A veces, uno odia tener razón.
Y desde la calma y la coherencia, podemos decir esto: hemos tenido razón sobre el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, durante mucho tiempo.
Advertimos al mundo que era un líder amoral, un oportunista, un aventurero político sin brújula moral, dispuesto a aliarse con los peores aliados ideológicos, a meterse en la cama con los movimientos políticos y regímenes internacionales más repugnantes, únicamente para perpetuar su control del poder.
Que no quepa duda: su enfoque hacia Israel y el pueblo judío no es ideológico. No proviene de ninguna visión coherente del mundo ni de convicciones profundas. Es puro oportunismo inmoral.
Sánchez está hoy rodeado de escándalos que involucran a su círculo más cercano, incluida su esposa y su hermano. Sus aliados políticos están manchados por la corrupción y la actividad ilegal. Y entre ellos, destaca su mentor político, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, una figura aún no del todo comprendida en la historia política española.
Zapatero no solo contribuyó a la erosión del orden constitucional de España, sino que se ha convertido en el principal lobista europeo de la narco-dictadura venezolana, trabajando incansablemente para blanquear ese régimen dentro de las instituciones de la UE. Al mismo tiempo, ha abierto las puertas a intereses chinos altamente problemáticos que buscan legitimación en Europa.
En este contexto político, Sánchez ha visto una oportunidad para liderar el campo anti-Israel dentro de la UE, no por principios, sino para obtener beneficios políticos personales:
Primero, como una forma de movilizar a las facciones de extrema izquierda que se unirán ciegamente detrás de cualquier líder que use retórica antisemita y anti-Israel.
Segundo, para atraer apoyo financiero de poderosas redes anti-Israel, incluidas las vinculadas a George Soros, una de las primeras figuras que @sanchezcastejon conoció al convertirse en presidente del Gobierno, y que ha continuado financiando iniciativas estrechamente alineadas con la agenda de Sánchez.
Tercero, para construir puentes con regímenes como Qatar e Irán, cuyas agendas se alinean con su posicionamiento anti-Israel. Qatar, en particular, lo recibió en visitas diplomáticas clave, mientras que Irán, responsable de ataques terroristas en suelo español, aún no ha sido reprendido por su gobierno.
Sánchez fue el último líder de la UE en visitar Israel tras la masacre del 7 de octubre, y cuando lo hizo, utilizó la visita para organizar una sesión de fotos en Rafah, justo cuando se estaba produciendo el primer intercambio de rehenes israelíes por terroristas. Ese mismo día, comenzó a usar el lenguaje de los «crímenes de guerra«, pero solo contra Israel.
Desde entonces, Sánchez ha redoblado su apuesta:
🟥Acusando a Israel de abusos contra los derechos humanos e incluso de genocidio.
🟥Deslegitimando la democracia israelí e ignorando a las víctimas israelíes.
🟥Obstruyendo la cooperación en defensa con Israel, prohibiendo el atraque de buques aliados por motivos legales cuestionables.
🟥Cancelando ilegalmente todos los contratos de seguridad relacionados con Israel, incluso a riesgo de graves pérdidas para nuestro presupuesto y riesgos para nuestra seguridad.
🟥Canalizando millones a organizaciones como la UNRWA, incluso mientras otros cortan lazos debido a sus vínculos con Hamás.
🟥Y finalmente, reconociendo unilateralmente un estado palestino, recompensando efectivamente a los responsables de las atrocidades del 7 de octubre y la toma de rehenes en curso.
Desde hace mucho tiempo hemos advertido sobre las personas e instituciones cómplices en el blanqueo de Sánchez y su agenda, incluido su ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, e incluso algunas voces miopes entre los diplomáticos israelíes y los líderes de la comunidad judía en España.
Y ahora, desafortunadamente, odiamos tener razón.
Más recientemente, Sánchez acusó a Israel de genocidio desde la tribuna del Congreso español. Justo el pasado fin de semana utilizó la cumbre de líderes de la UE en Tirana para construir un frente internacional paralelo contra Israel, uno liderado no por principios, sino por ambición cínica, extremismo ideológico y bancarrota moral. Y continuó en la reunión de la Liga Árabe en Bagdad, invitado por los peores regímenes que violan los derechos humanos, donde promovió un frente árabe-UE anti-Israel.
Pero que no quepa duda:
Las intenciones de Sánchez no reflejan los sentimientos del pueblo español, ni la verdadera agenda de la nación española.
Él es el principal arquitecto de la erosión de nuestros derechos constitucionales y del socavamiento de la democracia española. Su gobierno es ampliamente detestado. Es profundamente impopular entre los españoles, y solo a través de una coalición antinatural de partidos separatistas y antiespañoles ha logrado aferrarse al poder.
Pedro Sánchez es tan enemigo del pueblo judío como traidor al pueblo español.
Y esto ofrece ahora una oportunidad para una nueva alianza:
Una alianza entre Israel y la diáspora sionista y la mayoría del pueblo español, una alianza comprometida a exponer, resistir y, en última instancia, derrocar este peligroso régimen. Una alianza que comprende lo que está en juego y que contribuirá a un cambio real en España.
Esta alianza debe prepararse para el día después de Sánchez, para asegurar que cuando caiga, España no volverá a la ambigüedad, sino que dará un paso claro hacia convertirse en un aliado cercano y confiable del Estado de Israel.
Esa es nuestra misión. Ese es nuestro compromiso.
Y eso es lo que estamos construyendo con ACOM, un movimiento para la renovación, la dignidad y la alineación estratégica entre España y el Estado judío.
🖱️Versión extendida en español del artículo original de Angel Mas, Presidente de ACOM, publicado en The Jerusalem Post
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