En medio de una guerra que ha puesto a Israel en estado de alerta constante, el pequeño tamaño del país hace que cada hogar esté, a la vez, en la retaguardia y en el frente. Así lo relata, Matty Zwaig, quien comenta de los dos misiles que alcanzaron el Instituto Weizmann de Ciencias.
“El poder mortífero de los misiles balísticos enviados desde Irán se hizo sentir muy cerca de nosotros. Dos de esos proyectiles impactaron directamente en el Instituto Weizmann, causando graves daños en laboratorios y edificios nuevos”, explicó Zwaig. En este lugar de renombre internacional, dedicado a la investigación avanzada en campos como la medicina, la agricultura y la física, trabajan numerosos científicos de Israel que pese a las circunstancias, contribuyen al conocimiento y desarrollo del país y el mundo.
Entre ellos se encuentra la hija y el yerno de Matty Zwaig, un ingeniero electrónico especializado en inteligencia artificial y robótica, que fue encargado de levantar desde cero los laboratorios de inteligencia artificial del instituto. “Decidieron volver a Israel y hacer frente a la situación, aun dejando atrás ofertas de prestigiosas universidades en Estados Unidos”, señala, destacando la decisión de muchos investigadores que priorizan su compromiso con Israel.
La experiencia cotidiana durante los ataques no ha sido fácil. Las casas alrededor del instituto sufrieron roturas de ventanas y puertas por la onda expansiva, obligando a muchas familias a refugiarse. “La solidaridad es palpable: vecinos y colegas se ayudan mutuamente, organizan la limpieza y se sostienen en comunidad”, relató Zwaig, quien estuvo en el lugar llevando apoyo y alimentos para quienes permanecen en los refugios, entre los que se encuentra su familia.
El Instituto Weizmann, a pesar de los daños, continúa con su misión. “Es un orgullo no solo para Israel sino para el mundo. Lo que han hecho ahora es daño físico, pero no detendrá la labor científica ni la innovación que allí se genera”, afirmó Zwaig. Además, destacó que aunque Irán justifica sus ataques apuntando a supuestas instalaciones militares, el instituto está dedicado principalmente a la ciencia aplicada al bienestar humano y no a la creación de armamento.
Este episodio se da en el marco de una existencial confrontación que Israel sostiene con Irán y sus aliados, donde la inteligencia y las operaciones preventivas juegan un rol fundamental. “Esta guerra, por su complejidad, será estudiada en academias militares en el futuro. Por ahora, seguimos enfrentando un desafío enorme, con la esperanza de que se abran canales de diálogo para poner fin al conflicto”, agregó Zwaig.
Finalmente, Matty subrayó el valor de la solidaridad global. “No solo los judíos de la diáspora apoyan a Israel, sino también cientos de miles de personas no judías en el mundo, incluyendo comunidades evangelistas en una África pobre que han donado ambulancias a Israel. Es un gesto de reconocimiento y apoyo a la lucha por la seguridad y el bienestar de toda la humanidad”.
Este testimonio ofrece una mirada humana y esperanzadora desde el corazón de Israel, donde la ciencia, la comunidad y la defensa se entrelazan en tiempos difíciles.
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