Misiles iranies Foto Quincy Institute
Cuanto más sabemos, más evidente resulta que Israel atacó en el último momento: Irán estaba muy cerca de la bomba. Sus misiles balísticos se estaban convirtiendo en una amenaza grave. Y además está el ridiculizado «Plan de Destrucción de Israel»
Rafael Grossi, director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), organismo de control de armas nucleares de la ONU, advirtió hace pocas semanas «no están lejos», y también advirtió que la obstrucción de Teherán a los inspectores de su organismo significa que el OIEA no ha podido seguir de cerca los recientes avances del régimen en los diversos aspectos de su programa.
El primer ministro Benjamín Netanyahu fue aún más drástico, calificando el recurso de Israel a la fuerza el pasado viernes como una medida preventiva ante una amenaza «existencial» inminente. En un discurso en video al inicio de la campaña, Netanyahu afirmó que Irán había acumulado suficiente uranio para construir nueve bombas, había tomado medidas sin precedentes en los últimos meses para convertir ese uranio enriquecido en armamento, y podría obtener la bomba «en muy poco tiempo: podría ser un año o unos pocos meses». (Al iniciar los ataques, las Fuerzas de Defensa de Israel afirmaron que Irán podría enriquecer suficiente uranio a nivel de armamento para 15 bombas «en cuestión de días», y no especificaron cuánto tiempo le tomaría al régimen completar su proyecto de armas nucleares).
En contraste, CNN citó varias fuentes estadounidenses que evaluaban que Irán estaba «hasta a tres años» de poder construir, lanzar y detonar una bomba, y afirmaban que ni siquiera la estaba «buscando activamente», una afirmación inverosímil, sobre todo a la luz de la documentada producción por parte del régimen de cantidades crecientes de uranio de grado casi bélico sin aplicación civil.
La famosa presentación del primer ministro Benjamín Netanyahu en la Asamblea General de la ONU del año 2012, en la que advirtió de las preocupaciones de Israel sobre el programa nuclear iraní, y que en su momento fue ridiculizada …ONU
Según mis interacciones con varias fuentes familiarizadas con el asunto, las evaluaciones de inteligencia de Israel indican que Irán estaba muy cerca de obtener armas nucleares, es decir, de construir y lanzar una bomba operativa. Más cerca, incluso, que la estimación pública de Netanyahu.
Los iraníes poseen el uranio enriquecido, producido en su principal instalación de enriquecimiento en Natanz, ahora prácticamente destruida. Es probable que esté almacenado en el sitio de Isfahán, también objetivo de la Fuerza Aérea Israelí. En 2023, la OIEA reportó evidencia de uranio aún más enriquecido, hasta alcanzar una pureza del 83,7%, apenas por debajo del grado bélico, mediante las centrifugadoras avanzadas de la relativamente invulnerable instalación de Fordo.
Además, es crucial que hayan desarrollado el complejo detonador nuclear, el dispositivo de ingeniería que provoca la explosión del núcleo de uranio de la bomba. Y desde hace tiempo tienen la capacidad misilística para lanzar dicho dispositivo. Reunir todos los componentes necesarios, si Irán hubiera decidido hacerlo, según me informaron, no habría llevado más de dos meses, o incluso una semana.
Según mis interacciones con varias fuentes familiarizadas con el asunto, las evaluaciones de inteligencia de Israel indican que Irán estaba muy cerca de obtener armas nucleares, es decir, de construir y lanzar una bomba operativa. Más cerca, incluso, que la estimación pública de Netanyahu
Mejor dicho, así habría sido antes de que Israel lanzara sus ataques.
¿Por qué ya no es así, dado que el uranio enriquecido al 60% se depositó en el hasta ahora inexpugnable Fordo, y dado que Irán posee el conocimiento —que no puede destruirse con ataques aéreos— para completar su programa?
Bueno, para empezar, Israel cree que sus ataques están destruyendo implacablemente el conocimiento.
En una conferencia de prensa la noche del 16 de junio, Netanyahu afirmó que Israel había eliminado a diez de los científicos nucleares iraníes de mayor rango, y que pronto alcanzaría a varios más (de hecho, ahora se cree que esa cifra ha ascendido a 14). Me han informado que estos científicos eran la élite, el pequeño grupo de expertos con el conocimiento y la experiencia necesarios para que el programa de armas nucleares de Irán diera frutos. Se les puede sustituir, por supuesto, pero sus sucesores son menos capaces.
Además, después de haber allanado el archivo del programa de armas nucleares de Irán en Teherán en 2018, en una de las operaciones más audaces en la historia del Mossad, y traído a Israel grandes cantidades de ese material en un convoy de camiones, Israel, en un ataque aéreo apenas reportado esta semana, hizo estallar mucha documentación y otros materiales relacionados con el proyecto, incluyendo las copias de seguridad informáticas del archivo.
En otras palabras, lo que Israel cree estar logrando es retrasar el programa eliminando a su personal clave, y privando a sus sucesores de la memoria institucional necesaria para reactivarlo de forma eficiente y rápida. Abordar físicamente las instalaciones centrales de Fordo sería claramente más sencillo, si el presidente Donald Trump involucrara a Estados Unidos en el conflicto y ordenara que los bombarderos B2 lanzaran una serie de sus “penetradores de masivos de artillería” (los GBU-57), los más avanzados para destruir búnkeres, de forma consecutiva a través de un agujero en el sitio construido en una montaña, hasta su destrucción, un posible escenario esbozado por el New York Times el martes.
Trump «decidirá lo que es mejor para Estados Unidos», declaró Netanyahu el lunes. «Aceptaremos cualquier ayuda». Pero Israel no cree que Fordo sea impenetrable. «Seguimos destruyendo objetivos nucleares sistemáticamente», declaró el primer ministro. Otros que están al tanto del asunto sugieren, crípticamente, que hay más de una manera de penetrar incluso los objetivos más inaccesibles y fortificados.
Una característica central de los ataques de Israel contra Irán desde el 13 de junio es el material de inteligencia que los ha permitido. Israel logró la supremacía aérea desde el oeste de Irán hasta Teherán, desmanteló todas las defensas aéreas en esa ruta, destruyó un gran número de fábricas y lanzadores de misiles, está atacando instalaciones nucleares, y ha eliminado a los científicos nucleares y a los principales jefes militares del régimen, así como a sus adjuntos y sucesores, en ataques precisos.
El viernes pasado escribí que «la evaluación del sistema de seguridad es que este era el momento adecuado y necesario para atacar, antes de que Irán reconstruyera las defensas destruidas en el ataque mucho menos dramático de Israel de octubre pasado, y en un momento en que la información sobre el programa nuclear iraní se considera particularmente sólida». La preocupación del sistema de seguridad radica en que su información de inteligencia sobre el programa nuclear iraní no habría sido «particularmente sólida» durante mucho más tiempo, lo que indica que el impulso de los ayatolás por la bomba estaba entrando en su fase final.
Todo indica que Israel está respondiendo justo a tiempo, y tomando medidas para separar a un régimen ideológica y territorialmente voraz del armamento con el que pretendía la destrucción de Israel y la hegemonía en la región y más allá.
Hanegbi: el cambio de régimen «no es un objetivo»
El cambio de régimen no es un objetivo formal del gobierno israelí en la guerra, pero no cabe duda de que es un resultado deseado.
Desde el inicio de los ataques, Netanyahu ha declarado al pueblo iraní que su «liberación de la tiranía está más cerca que nunca», y los ataques de la Fuerza Aérea Israelí contra símbolos del régimen, en particular sus medios de comunicación estatales, tienen la intención manifiesta de debilitar su influencia sobre la opinión pública. En una entrevista el martes con su medio de televisión favorito, el Canal 14, Netanyahu afirmó que el 80% de Los iraníes “odian” a sus gobernantes.
Todo indica que Israel está respondiendo justo a tiempo, y tomando medidas para separar a un régimen ideológica y territorialmente voraz del armamento con el que pretendía la destrucción de Israel y la hegemonía en la región y más allá
Como suele suceder, el asesor de Seguridad Nacional, Tzaji Hanegbi, ha sido uno de los funcionarios gubernamentales más reveladores sobre este tema. Derrocar al régimen “ciertamente no es un objetivo definido de la operación”, declaró en una entrevista con el Canal 12 el martes por la noche, “porque sabemos que los únicos que pueden derrocar al régimen iraní son los iraníes. Pero nos alegraría mucho que, como resultado crucial y trascendental” de los ataques de Israel contra este “liderazgo extremista”, sufriera la misma suerte que otros regímenes similares, continuó Hanegbi, refiriéndose en particular al colapso de Assad en Siria.
“No solo no lo lamentaríamos, sino que sería lo mejor que podría pasar para el mundo, para la región y, sin duda, para Israel”, afirmó. “¿Tenemos los medios para llevarlo a cabo nosotros mismos? No, en absoluto. ¿Lo que estamos haciendo hoy conducirá a ese tipo de resultado? Hay quienes creen que sí”.
Asimetría
Un hombre sabio me señaló esto, y me complace compartirlo: “En la cobertura del conflicto entre Israel e Irán, debemos enfatizar seriamente la asimetría entre los intereses de ambos Estados: Irán desea destruir a Israel, e Israel desea no ser destruido por Irán. Esta no es una situación en la que la imparcialidad sea apropiada”.
¿Cuántos misiles Arrow quedan?
The Wall Street Journal advirtió este 18 de junio que las FDI se estarían quedando sin interceptores de misiles Arrow. Las FDI respondieron con una declaración insulsa: están “listas para afrontar cualquier escenario”, pero no comentaron sobre “asuntos relacionados con las municiones”.
Parece muy improbable que las FDI, tras haber planeado directamente esta operación durante muchos meses y haber trabajado en ella de forma más amplia durante años, hubiesen ido a la guerra con un suministro insuficiente de sus principales interceptores antimisiles.
Las FDI habían anticipado que Irán dispararía 600 misiles balísticos en su respuesta inicial a los ataques israelíes de la madrugada del viernes. De hecho, Irán no disparó ni un solo tiro durante esas primeras horas. Hasta la fecha, ha disparado unos 400 y se cree que le quedan aproximadamente 1800.
El “Plan de Destrucción de Israel”
El asombroso éxito inicial del ataque israelí contra las capacidades y el personal nuclear y militar de Irán ha vuelto a centrar la angustia israelí en los fracasos del 7 de octubre de 2023. Al igual que cuando Israel detonó miles de buscapersonas cargados de explosivos contra sus propietarios de Hezbolá en septiembre, de nuevo nos genera ansiedad la insondable y deliberada ceguera de los estratos políticos, militares y de inteligencia, que dejó a Israel totalmente expuesto al monstruo genocida Hamás, que aún mantiene a 53 rehenes retenidos en Gaza, 20 de los cuales se cree que siguen vivos.
Por la misma razón, sin embargo, vale la pena detenerse a interiorizar lo que habría sido de Israel si Hamás hubiese coordinado plenamente su invasión con su entonces mucho más poderoso aliado, Hezbolá, y con su patrocinador iraní. Un escenario en el que no solo Hamás enviara a miles de terroristas a través de la inútil valla fronteriza bajo la protección de un intenso fuego de cohetes, sino que Hezbolá también atacara con toda su fuerza en el norte, e Irán disparaba cientos de misiles balísticos hacia todo Israel, es indescriptible.
La probabilidad de que un ataque coordinado de este tipo tomara a Israel por sorpresa habría disminuido mientras más se hubiese discutido y planeado, presumiblemente habría sido mucho más probable que la inteligencia israelí se hubiese dado cuenta de lo que estaba a punto de suceder, y los líderes políticos y militares habrían sido capaces de prepararse a tiempo.
Pero es importante destacar que los cuatro objetivos designados de este ataque contra Irán, según lo aprobado por el gabinete de seguridad y revelado por Hanegbi el viernes, incluyen la capacidad de Irán para destruir a Israel mediante una invasión terrestre en múltiples frentes.
En la cobertura del conflicto entre Israel e Irán, debemos enfatizar seriamente la asimetría entre los intereses de ambos Estados: Irán desea destruir a Israel, e Israel desea no ser destruido por Irán. Esta no es una situación en la que la imparcialidad sea apropiada
Hanegbi enfatizó que, si bien algunos pueden ridiculizar esta ambición, los líderes iraníes siguen creyendo que es absolutamente factible. De igual manera, las FDI emitieron el viernes un comunicado en el que especificaban que su Dirección de Inteligencia “ha recopilado y analizado grandes cantidades de material de inteligencia que revela que el régimen tenía un plan concreto para destruir el Estado de Israel, al que denominan ‘Plan de Destrucción de Israel’”, y que difundieron un video para subrayar este punto.
“Paralelamente a los esfuerzos del régimen iraní por obtener armas nucleares, el régimen se ha centrado en la fabricación de decenas de miles de misiles y vehículos aéreos no tripulados (UAV), y está impulsando planes para una ofensiva terrestre combinada contra Israel en múltiples frentes simultáneamente”, señalaron las FDI, en una declaración impactante que apenas se difundió en las trepidantes primeras horas de la operación israelí.
“El material recopilado durante la guerra muestra la coordinación entre el régimen iraní y los líderes de Hamás y Hezbolá, incluso después de la masacre del 7 de octubre, lo que demuestra cómo el régimen planeaba rearmar a las organizaciones terroristas”, añadieron.
Fuentes militares han explicado que el plan de invasión terrestre de Irán implicaba debilitar los regímenes de Egipto y Jordania, para permitir un ataque coordinado a través de todas las fronteras. En los últimos días, y de nuevo sin que nadie se diera cuenta, las FDI han anunciado que están reforzando sus despliegues en la frontera con Jordania y en el norte.
Mediante su programa nuclear, el desarrollo de misiles balísticos y una ofensiva terrestre multifrontal, los ayatolás iraníes confiaban en estar en camino de aniquilar a Israel. Al iniciar esta campaña preventiva para detenerlos, el portavoz de las FDI declaró el viernes que “el Estado de Israel no tuvo otra opción”.
David Horovitz es el editor fundador de The Times of Israel.
Fuente: The Times of Israel.
Traducción Sami Rozenbaum, Nuevo Mundo Israelita.
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