rica demuestra que la paz y el desarrollo son posibles sin un ejército, y que los recursos dedicados a la educación y la salud pueden contribuir a una sociedad más equitativa y estable. Aunque idealista, este modelo representa una visión de paz y cooperación que sigue siendo relevante en un mundo cada vez más polarizado.

En el caso del conflicto palestino-israelí, el modelo costarricense podría servir como punto de partida para un futuro Estado palestino desmilitarizado. Si bien la implementación de este modelo requiere un alto grado de compromiso y apoyo internacional, su enfoque en la paz y el desarrollo ofrece una perspectiva alentadora en la búsqueda de soluciones pacíficas para los conflictos globales.

Nota

El artículo se basa en un documento mucho más extenso publicado en la Revista Negociación Internacional en América Latina, en noviembre 2022. Fue realizado tanto por el autor de este texto, junto al Dr. Dennis Petri.

Bibliografía

Petri, D. & Acuña, B. (2022). El Estado Desmilitarizado de Costa Rica: Un Modelo de Resolución de Conflictos. FLACSO. ISBN 978-9977-68-333-1
La Tercera. (2009). Arias insta a palestinos a reiniciar negociaciones y aceptar desmilitarizarse.
Hacohen, G. & Kaufman, E. (2017). The Costa Rica case: A demilitarized Palestinian state is a win-win for all.