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| jueves mayo 15, 2025

Cuando Hyde devora a Jekyll

Dr. Eduardo Kohn para Radio Jai


Parece algo muy complejo decir enfáticamente qué es Qatar. Puede ser el propietario financiero de Hamas, a quien por varios lustros le entregaba 30 millones de dólares por mes a discreción más otros apoyos no tan notorios y públicos; o el presunto gran mediador para que Hamas liberara secuestrados israelíes cuando en realidad los líderes de Hamas vivían y viven (los que quedan) por años en lujosas villas en Doha; o uno de los financistas de varias y muy prestigiosas universidades de Estados Unidos desde hace décadas construyendo allí un movimiento de antisemitismo como no hay otro en el mundo; o el lugar donde el 7 de octubre de 2023 no sólo los líderes de Hamas que allí estaban sino varios cómplices más, festejaron eufóricamente el pogromo perpetrado contra civiles en Israel.

 

Esta semana, cuando Edan Alexander fue liberado por los terroristas de Hamas luego de sus 584 días de secuestro y torturas, hubo un vil intento de llevar a Edan a Qatar (algo que fue confirmado por Estados Unidos con la aparente intención que se encontrara allí con el presidente Trump que ha incluido a Qatar en su gira de esta semana por países árabes). O sea, intentaron o pensaron o como se quiera definir, llevar a un joven de 21 años, secuestrado por 19 meses al país financiador de sus captores. Edan necesita tratamientos diversos y a su familia para intentar que retorne a la vida desde las mazmorras. De todos modos, aunque no se repitió la ordalía que sucedió cada vez que salieron secuestrados desde Gaza, sí hubo una foto de Edan junto a terroristas armados y los empleados de turno de la ominosa Cruz Roja. ¿Quién tomó la foto y la distribuyó por el mundo? Al Jazeera, el grupo auto denominado periodístico, creado y financiado por Qatar. Pero hay más. CNN y BBC han anunciado que Qatar regalará a la presidencia de Estados Unidos un avión de 400 millones de dólares para reemplazar al Air Force One. La Casa Blanca, luego de las reuniones del presidente Trump en Qatar ha anunciado que el emirato comprará 210 Boeing valorados en 96 mil millones de dólares. Dos empresas de Estados Unidos firmaron dos contratos con Qatar que les comprará tecnología por 3 mil millones de dólares. Estados Unidos logra acuerdos para crear empleo y Qatar sigue lavando su imagen por todos los medios posibles, el mayor de ellos, lo que le sobra, dinero.

 

De nuevo entonces la interrogante del principio de esta columna: ¿qué es Qatar? ¿El que compra un campeonato mundial de fútbol y nadie lo incrimina por el trato bestial sufrido por los obreros que construyeron los estadios que causó miles de muertos? ¿El que financia terroristas como Hamas, los talibanes, Al Qaida? ¿El que compra periodistas a través de Al Jazeera para informar lo que la dictadura qatarí quiere? ¿El que hace regalos descomunales a jefes de estado para autorretratarse como brazo de la paz y la concordia, cuando en realidad es lo opuesto? ¿El comprador multi billonario de bienes y servicios apoyando economías diversas? Todas las preguntas se responden muy brevemente: Qatar es todo eso y mucho más y peor. Pero si puede serlo, es porque quienes realmente tienen poder, lo aceptan sin dudarlo. Y eso es más grave y definitivamente devastador para cualquier idea de algo parecido a la normalidad en la región.

 

La transformación de Jekyll en Hyde como lo narró Stevenson no es exclusividad de nadie. El mal (Hyde) puede verse en un emirato y en personas con poder todo el tiempo. Hace cinco días, el diario Wall Street Journal publicó un informe que ratifica las innumerables acusaciones que se han hecho contra el Fiscal de la Corte Penal Internacional Karim Khan, las cuales derrumban la pátina de justiciero que siempre ha querido demostrar, y la notoriedad que pretendió conseguir pidiendo que se emitan órdenes de arresto contra el primer ministro y el ministro de defensa de Israel. WSJ denuncia que Khan forzó a una funcionaria de la CPI a mantener relaciones sexuales varias veces y se pregunta si el apuro de Khan por emitir las órdenes no fueron una cortina de humo para tapar la investigación que finalmente ha comenzado contra él, una vez que la funcionaria decidiera hablar y acusarlo. El informe señala que la funcionaria de la Corte nacida en Malasia fue forzada más de una vez, temía declararlo porque Khan la amenazó, y además necesitaba el trabajo por razones económicas ante graves dificultades de salud en su familia. WSJ señala que hay acusaciones contra Khan del mismo tenor en Nueva York, Colombia, Congo, Chad, París y La Haya, cerca de su propia casa donde vive con su esposa. Khan dice que es inocente y que jamás cometió ningún hecho de los que se le acreditan. Como todo el mundo recuerda, el día anterior a la aparición pública de Khan haciendo las acusaciones contra los gobernantes de Israel, el Fiscal anuló abruptamente una visita programada y planificada al detalle a Israel y la Franja de Gaza. Además de no visitar el lugar de los hechos, Khan pasó por encima que Israel no es parte del Estatuto de Roma, y mucho menos le importó después que en la Unión Europea y en Estados Unidos, los gobiernos hicieran pedazos su acción penal y los gobernantes de Israel hicieran las visitas políticas correspondientes y agendadas. En su momento dijimos en esta columna que Khan actuó con malicia, con lo que ello significa en el accionar de un Fiscal. En realidad, fue malicia y mala fe, a lo que se agrega su desprecio por las normas de conducta que deben regir en su cargo. Si Khan sabía que se le venía una acusación como la que hoy enfrenta, lo mínimo que debió hacer es dar un paso al costado hasta que se probara si es inocente o culpable. Con perversidad hizo todo lo contrario, lo cual demuestra, más allá de que caiga sobre él una acusación o una exención, que su manejo de la justicia en general y de la justicia penal internacional, ha quedado definitivamente manchado. Desde hace un mes, hay una segunda investigación sobre Khan dentro de la ONU. Todos los funcionarios que apoyaron la denuncia contra Khan sobre violencia sexual y que enfrentaron su forma de comportamiento, fueron víctimas de persecución laboral. Lo denunciaron y ahora lo investigan. Khan dijo que todo era un complot para desprestigiar a la CPI. Hoy sigue en su cargo. Y la CPI no aceptó contestar nada al WSJ. Otro Hyde que supera al Dr. Jekyll.

 

La semana pasada, el presidente de Brasil, Lula da Silva, viajó a Rusia para participar en la celebración de Moscú del 80º aniversario del Día de la Victoria, que conmemora la victoria soviética sobre la Alemania nazi. Asistió impávido al desfile militar de tanques, drones y misiles utilizados contra los ucranianos junto a dictadores como Xi Jinping, Nicolás Maduro y Díaz Canel. En un discurso ante la prensa, el presidente brasileño afirmó que Israel “está atacando a mujeres y niños con el pretexto de matar terroristas, cometiendo genocidio”. El presidente de la Confederación Israelita de Brasil, Claudio Lottenberg, le contestó que “acusar a los judíos de matar niños es una de las formas más antiguas y deplorables de antisemitismo. Brasil es un país donde la comunidad judía vive en paz y seguridad, pero el presidente Lula, con sus declaraciones antisemitas, parece querer crear problemas para nuestra comunidad al promover el antisemitismo entre sus partidarios, con una actitud irresponsable y destructiva”. No es la primera vez que la comunidad judía de Brasil e Israel son atacados por Lula, y probablemente no sea la última. Décadas de firme militancia antisemita no se desvanecen así nomás, porque forma parte de la esencia de su quehacer político. En esta oportunidad ni siquiera le preocupó mirar a sus costados para ver que estaba rodeado de dictadores y apoyando sin rubor y abiertamente los crímenes de guerra y de lesa humanidad de Rusia en Ucrania desde hace más de tres años. Jekyll construyó este Hyde hace mucho y crece con obsesión y persistencia.

 

En la última semana de abril, junto a periodistas de América Latina, llegamos una tarde al terreno anterior al del concierto Nova, el lugar donde ocurrió una parte brutal del pogromo perpetrado por Hamas el 7/10/23. Cuando estuvimos allí (también con periodistas de la región) hacía un año y dos meses, llovía, hacía frío, el terreno era un lodazal, y se apilaban autos y camionetas atacadas y quemadas durante el 7/10. Todavía se podía sentir entonces el inconfundible olor a quemado. A nosotros nos parecía que estábamos mirando a los jóvenes asesinados y quemados en esos vehículos. Era tan enorme la fila de autos que entre la bruma y la lluvia no se veía donde terminaba, no se veía horizonte. Hace unas semanas, llegamos en una tarde de sol y calor, ahora hay espacios construidos donde poder pisar para percibir y recorrer uno de los lugares de la tragedia. A lo lejos, nos pareció que esta vez quizás podríamos ver el final del camino lleno de vehículos destrozados. Ni la luz del sol nos permitió lograrlo. Hyde se tragó a Jekyll.

 
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