Mezquita de al Aksa. Foto wikipedia
ISNAD, una oscura red de influencers, no solo amenaza el discurso en línea. También amenaza la seguridad física
Antes de que se disparen las balas, antes de que las embajadas sean atacadas, antes de que los lemas se tornen violentos y antes de que un pistolero solitario repita un eslogan viral, existe una oleada de influencia digital: implacable, anónima y amplificada algorítmicamente.
Vivimos en una era en que las ideas se convierten en armas, la ira se manipula y el campo de batalla es la vida en las redes sociales. Y uno de los frentes más peligrosos de esta guerra es una oscura red de la que la mayoría de la gente nunca ha oído hablar, pero que debería conocer. Se llama ISNAD, y no es solo una máquina de propaganda; sino el prototipo de un nuevo tipo de guerra cognitiva difusa y trasfronteriza que Israel y las comunidades judías de todo el mundo aún no están preparadas para afrontar.
ISNAD es una red de influencia descentralizada, arraigada en la ideología de la Hermandad Musulmana y con sede principalmente en Turquía. Moviliza a un gran número de voluntarios para producir y distribuir contenidos, a la vez que se apoya en gran medida en una amplia gama de herramientas de IA generativa para la creación, coordinación y traducción de esos contenidos. En días de máxima actividad, ISNAD es responsable de un asombroso 8% a 10% de toda la actividad de X (Twitter) en hebreo.
Mensaje de ISNAD en la red Telegram, con información falsa destinada a inflamar a sus seguidores: “Que alguien despierte al rey de Jordania y le informe que la ciudad de Jerusalén, bajo protección jordana, fue hoy vaciada de árabes palestinos, permitiendo a los judíos invadirla sin ser molestados. Que la mezquita de al-Aqsa fue hoy profanada por miles de judíos. Que ningún Estado árabe ni dirigente se la levantado en su trono para proteger al-Aqsa”. La foto muestra a los judíos reunidos para celebrar Shavuot con una gran bandera de Israel frente al Kótel, no en el Monte del Templo donde se encuentra la mezquita
Dado que el entrenamiento y la coordinación operativa de ISNAD se realizan a través de un canal de Telegram de libre acceso, los investigadores han podido estudiar los mensajes estratégicos de la red, las herramientas recomendadas y sus patrones de movilización de voluntarios.
Durante el último año y medio, la red ISNAD se ha dado a conocer en Israel, posteando cientos de miles de publicaciones en redes sociales, en un hebreo fluido y con gran resonancia emocional, suplantando a usuarios locales, adoptando un lenguaje de protesta, e incluso simulando solidaridad con las familias de los rehenes israelíes.
Pero hace pocas semanas, antes del tiroteo fatal en Washington DC, algo cambió. La red publicó un mensaje en árabe en su canal de Telegram instando explícitamente a atacar a judíos e israelíes en el extranjero. «Nuestro enemigo solo entiende un idioma», declaró. «El idioma de las balas, la sangre y las calaveras». Adjuntaron un enlace de reclutamiento a un canal privado, e invitaron a sus seguidores a unirse.
Tras el mortal ataque contra el personal de la embajada israelí en Washington, el grupo respondió con un mensaje de celebración: «Este es un día histórico… Parece que los llamamientos a la violencia están empezando a dar sus frutos»
Seamos claros: ISNAD ya no es simplemente un fenómeno de redes sociales que opera dentro del discurso digital de Israel. Ahora está extendiendo activamente su influencia más allá de sus fronteras, con peligrosas implicaciones para los judíos de todo el mundo.
Tras el mortal ataque contra el personal de la embajada israelí en Washington, el grupo respondió con un mensaje de celebración: «Este es un día histórico… Parece que los llamamientos a la violencia están empezando a dar sus frutos».
No se trata solo de desinformación, se trata de infraestructura. ISNAD es una red de voluntarios ideológicos poco coordinada, muchos de los cuales están alineados con la Hermandad Musulmana y las narrativas pro-Hamás. Despliega tácticas de influencia: cuentas falsas, perfiles generados por IA, eslóganes reciclados y uso sigiloso de Google Docs, bots de Telegram y VPN. Su objetivo no es persuadir sino abrumar, confundir, imitar y erosionar la cohesión social.
ISNAD tiene campañas de propaganda descentralizadas. Las fronteras son difusas, los actores son diversos y el mensaje es coherente: los judíos, no solo los israelíes, son ahora el enemigo
ISNAD forma parte de lo que podríamos llamar un círculo de fuego cognitivo: una estrategia digital multifacética, diseñada para rodear a Israel y a los judíos de todo el mundo con una desestabilización cognitiva y emocional constante. Así como Israel se enfrenta a un círculo de fuego físico —desde Irán hasta Hezbolá, desde los hutíes hasta Hamás—, ahora se enfrenta a uno cognitivo, cuyo objetivo es trasformar la opinión pública, socavar el contrato social y profundizar la polarización interpersonal.
El círculo cognitivo se extiende mucho más allá del Mediterráneo. Incluye la infiltración de medios de comunicación financiados por Catar en todo el mundo occidental; incorpora campus universitarios radicalizados por narrativas manipuladas, y centros de investigación bien financiados que ahora operan como centros ideológicos hostiles al pueblo judío. Incluye operaciones falsas y coordinadas en redes sociales y plataformas P2P, que incitan a realizar ataques solitarios. Tiene campañas de propaganda descentralizadas. Las fronteras son difusas, los actores son diversos y el mensaje es coherente: los judíos, no solo los israelíes, son ahora el enemigo.
Y esto es lo más urgente: las comunidades judías globales no están preparadas para esto. Están acostumbrados a combatir el antisemitismo mediante recursos legales, educación o defensa mediática. Pero el campo de batalla ha cambiado
El trágico ataque de Washington podría no haber sido ordenado directamente por ISNAD; pero no tenía por qué serlo. En la guerra cognitiva, la incitación no sigue cadenas de mando: opera como la niebla: difusa, ambiental y omnipresente. Satura el significado. Convierte los eslóganes en señales y el caos en clima.
Y esto es lo más urgente: las comunidades judías globales no están preparadas para esto. Están acostumbrados a combatir el antisemitismo mediante recursos legales, educación o defensa mediática. Pero el campo de batalla ha cambiado. Cuando actores como ISNAD “gamifican” la incitación, manipulan el lenguaje emocional y generan impulso global mediante el cifrado y el anonimato, las defensas tradicionales son insuficientes.
Necesitamos nuevas coaliciones, no solo entre organizaciones judías y gobiernos, sino también entre la tecnología, la inteligencia y la sociedad civil. Debemos reconocer esta amenaza no como «ruido en las redes sociales», sino como una campaña coordinada. Y debemos actuar en consecuencia.
Este es un llamado no solo a Israel, sino a las comunidades judías de todo el mundo: construyan defensas cognitivas ahora. Rastreen las redes. Eduquen al público. Presionen a las plataformas. Colaboren a través de las fronteras. Porque esta no es solo una amenaza para el discurso en línea, es una amenaza para la seguridad física.
No se puede apagar el fuego solo con esperanza.
Y el círculo cognitivo ya está ardiendo.
*Investigadora principal del Instituto de la Democracia de Israel, y experta en derecho y tecnología.
Fuente: The Times of Israel.
Traducción Sami Rozenbaum, Nuevo Mundo Israelita.
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