Omer Shem Tov: la propaganda de un beso no consentido

El sábado 22 de febrero, la organización terrorista Hamas hizo la entrega de seis rehenes más que estaban en su poder como parte del acuerdo de alto al fuego, no sin antes como lo han hecho en otras oportunidades aprovechar el momento para montar todo un espectáculo de propaganda con plaza pública de por medio para dar un guiño de tener “poder” todavía en Gaza.

Entre las acciones destacadas de esta entrega se vio al ex rehén Omer Shem Tov acercarse a uno de sus captores enmascarados y besar su cabeza, en un gesto que para algunos propagandistas fue visto como una señal de “buena voluntad” de los terroristas con aquellas personas que fueron llevadas cautivas la mañana de aquel 7 de octubre de 2023; situación diferente del ex secuestrado Avera Mengistu que llevaba diez años cautivo en Gaza.

Sobre el beso no hay mucho qué analizar, se trató de propaganda, como también lo fue el vídeo que sacaron posteriormente de los rehenes Eviatar David y Guy Gilboa-Dalal quienes vieron desde un vehículo de Hamas la liberación de los seis rehenes y donde pedían que por favor los enviaran a ellos también a casa (no son parte de esta fase de la tregua).

Así también, ha sido propaganda el vídeo que en su momento obligaron a la ex rehén Daniella Gilboa grabar simulando su muerte y posteriormente la entregaron viva en uno de los intercambios, todo esto es guerra psicológica que implementan constantemente los grupos islamistas para generar desazón y desesperanza en la opinión pública israelí, ese es su “mercado meta” en cuanto a este material.

De igual manera, Hamas y los grupos islamistas de Gaza utilizan los daños a la población civil gazatí y a la infraestructura del enclave como propaganda hacia occidente para propiciar condenas y críticas a las acciones de Israel, así también el uso de lenguaje como “genocidio”, “apartheid”, etc., tiene una connotación no humanitaria, sino política para usar las herramientas del Derecho Internacional como otras estrategias de deslegitimación al Estado de Israel.

También, utilizan los vídeos de ataques a tanques o posiciones israelíes como una muestra de “resistencia y poder”, esto último dirigido a quienes los apoyan, principalmente en la misma región, basta con ingresar a los canales de Telegram de grupos palestinos para entender la escenificación que hacen de sus acciones para el consumo de un público en particular.

Lo mismo que se puede observar en la impresión de las mantas y los desfiles escenarios improvisados donde obligan, inclusive, a miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja a subir para firmar la entrega de los rehenes, o a los liberados a mostrar un “certificado” como ex rehén, más una bolsa con souvenirs, lo que claramente señala ese juego con las emociones, sin dejar de mencionar la cantidad de cámaras que se presentan durante estos espectáculos públicos, hasta drones hay y sin dejar de mencionar la cantidad de mujeres y niños que hacen participes de todo el espectáculo porque para ellos claramente todo esto es un “performance” en la guerra en la que más han logrado ganar a lo largo del tiempo, la mediática.

El beso que tanto ha destacado de Omer Shem Tov, hace recordar las críticas y el escarnio público que han recibido algunos por realizar actos no consentidos contra víctimas de acosadores quienes se aprovechan su condición de vulnerabilidad. Todo este espectáculo de Hamas ha sido criticado incluso por organizaciones internacionales, por ejemplo, el Secretario General ha señalado que se debe garantizar la entrega de los rehenes sin generar escarnio público o humillaciones.

Incluso, el Protocolo Adicional I a los Convenios de Ginebra (1977) señalan en su artículo 75 las prohibiciones de someter a cualquier controlada por alguna parte del conflicto a actos de humillación o exhibición pública que atenten contra su dignidad, así como el Estatuto de Roma (del cual los palestinos son firmantes) en su artículo 82 prohíben la humillación pública, la toma de rehenes e inclusive tratos crueles al considerarlos crímenes de guerra.

El espectáculo realizado por los grupos islamistas, exhibiendo tanto a los rehenes entregados vivos como incluso los ataúdes de rehenes asesinados en cautiverio, así como la propaganda generada para sus diferentes públicos meta no solo representan actos contrarios al derecho internacional, que ya de por sí es violentado constantemente en este tipo de conflictos, sino una muestra de la constante de deshumanización por parte de estas organizaciones, quienes aprovechando su condición de irregulares son incluso justificados en sus actos por aquellos que creen que políticamente tienen derecho a actuar sin reglas y permitírseles sin ningún tipo de crítica pública ser constantemente infantilizados de sus responsabilidades humanas.