Por Israel


Defendemos un ideal no a un gobierno
Síguenos en Facebook Twitter Twitter YouTube RSS Feed
| martes junio 3, 2025

No es personal, es política. El mapa político actual de Oriente Medio está dividido entre Estados Unidos, Arabia Saudí e Irán, pero ¿Dónde está Israel?

Gaston Saidman para cidipinfo.com


https://www.youtube.com/watch?v=uLuz41dIng0

Esta última fase fue testigo de un cambio que muchos consideran radical y bastante sorprendente en términos de la posición del presidente estadounidense Donald Trump y su política exterior hacia Medio Oriente, pero lo cierto es que muchos analistas no se sorprendieron.
El enfoque actual del presidente Trump no es nuevo; es simplemente una continuación de la política exterior iniciada con Biden e incluso Obama, en la que Estados Unidos busca cada vez menos responsabilidad en Oriente Medio, una situación que Israel parece ignorar y de la cual publiqué y recomiendo antes de seguir leyendo, releer el siguiente artículo titulado “Ante el Nuevo Orden Mundial, Israel puede verse perjudicado”.

El actual juego de ejes nos recuerda en algunos aspectos a la Guerra Fría, en la que la lucha sobre quién tendría más influencia: el Occidente capitalista o la Unión Soviética socialista comunista. Se libró en el marco de un juego de espías que inspiró más de una película, especialmente las clásicas de James Bond de los años 60.
Hoy como he señalado en algún que otro artículo, la guerra es tibia, se habla, se discute, se espía, pero también se dispara en amplios campos de batalla si es necesario.

En el próximo artículo intentaré explicar la política exterior estadounidense, pero también profundizaré, como de costumbre, en la política interna de Oriente Medio y sus factores. Tendremos la posibilidad de comprender que debemos estar atentos no solo a los movimientos de nuestros aliados estadounidenses, sino también a los de nuestros enemigos. Intentaré encontrar puntos en común entre las partes y el impacto que puedan tener hacia Israel.

La visita de Trump al Medio Oriente

https://www.youtube.com/watch?v=wvRR8UV8s_Y

Para empezar, Trump, como buen estratega, siempre se centra en sus propios intereses, en este caso los de su país. Si quiere mantener su condición de superpotencia, debe, por supuesto, tratar con todos sus aliados, no sólo con Israel.

La reciente visita del presidente Trump a Medio Oriente refleja el resultado de una política diferente a la que conocemos. Hablamos de una política más expuesta a los medios de comunicación, pero que nos sorprende cuando se hace pública. Por ejemplo, es claro que en la historia siempre hay intereses detrás de escena, pero en los nuevos acuerdos que vemos hoy, por ejemplo, la cara moderada y nueva del gobierno sirio y el aparente acercamiento a Israel, fácilmente podrían ser en términos que desconocemos pero que llevaron a la conclusión de un acuerdo por más de 300.000 millones de dólares entre Arabia Saudita y Estados Unidos. A esto sumaremos el gran interés estadounidense en concretar acuerdos de este tipo con Emiratos Árabes Unidos, del cual se espera convertir en un centro de inteligencia artificial y alta tecnología.

El próximo Oriente Medio busca un nuevo líder regional. Esta posición es controvertida entre Arabia Saudita e Irán, por lo que está claro que Riad está interesado en buscar aliados con quienes comparte el mismo enemigo persa. El juego consiste en estar cerca del plato cuando termine la guerra en Gaza. Sin Hamás al mando del país, Arabia Saudita podría convertirse en el país líder en Oriente Medio y en el mundo árabe en general.

Además está Israel, que se enorgullece del nuevo interés saudí pero que en cierta medida ignora ciertas exigencias del rey. Tal vez buscando el apoyo estadounidense y llegando a acuerdos con Trump pese a la opinión de Israel, Riad podrá concretar sus esfuerzos y ver resultados, lo que parece ser está sucediendo.

Si volvemos a la visita de Trump a Oriente Medio, vemos que se están concretando acuerdos importantes, con los beneficios que ya he destacado: una imagen de hermano mayor de Israel, que vino a protegerlo, y de una Arabia Saudita moderada, que lo acepta, dejando a ambos lados como hombres adultos que vinieron a acabar con esta escuela de niños.

Simple: Arabia Saudita se está alejando de su imagen islamista radical y aceptando la presencia de Occidente. Siria está aceptando esta posibilidad y finalmente hay orden en casa. ¿Te suena familiar esto?

Las alianzas que no se ven. ¿Qué está pasando en Oriente Medio?

Como era de esperar, el análisis se limita a examinar los movimientos de Estados Unidos en la región, pero dentro de la región, los movimientos políticos y las alianzas entre los estados árabes quedan en gran medida fuera del foco de atención de los medios, lo cual es un error. Notaremos que la política interna del Medio Oriente no siempre juega a favor de occidente.

A lo largo del diálogo, la potencia mundial demostró control sobre su enemigo, pero también cierta cautela en su negativa a mostrar asertividad hacia sus enemigos, lo que podría costarle caro si no tenemos en cuenta lo siguiente:

El juego de Irán que no vemos

En abril, el ministro de Defensa saudí, Khalid bin, visitó Teherán, donde mantuvo conversaciones estrechas con el líder supremo iraní, Alí ​​Jamenei. Según informes de la prensa árabe, la conversación se centró en renovar las relaciones entre ambos países, que se han deteriorado en los últimos años. Es evidente que el interés de Irán en estas relaciones se basa en una moderación de la política de Trump hacia Teherán, en el marco de las sanciones, y en prevenir un futuro ataque masivo por parte de una coalición de los Estados Unidos e Israel, y el de Arabia Saudita es mejorar su imagen en el mundo árabe chiita manteniéndose así lejos de cualquier conflicto. Eso solo lo puede lograr fortaleciendo sus vínculos con Irán, y así también ganar una imagen segura para atraer inversionistas.

https://www.youtube.com/watch?v=SA4goHPpbA0

En pocas palabras, si Arabia Saudita logra proyectar una imagen segura junto a su país rival, eso es todo lo que necesita para atraer la atención de los países occidentales, que no piensan mucho en lo que sucederá.
El problema surge cuando, incluso bajo la visita y supervisión de Donald Trump, Irán ha continuado apoyando militarmente a los hutíes. Dada su nueva “relación” con Arabia Saudita, esto le da aún más confianza para continuar su guerra de misiles, ya que los saudíes ahora optan por mantener una política blanda hacia los hutíes y mantenerse fuera de la línea de fuego.
Aquellos que entienden los fundamentos del conflicto en el Islam saben que las diferencias entre sunitas y chiítas son una cuestión histórica, pero ahora el mundo sunita, liderado por los saudíes, está considerando profundizar sus relaciones con Teherán y el estatus de la Organización de Cooperación Islámica con sede en Arabia Saudita.

¿Dónde está Israel?

El avance estadounidense en Oriente Medio y la normalización de las relaciones entre Arabia Saudí e Irán nos dan mucho que pensar. Israel se enfrenta a un dilema del que aparentemente no es consciente, y muy pocos analistas están abordando el tema. Diversos centros de investigación como INSS, BESSA CENTER y MITVIM, cada uno con una base política diferente, han publicado artículos que analizan el interés de Arabia Saudí en normalizar las relaciones con Israel, basándose por supuesto, en ciertos puntos a los que Israel no ha respondido con claridad Y la guerra iniciada por Hamás el 7 de octubre de 2023 nubló aún más las posibilidades de ese acercamiento.
Cómo era de esperar tanto Estados Unidos y Arabia Saudita, tienen sus propios intereses y estos no se basan o mejor dicho no son influenciados por la postura de Israel ni menos sus deseos. Estos se basan por una parte en el deseo de la potencia internacional, seguir siendo una potencia desde lejos, y el otro (Arabia Saudita) por ser el país más cercano a esa potencia controlando la región desde el terreno. Los acuerdos de seguridad entre Estados Unidos y Arabia Saudita contribuirán a que esta última se le proporcione asistencia militar y, por qué no, a un programa de desarrollo nuclear, pero fortalecer las relaciones con Irán mitigará posibles ataques iraníes a instalaciones petroleras en el Golfo y, por supuesto, frustrará el diálogo entre los saudíes e Israelíes.

El acercamiento entre Irán y el resto de Oriente Medio no satisface el deseo de Israel de aislar a la república chií en la región, e incluso frustra el objetivo de crear un grupo de estados árabes que sirvan de baluarte contra las amenazas iraníes. Cabe decir que el enfoque saudí, al igual que el iraní, consiste en una forma más sofisticada de controlar el juego. Este enfoque se basa en la diplomacia, que busca la proximidad con sus rivales, y no al revés. Lo logran, y esto podría perjudicar a Israel.

Entendemos que el acuerdo entre Arabia Saudita e Irán solo demuestra el fracaso de Israel en imponer un bloqueo diplomático a Teherán o construir un bando antiiraní. Además, hasta ahora, todo parece haber favorecido a Irán, que se acerca cada vez más a los países del Golfo.

Ahora, sabiendo que Arabia Saudita está optando por una vía diplomática que, según afirma, apoyará el levantamiento de las sanciones a Irán en el futuro, y que Irán finalmente materializará sus ambiciones nucleares, Israel tendrá que intervenir más en la política regional, no solo imponiendo su propia voluntad. Esto significa otorgarle a Arabia Saudita el derecho a tomar las riendas del juego y, además de los acuerdos, garantizarle que, bajo amenaza de conflicto armado, sus instalaciones petroleras no serán atacadas. Esto también significa otorgarle un papel importante en la toma de decisiones tras la guerra contra Hamás y la reconstrucción de Gaza, que es, en cierto sentido, lo que piden.

 
Comentarios

Aún no hay comentarios.

Deja un comentario

Debes estar conectado para publicar un comentario. Oprime aqui para conectarte.

¿Aún no te has registrado? Regístrate ahora para poder comentar.