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| miércoles abril 23, 2025

Las caricaturas de Jonathan Majburd, un arma para combatir las mentiras

Ana Jerozolimski entrevista a Jonathan Majburd para Semanariohebreojai.com


La incruenta pero decidida “guerra” que libra el argentino israelí Jonathan Majburd desde el 7 de octubre contra el odio antisemita y el terrorismo anti israelí, exponiendo sus mentiras y distorsiones, usa una herramienta singular: ilustraciones que él concibe en su mente pero no dibuja, caricaturas que él no delinea con sus manos pero sí con su pensamiento. Y con un genial uso de la inteligencia artificial que convierte lo que imagina, en un elocuente dibujo que dice mucho, a menudo sin palabras.

Este jueves a las 19 horas, lo podrás escuchar en la Kehilá en Montevideo, una conferencia imperdible sobre lo que ha estado haciendo desde el día de la masacre, y cómo lo logra.

Te podés anotar entrando en este link, apretando aquí.

Más información en  el 092 001 262

En su trabajo como ingeniero en computación, Jonathan usó la plataforma de inteligencia artificial ChatGPT . Pronto entendió que servía para muchos otros usos. De fondo, tenía un desafío en el que ya había pensado antes. “Siempre pensé que teníamos un problema, que siempre  ganábamos las guerras, los operativos pero no la guerra mediática. Y que había que hacer algo especial al respecto”, nos dice.

 

P: ¿No es una lucha perdida? Te pregunto aunque yo misma la sigo librando. La propaganda anti israelí tiene muchísimo dinero y ellos son muchos más.

R: La esperanza es lo último que se pierde. Entonces, mientras la esperanza exista vamos a seguir luchando. Cuando se empezaron a desarrollar las redes sociales la problemática  se multiplicó por millones. Perder en el campo mediático es un gran problema. No por el qué dirán sino porque eso es perder la batalla de la concientización.

P: Claro, eso crea percepciones, aunque sea basada en mentiras, crea ideas.

R: Exacto. Y el 7 de octubre me dejó en claro que eso marcó un antes y un después. Me dije a mí mismo: esta vez tengo que ponerme a actuar, tengo que ser parte de esta pelea en el campo de batalla mediático. Quiero mostrar la realidad de lo que realmente sucede, que es lo más importante, rompiendo las barreras del odio, rompiendo los muros del odio, del antisemitismo, del antisionismo . Lo que muchos intentan ocultar o muestran en forma distorsionada es precisamente lo que yo intento aclarar.

Se me ocurrió empezar a utilizar la inteligencia artificial.

P: Todo un desafío, no sólo artístico

R: Por supuesto. Por ejemplo, la inteligencia artificial tiene muchas políticas de uso y un montón de cosas no te las deja hacer. Entre otras cosas, aunque estamos hablando del 7 de octubre del 2023,  no te deja, por ejemplo, crear contenido que tenga elementos violentos, sangre, terroristas, armas; o crear figuras públicas, políticos históricos o actuales.. Bueno, yo me senté durante varias horas y pude romper la barrera de esta política de uso…  Hoy en día se puede hacer muchas cosas más que en ese momento no se podían hacer.

P: ¿Por qué recurriste a la caricatura?

R: Porque son un elemento histórico que se vienen usando desde hace cientos de años como instrumento para transmitir mensajes. Tienen una influencia muy grande y ayudan a expresar fácilmente un tema complejo. Pueden simplificar la complejidad en forma visual y pueden captar el foco de la atención de la persona que la ve en muy pocos segundos para que esa persona realmente entienda el mensaje. Incluso sin tener que utilizar textos. Y en efecto muchas veces yo no utilizo textos.

Yo también recordaba el libro del gran caricaturista israelí Dosh, titulado “Slijá shenitzájnu”, o sea “perdón que ganamos”, sobre la Guerra de los Seis Días de 1967.Noté claramente que no hacía falta ni siquiera leer el texto que estaba en el libro para entender lo que estaba pasando. Siempre me interesó y siempre me gustó todo lo que es visual.  Además vi que las caricaturas tenían una influencia sumamente  grande en el mundo árabe. Y también hoy. Esto se debe a que años atrás en los países árabes había muchísimo analfabetismo. Entonces, para llevar mensajes al pueblo, lo mejor era una forma visual, gráfica que pudiera transmitir mensajes.

LO INELUDIBLE

 

P: ¿Hay un elemento clave, un norte a seguir?

R: Ante todo, no mentir. Yo presento la verdad, no utilizo mentiras como medio. Y también muestro lo absurdo del otro lado, lo falso del otro lado.

P: ¿Qué hay de fondo en la preparación de una caricatura?

R: Yo utilizo todo lo que conozco de historia que está relacionado al pueblo judío, lo que no conozco lo investigo, hasta sentir que entiendo del tema. Aprendí  muchísimo durante este año y medio sobre la cultura árabe, lo que es el Islam, aprendí muchísimo más de lo que sabía sobre el conflicto israelí-palestino y sobre lo que sucede alrededor nuestro. Es una combinación de investigación, conocimiento y creatividad. Esas serían las tres puntas, los tres pies de cómo realmente termino de formar ese mensaje. Y, otra vez, siempre con la verdad, siempre mostrando lo absurdo, lo hipócrita de lo que está sucediendo.

 

ASÍ CREA LAS CARICATURAS

P: Creo que es importante entender cómo hacés estas caricaturas, ya que vos ya me contaste que no dibujás, lo cual en el momento no entendí en absoluto. ¿Entonces, cómo hacés?

R: En ChatGPT por ejemplo, escribo lo que se llama prompt, el pedido a la plataforma, con la descripción exacta de lo que quiero. Lo hago dentro de una plataforma privada que generé dentro del Chat GPT y que no difundí. Esa plataforma privada ya me conoce, por así decirlo.

P: Decime si te estoy entendiendo bien: en ese marco que creaste en ChatGPT, escribís un texto que describe la escena que te estás imaginando, qué figuras hay, qué hacen, y el programa les da siempre el mismo estilo de dibujo, que vos ya desarrollaste.

R: Exacto. Es más, te cuento. Hay un estilo muy determinado, que es un estilo mío. Obviamente, yo creo que hoy en día, después de casi un año y medio, habrá otras personas que hacen cosas parecidas. Mucha gente se comunica conmigo por medio de diferentes canales y preguntándome cómo hago, porque, bueno, en su momento, como te decía, estaba prohibido hacer las cosas que yo hacía. Y obviamente yo les iba indicando, pero sin contar los secretos, por miedo de que me terminen bloqueando a mí. Entonces, como te digo, esto es un área privada que yo creé dentro de la plataforma , que me facilita las cosas cuando yo escribo el texto.

 

P: Quiero que se entienda bien en detalle. Lo que vos escribís en el texto es: yo quiero transmitir esta idea, tienen que aparecer por ejemplo figuras que parezcan terroristas armados, algún judío con la estrella de David, en tal y tal pose. O sea, vos describís la escena y tu plataforma te la dibuja. 

R: Claro. Yo no soy ni dibujante, ni gráfico, ni diseñador, ni nada por el estilo, ni tampoco caricaturista. Pero por el área privada que creé,  por la forma en que yo escribo las cosas, y cómo conozco el sistema y el sistema me conoce a mí, cada caricatura me tarda realmente entre cinco y diez minutos.

P: ¿Y el texto que escribís para describir lo que querés?

R: Es producto de lo que se llama prompt engineering. Lo  fui desarrollando con el tiempo para mejorar la forma que la plataforma me conozca y me pueda entender mejor y pueda entrar en más detalles y ser más exactos. Pero el tema es cómo desarrollar la idea.  Me tarda cinco o diez minutos cuando ya tengo la idea, cuando ya puse el texto. Lo que lleva más tiempo es todo el tema del desarrollo de la idea cuando tengo que investigar el tema que quiero llevar al mensaje.

P: Entiendo…Vos tenés que tener claro cómo se va a ver el dibujo antes de que el ChatGPT lo dibuje. 

R: Exactamente. Yo lo tengo que visualizar en mi cabeza. Lo definiste perfecto porque es justamente lo que pasa en el proceso. Yo, en el proceso, imagino. Porque, otra vez, como te decía, me fascina lo visual y tengo una imaginación bastante desarrollada y eso me ayuda realmente a ver, visualizar en mi cabeza, imaginarme cómo yo quiero que se vea la caricatura específica de un tema determinado.

P: En resumen, vos imaginás el dibujo, lo dibujás en tu cabeza. Le describís al ChatGPT el dibujo que te imaginaste y la plataforma te lo dibuja.

R: Exactamente.

P: Tus caricaturas tienen un estilo muy puntual, reconocible también aunque uno no sepa de antemano que son tuyas. ¿Cómo llegaste a eso?  La primera vez no tenías idea qué dibujo iba a salir, me refiero a qué estilo. De primera le dijiste: “esto me gusta, seguimos así”, ¿cómo fue la cosa?

R: Totalmente. Hoy utilizo en realidad tres plataformas, pero en un 95% es el ChatGPT. En su momento no estaba tan desarrollado y como vos bien decís, claro, la primera vez que yo empecé a crear contenido, crear caricaturas, le expliqué el estilo más o menos que quería que fuera, pero obviamente no tenía la suficiente influencia y el suficiente conocimiento como para darle detalle por detalle, el exacto, el estilo y los colores. Con el tiempo todo se fue afinando para que la plataforma me entienda bien a mí y yo sepa cómo va a interpretar lo que escribo.

 

CÚMULO DE EMOCIONES

 

P: ¿A qué situaciones te ha llevado esto tan impresionante que hacés?

R: Te doy un ejemplo que me emocionó mucho. Me  invitaron a participar en un proyecto de perpetuación de la memoria de los caídos en la guerra y víctimas del 7 de octubre, al que invitaron a 20 artistas de todo tipo de campos en Estados Unidos, Israel y la República Checa. Como parte del proyecto teníamos que encontrarnos con familias de los muertos. Yo dije de entrada que era un honor, un orgullo que me hayan invitado pero que yo no era artista ni me consideraba como tal. Me dijeron “lo que vos hacés es arte”. Y me convencieron al respecto. Fue algo muy emotivo, muy fuerte.Por el hecho que yo hablo castellano, me pidieron si yo podía hacer este proyecto con la familia de Rafael Elias Moshoyoff (z”l), que había llegado a Israel desde Colombia unos años antes con su mamá y sus dos hermanos.

 

Era uno de los 21 soldados que en enero del 2024 murieron por el impacto de un misil anti tanque en el sur de la Franja de Gaza.

 

Los 21 caídos en aquel incidente (Fotos: FDI, edición del recuadro, The Jerusalem Post)

 

Tuvimos una charla que debía haber terminado en una hora, pero llevó dos horas y media. La verdad que me quedé muy  emocionado. Te cuento que aunque yo soy una persona que se emociona fácilmente y que llora con facilidad, desde el 7 de octubre, a pesar del dolor y tantas emociones, no se me había caído ni una lágrima. Estaba como bloqueado. Pero cuando terminó esa charla con la familia,  por primera vez desde el 7 de octubre pude llorar.

Y este fue el impactante resultado

 

LOS MENSAJES CENTRALES

P: ¿Cómo resumir lo que querés transmitir con tus caricaturas?

R: Israel lidia obviamente con la distorsión de su realidad, de la guerra, parte de esta batalla mediática que está obviamente fomentada y financiada más que nada por Catar e Irán . Es interesante acá que Catar por un lado Catar es justamente el “mediador” por los secuestrados y por otro lado, vemos cómo por medio de su canal Al Jazeera, influye negativamente, transmitiendo noticias de modo que no reflejan la realidad.

Pero claro que también las organizaciones terroristas mismas como Hamas, Islámica, Hezbolá, invierten  muchísimos recursos en este aspecto. Y todo esto influye en la mayoría de las personas que no están informadas o no conocen, que son ignorantes respecto a Israel y el pueblo judío.

Y está también el tema de la hipocresía mundial. Creo que se ve en la mayoría de las organizaciones internacionales que tienen relación con los derechos humanos y la propia ONU, su Comisión de DDHH la Corte Internacional de Justicia y muchas más. Juzgan a Israel con doble vara, no se preocupan realmente por los derechos humanos sino de condenar a Israel en su lucha contra el terrorismo.

GRAN REPERCUSIÓN

Antes de entrar a una entrevista en el canal 11 de la televisión pública israelí

 

Jonathan empezó a hacer esto casi inmediatamente después del 7 de octubre. En los primeros dos o tres meses de la guerra, no tenía un canal propio de difusión y sus creaciones eran difundidas sin su firma, sin que se sepa que era él el autor. Cuando se percató de que sus contenidos no llegaban en muchos casos a ver la luz, decidió hacer su propio canal. Empezó de 0 , sin seguidores en Instagram, con su primera publicación en diciembre del 2023, hoy tiene más de 22.000 seguidores.

Colabora activamente con la parte digital del Ministerio de Asuntos Exteriores tanto en árabe como en persa y en castellano. A veces con embajadas. Le consta que el Presidente de Argentina Javier Milei ha usado caricaturas suyas, al igual que la escritora y gran esclarecedora israelí en Estados Unidos Noa Tishby y hasta elementos en la oposición iraní. Recientemente la embajada de Israel en Estados Unidos le pidió que la ponga como colaboradora. Está en contacto con la embajada de Israel en Argentina y la de Argentina en Israel y muchos marcos y figuras más.

 

Esta fue una de sus primeras creaciones

 

Esto es de esta semana, en homenaje al día recordatorio del Holocausto Iom HaShoá

 

EN PRIMERA PERSONA

En el campo profesional, Jonathan es ingeniero en computación y trabaja como  vicepresidente de sistemas en una empresa israelí de modas, encargado de tecnología a innovación. Pero su pasión es defender a Israel con su creación artística.

 

Jonathan, que el mes próximo cumple 47 años, nació en Argentina y a los 22 , al terminar sus estudios, se casó y se radicó en Israel. Era una decisión natural habiendo crecido, tal cual explica, “como sionista desde la cuna”. Su hogar era muy laico y muy ligado a la vida judía y la ligazón con Israel estuvo siempre presente, desde el jardín de infantes Yoná hasta la actividad en múltiples movimientos juveniles sionistas, inclusive de opuestas tendencias políticas, como Hashomer Hatzair y Betar.

A los 15 años participó en el programa Taglit en Israel , acumuló vivencias, estudió, recorrió el país y eso le alcanzó para estar tan seguro sobre lo que eso significaba, que al volver a Buenos Aires, ya en el aeropuerto dijo a sus padres: “Yo ya encontré mi lugar en el mundo, mi lugar en el mundo es Israel, en cuanto pueda, me voy”.

Majburd está abocado ahora a defender a Israel con sus creaciones artísticas que publica en las redes, diciendo la verdad sobre los desafíos con los que lidia. Pero al terrorismo le vio la cara en directo ya mucho antes. Una semana después de regresar a Argentina de su viaje de jovencito a Israel, en 1994, fue el atentado contra la AMIA.

“Pasada media hora ya estaba allí ayudando entre los escombros y con todo el caos que hubo, viendo cosas duras, junto a mi padre. Eso también me marcó muchísimo, más allá de la formación sionista y judía, que siempre tuve”.

Los años que pasó en Argentina hasta que se radicó en Israel, los dedicó a estudiar y también trabajar en la comunidad judía. En Buenos Aires conoció a quien fue su primera esposa y ya la primera noche que salieron le dijo: “Yo me voy a Israel. ¿Venís conmigo?”. El sentimiento sionista, nos dice, lo lleva dentro de sí tan fuerte hoy como era cuando decidió dejar todo y viajar a instalarse en Israel.

 

“Creo que lo demuestro también día a día con las cosas que hago en distintos proyectos, más allá de las  caricaturas,  y obviamente se lo transmito también a mis hijos”.

Jonathan tiene dos hijos: Ilan, de 21, que acaba de terminar su servicio militar obligatorio y Daniel, de  16. En Israel, se volvió a casar.

Su amor por Israel lo resume en una frase, que antes de dejar Buenos Aires dijo en una conferencia que brindó ante gente interesada en radicarse en Israel, como él: “A Israel no se va, se vuelve”.

Por suerte, volvió.

 
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