Turquía no sólo ha financiado a Hamas sino le ha dado cobertura diplomática. Israel ha interceptado armas y explosivos turcos destinados a Hamas. Las pruebas del suministro a los afiliados de Al Qaeda en Siria y el apoyo logístico al Estado Islámico (ISIS) es abrumador.
Líderes de Hamas reunidos con el presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan
En Somalia, Turquía apoya a Al Shabaab, y en Libia, los islamistas extremos cuentan con el respaldo turco. Su presidente Recep Tayyip Erdogan es tan antisemita y antiamericano como el líder supremo de Irán, Ali Khamenei.
Estados Unidos parece ignorar estos hechos y si bien el Departamento de Estado puede querer ver a Turquía como el socio de hace un cuarto de siglo, su comportamiento hoy es el de un auspiciador del terrorismo internacional dirigido contra Occidente y en especial contra el propio Estados Unidos e Israel.
Un poco de historia Siria. En 2014, Siria descendía al caos embarcada en una guerra entre el gobierno de Assad apoyado por Irán y Rusia y un grupo terrorista integrado por (EI) el Estado Islámico y Al Qaeda apoyados a su vez por Turquia.
Fue entonces que Estados Unidos tomó una decisión pragmática. La Sección 1209 de la Ley de Autorización de Defensa Nacional autorizó al Pentágono a armar y entrenar a los grupos antiterroristas. Las fuerzas democráticas sirias (SDF) lideradas por los Kurdos surgieron como el socio más confiable de Washington. Con el apoyo de los EE. UU., Los kurdos desmantelaron el califato territorial del Estado Islámico y crearon un grupo estable en una Siria dividida.
Turquía es el principal patrocinador de HTS, financiando y armando a sus milicias. Erdogan utiliza a estos terrorista islamistas sunitas para alcanzar sus ambiciones regionales con sus ideologías extremistas.
Washington ha señalado un cambio en su enfoque de HTS para acomodar el nuevo papel político del grupo. Pero el compromiso con los kurdos debería permanecer firme. Israel debería hacer lo mismo.
¿Quiénes son los Kurdos? Kurdo significa «héroe» en idioma persa. Son un pueblo que habita la región montañosa del Kurdistán, repartido entre Siria, Irak, Turquía, Irán y otras áreas del Medio Oriente. Los kurdos son en su mayoría musulmanes suníes, aunque una importante minoría todavía sigue la religión tradicional kurda, el yazidismo.
El pueblo kurdo es la minoría étnica más grande de Oriente Medio que no se encuentra establecida en forma de Estado nación propio. Son entre 38 y 46 millones de personas. La mayor parte de los kurdos (alrededor de 15 millones) habita en Turquía (el 18% del total del país).
El pueblo kurdo constituye un colectivo heterogéneo desde el punto de vista étnico. Está marcado por un carácter tribal —fueron en su mayoría nómadas hasta el final de la Primera Guerra Mundial lo que ha dificultado el establecimiento de un estado.
Tras la Primera Guerra Mundial, en la que apoyaron a los aliados contra el Imperio otomano, los kurdos lograron por medio del Tratado de Sèvres el reconocimiento de la independencia de su país. Sin embargo, este acuerdo internacional nunca se ratificó.
Dentro de la guerra civil siria iniciada en 2011, el presidente Bashar al-Ásad promulgó un decreto por el que acordó la ciudadanía a los habitantes de origen kurdo, de la que estaban privados desde 1962. Desde 2014 se resistieron a la invasión yihadista del Estado Islámico y se han defendido de la instauración de su califato en territorio kurdo.
Los Kurdos constituyen la única fuerza democrática en Siria con un compromiso con la libertad, los derechos de las mujeres, la protección de las minorías y valores que coinciden con los de Occidente. Estas mismas fuerzas demostraron su temple en la lucha contra el Estado Islámico.
Y es aquí donde entra en juego Turquía a través de su Presidente Erdogan. Está empecinado en eliminar al pueblo Kurdo y al pueblo Judío, que son las piedras en su camino a la propagación de su Islamismo Radical. Eso se llama Genocidio. Y por ello abogo por acuerdos entre quienes luchan en la defensa de nuestros mas caros valores: USA, Israel y los Kurdos, a quienes debería unirse Europa, antes de que sea demasiado tarde.
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