La comunidad judía australiana (120.000 personas) sufre una andanada creciente de antisemitismo desde que Hamas atacó a Israel en octubre de 2023. Como a muchas comunidades judías del mundo que pasan por agresiones de todo tipo desde hace casi dos años, los judíos de Australia enfrentan la situación sabiendo que un gobierno de izquierda como el que hay hoy en el país, los irá llevando a situaciones peores y más violentas a través de su falta de reacción para protegerlos, y porque sus actos políticos internacionales harán que haya más peligro para el ciudadano judío australiano.
En Australia hubo más de 2.000 incidentes antijudíos entre octubre de 2023 y septiembre de 2024, más del cuádruple que el año anterior al ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 que desencadenó la guerra de Gaza.
En los últimos meses, varios incidentes antisemitas en Australia han conmocionado a todo el mundo judío, empezando por el atentado con bombas incendiarias en la sinagoga Hadass Israel de Melbourne en diciembre. En enero, la casa del codirector ejecutivo de la comunidad fue vandalizada con grafitis antisemitas, y dos autos fueron incendiados en un ataque que muchos creen que iba dirigido contra él.
En febrero, un vídeo mostró a dos enfermeras de un hospital de Sídney amenazando con matar a pacientes israelíes y afirmando que se negarían a atenderlos. También en febrero, la policía descubrió un tráiler en Sídney cargado con suficientes explosivos como para causar un incidente con numerosas víctimas. Esta semana, la dueña de una peluquería en Melbourne echó violentamente a un cliente judío gritándole “asesino de bebés”.
Esta semana también, el Rabino Ralph Genende de Melbourne se refirió a graves hechos de antisemitismo en dicha ciudad en julio. El Rabino, con dolor y con firmeza dijo que la segunda quincena de julio fue devastadora para la comunidad. Otro ataque a una sinagoga, esta vez provocando un incendio que podría haber incinerado a quienes estaban celebrando una cena sabática. También en Shabat fueron agredidos los comensales de un restorán kasher, Miznon. Y el Rabino Genende dijo algo que ya mencionamos al terminar nuestra columna de la pasada semana. Textualmente señaló:” Es intolerable que hoy 2025 nuestra comunidad tenga que revivir imágenes de 1933 en Alemania, de la Noche de los Cristales Rotos, cuando se incendiaron casas, edificios, comercios, y sinagogas. Es insoportable que los tengamos que revivir hoy y como víctimas”.
El gobierno del primer ministro australiano Anthony Albanese ha ido minando el relacionamiento de su país con Israel, tradicionalmente fluido económica y políticamente, desde que asumió hace tres años, pero después del 7/10 la convivencia se ha deteriorado. El tema más reciente de estas semanas estalló cuando Albanese declaró que se unía al espectáculo de setiembre en Naciones Unidas para reconocer un Estado Palestino. Albanese sabe, como lo dijimos aquí hace una semana, que no se puede crear jurídicamente un Estado si no tiene condiciones requeridas por convenios internacionales, pero le pareció oportuno tirarse también a una gran piscina sin agua.
Independientemente de la reacción de Israel y de los incidentes verbales que se han sucedido hasta hace dos días, la decisión del gobierno australiano obviamente repercutió en la vida diaria de Australia. Ayudó a que el antisemitismo se sintiera muy apoyado para subir sus apuestas de violencia y persecución contra los judíos, y mucho más aún, viendo que, si Albanese presiona a Israel y no a Hamas, la apuesta a vandalizar propiedades judías, atacar físicamente a judíos australianos, infundir miedo contra una minoría de la población por ser judía, tenía y tiene campo para avanzar.
En Europa, el antisemitismo francés se sintió plenamente identificado con Hamas, algo que ya hemos detallado varias veces en esta columna. Aunque Macron condenó el antisemitismo 5 días después del 7/10, el odio antijudío no esperó que Israel pudiese dar sepultura a los asesinados por Hamas. En Lyon, en noviembre de 2023 una señora judía fue apuñalada y su casa vandalizada. El 17 de mayo de 2024, una sinagoga en Ruán fue incendiada por un argelino que arrojó una bomba incendiaria a través de una ventana. El 17 de junio de 2024, una niña judía de 12 años en París fue violada en grupo por tres chicos de entre 12 y 14 años en un hangar abandonado. Según informes, la niña fue llamada “judía sucia” y recibió amenazas de muerte. El 24 de agosto de 2024, una explosión frente a una sinagoga en el sur de Francia, hirió a un agente de policía. Al día siguiente, una mujer judía denunció ante la policía francesa que un hombre con un cuchillo se le acercó en una calle de París, amenazando con “matar judíos”. Del 5 al 6 de enero de 2025, al menos 10 hogares, negocios y una sinagoga en París y Ruán fueron vandalizados con símbolos antisemitas. Algunos grafitis alababan a Hitler, mientras que otros contenían lemas antisemitas, como “judíos, pedófilos, violadores, gaseados”. En 2024 hubo 1570 ataques antisemitas en Francia, más del 60% de los crímenes de odio en el país. En mayo de este año, se vandalizaron el Memorial del Holocausto en París, varias sinagogas y comercios de judíos. La Noche de los cristales rotos en Francia con condenas verbales de las autoridades y con un gran margen de impunidad.
Pero el gobierno de Francia, como el de Australia, y varios más, insisten en tratar de demostrar que las disputas, desavenencias y discusiones sobre lo que sucede en Medio Oriente es independiente de lo que sucede dentro de sus países. Siempre fue falso y desde el 7/10 mucho más. Los antisemitas de Francia, Australia, Reino Unido, Canadá, por citar algunos, se sienten muy respaldados cuando sus gobiernos hacen a Israel culpable de haber sido atacado por Hamas y así lo demuestran los hechos, pero contra los judíos que nacieron y viven en cada país. Macron cree que el espectáculo posible en Naciones Unidas reconociendo un Estado Palestino es la forma de terminar una guerra por la cual, ¿qué ha hecho en serio y tangible su gobierno para lograr algo, un cese del fuego, que los secuestrados israelíes no sean víctimas y experimentos en manos de los médicos de Hamas?
En consecuencia, a lo señalado, Macron se ha enfurecido esta semana con el gobierno de Israel cuando se le señaló que la decisión política fallida de montar un circo en Nueva York lo único que logra es alimentar los actos de antisemitismo en Francia. Macron contestó que nadie le va a enseñar a Francia cómo cuidar a sus ciudadanos judíos. Cuando alguien está sacado y no puede reflexionar porque el enojo lo nubla, generalmente después tiene que arrepentirse de las demasías que expresa. ¿Cuidar a los judíos es tener casi mil seiscientos atentados antisemitas en un año? Si no los cuidaran, ¿habría tres mil, diez mil? Entre enero y mayo de este año, hubo 504 actos de violencia antisemita en Francia. Claro, 130 años después el presidente francés declaró el 12 de julio como día nacional de conmemoración de Alfred Dreyfus, el capitán del ejército francés condenado sin pruebas por traición en 1894 en un brutal acto de antisemitismo. Y Macron anunció: “A partir de ahora, habrá una ceremonia conmemorativa para Dreyfus, por la victoria de la justicia y la verdad contra el odio y el antisemitismo”. ¿Estará tan seguro el presidente francés que diciéndole abyecto al primer ministro de Israel porque le rebate una decisión política está luchando contra el antisemitismo? La historia centenaria de odio antijudío en Francia responde la pregunta.
Esta semana, Australia dio otro paso. Prohibió el ingreso de un miembro del parlamento israelí, le denegó la visa y le envió así un mensaje a la comunidad judía que su invitado (que la comunidad había llamado para dar conferencias y visitar sus instituciones) no podía ingresar porque había dicho expresiones extremas contra Hamas. ¿Australia apaciguando a Hamas y aumentando actos antisemitas en consecuencia? Sin duda. El director ejecutivo de la comunidad judía de Australia Robert Gregory dijo que la decisión del gobierno “es un acto antisemita perverso de un gobierno obsesionado en atacar a la comunidad judía y a Israel, y ha actuado con malicia intentando dañar a la comunidad judía”. El ministro del interior australiano Tony Burke dijo:” Nuestro gobierno es muy firme en no dejar entrar a nuestro país gente que fomente el divisionismo. Si alguien viene a trasmitir un mensaje de odio, no lo queremos aquí. En Australia queremos que todos estén seguros y se sientan seguros”. Pero es al revés. El mensaje del gobierno australiano a través de su ministro es falso. Con sus palabras y su discriminación antijudía cerrando la puerta de Australia a un representante de Israel electo al parlamento, ha demostrado que ningún judío puede sentirse ni a salvo ni seguro en un país que los agrede desde el gobierno; y que el mensaje de odio es el del ministro y su poder ejecutivo.
Los números representan personas, hechos, datos. Cuando hoy el 46% de los adultos en el mundo de acuerdo con las investigaciones de ADL, tienen resentimientos antijudíos, Australia y Francia son apenas dos ejemplos. Como lo son el Reino Unido que en 2024 vio sin inmutarse 3.528 ataques contra judíos y Alemania que tuvo también en 2024, 5.177 hechos de antisemitismo. Si los gobiernos democráticos actúan como estos 4 países mencionados, tal como sucede en América Latina y otros lugares de Europa, los judíos seguiremos sabiendo a golpes de hacha y odio que ya dejamos Berlín 1933 como señalamos la semana pasada. Ahora vamos avanzando a una política de apaciguamiento en favor de Hamas, con lo que eso significa y sus consecuencias, cuando todos sabemos que fue Hamas quien comenzó la guerra y mantiene aún en su poder a medio centenar de secuestrados.
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