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| miércoles octubre 8, 2025

¿Habrá luz después de dos años en los túneles de Hamas?

Ariel Gelblung y Rabino Ioni Shalom* /Perfil.com....La guerra en Medio Oriente se ha convertido en la Sodoma y Gomorra del siglo XXI: vandalismo, culto a la muerte, hambre y vejaciones. Un rezo por la paz: “ambos estamos y no nos iremos, es mejor convivir como buenos vecinos. Basta de terror” dice el Centro Simon Wisenthal Latinoamérica.


Foto IDF/ZACA

Llegando al segundo aniversario del mayor ataque contra judíos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, nos tocó atravesar un IomKipur significativo.

Un atentado en Manchester contra una sinagoga donde rezaban ciudadanos judíos británicos, el día más sagrado del calendario hebreo, incluyó manifestación propalestina posterior, con reivindicación del ataque.

El 7 de Octubre de 2023Hamás invadió territorio soberano de Israel. Debajo de una lluvia de cohetes que obligó a la población civil guarecerse en refugios, miles de combatientes por tierra, aire con aladeltas y parapentes y mar con distintas embarcaciones, dieron rienda suelta a la inhumanidad por donde pasaron.

Más de 1.200 muertos, infinidad de heridos, violaciones, incendios con personas dentro de las casas o vehículos quemados, vejación de cuerpos de fallecidos y secuestro de más de 250 personas, mientras filmaban y reconocían al mundo que su verdadera intención era aniquilar al Estado Judío y no dejar un solo judío vivo en donde viviese.

En estos dos años, que parecen un centenar, hemos vivido distintas etapas en esta guerra que abrió varios frentes. Identificación de cadáveres y tomar magnitud del ataque; sesgo de la prensa internacional, ataques desde el sur del Líbano hacia el norte de Israel por parte de Hezbollah que obligó a miles de ciudadanos a desplazarse de sus hogares; dos veces Irán e Israel se enfrentaron directamente; milicias desde Irak y Siria (antes de la caída de Assad); los Hutíes desde Yemen (que aún no cesan de atacar).

La enemistad de 77 años y la negación al reconocimiento del vecino, buscando su destrucción, solo trajo desgracias a los pueblos»

En Occidente, la batalla se presentó más compleja. Universidades de élite que reivindican derechos humanos, agreden, hostilizan y expulsan alumnos y docentes judíos en nombre de esa forma actual de antisemitismo llamada antisionismo. Sus responsables relativizan el odio porque “depende del contexto”, como si en alguna circunstancia estuviera justificado.

Prensa sesgada que toma como cierta la información brindada por Hamas, políticos vacíos de contenido local que encontraron en el reclamo “Palestina Libre” un nuevo slogan en nombre de un genocidio que no existe.

Al respecto, cabe aclarar que este consorcio que se aúna bajo la bandera Palestina como otrora la remera del Che, conjuga gente de buena voluntad que pretende la autodeterminación de un pueblo, lo que eventualmente podría generar nuestra empatía, hasta quienes reclaman que verdaderamente se produzca un genocidio de los diez millones de personas que viven en el Estado de Israel para reemplazarlos por ese eventual Estado Palestino.

Sumemos la parcialidad, silencio y complicidad de organismos internacionales. La ONU, en quien depositamos la esperanza de comportamiento democrático, está formada por más países que rechazan la democracia que los que la defienden. Y estos, en nombre de la tolerancia dan lugar a los intolerantes a que los destruyan desde adentro y pretenden apaciguarlos.

Karl Popper nos apunta con su índice diciéndonos que nos advirtió.

Los movimientos feministas que les creen a todas sus hermanas menos a las judías tardaron más de 3 meses en denunciar que Hamas utiliza el cuerpo de la mujer como campo de batalla.

 

UNRWA, la agencia de Naciones Unidas que tenía a su cargo las escuelas, la salud y la alimentación en Gaza es parte del problema y no la solución»

 

UNICEF no levantó la voz por los hermanitos Bibas.

La Cruz Roja nunca intervino a favor de los secuestrados, salvo para hacer de Uber cuando luego de ceremonias humillantes fueran intercambiados por criminales sentenciados en cárceles israelíes después de ser condenados por delitos graves en un juicio con todas las garantías.

UNRWA, la agencia de Naciones Unidas que tenía a su cargo las escuelas, la salud y la alimentación en Gaza es parte del problema y no la solución. Ello quedó evidenciado al ser utilizados jardines de infantes, edificios que supuestamente eran colegios o centros de salud para disparar cohetes o servir de bases para los combatientes de Hamas. Y si fuera poco, sus empleados, involucrados en las operaciones militares de aquellos, o siendo guardiacárceles de secuestrados. O periodistas que son corresponsales que alaban el terrorismo acompañando y alabando los ataques que ellos mismos filmaban.

El enorme filósofo surcoreano Byung Chul Han habla acerca del tsunami de información que recorre el mundo a diario y cómo ésta puede lograr marear, desinformar y desorientar (en lugar de marcar una dirección, una meta).

Las mentiras y propagandas construidas para justificar el terror son parte de la estrategia para sostener un régimen que, de otro modo, sería injustificable bajo todo tipo de parámetro occidental de derechos humanos.

Pero no todo está perdido. Es en el nombre de ese mismo padre de todas las naciones, ese mismo que peleó por devolver a Sodoma y Gomorra un poco de esperanza, que todavía hay un camino. Ese camino es el de los Acuerdos de Abraham

Los túneles de Hamas

El tema de la hambruna batido hasta el cansancio. Tanto Naciones Unidas como Israel hicieron llegar más de lo necesario para alimentar Gaza, pero Hamás impidió su distribución para seguir detentando el poder. Además de imponer su política, también imponen la alimentación (o su ausencia) de su propia población.

Ello habilitó a líderes nacionales a llevar su antiisraelismo a política nacional, afectando a las comunidades judías locales a quienes deben esencialmente proteger.

Solo en América Latina, vimos vandalización de cementerios, pintadas en sinagogas y centros comunitarios, marchas propalestinas hostiles a las salidas de escuelas primarias o jardines de infantes, desistir de sostener políticas contra el antisemitismo o recuerdo del Holocausto.

De a poco, se pide a ciudadanos judíos que no expresen su judaísmo para no molestar a quienes los odian públicamente, impedir que concurran a instituciones, hoteles, lugares vacacionales. Ataques físicos cada vez más visibles e impunes para llegar a situaciones en las que las fuerzas de seguridad sostengan que el judío no debe ser protegido sino que debe ser el que deje de ser visible, en lo posible, que deje de existir.

Aceptar esta indecente propuesta es reconocer que Hamas ganó. Que el terrorismo ganó. En esta línea de pensamiento están los que pretenden apaciguar al terror sin enfrentarlo, y rechazando el apoyo al único que le está obligado resistir, esto es el Estado de Israel que lucha por su supervivencia y por evitar que este modo de imponer se expanda.

UNICEF no levantó la voz por los hermanitos Bibas»

Empezamos este escrito diciendo que vivimos un IomKipur distinto. Y durante el mismo buscamos, como siempre, que algo en los textos sagrados nos explique cómo es posible tanta maldad.

Solo encontramos una referencia.

Sodoma y Gomorra, esas dos ciudades identificadas con el pecado, eran mucho peor que eso. Según la explicación que el Profeta Ezequiel nos brinda, lo deleznable de estas ciudades era que la comida abundaba pero los gobernantes hambreaban a la población. Que el extranjero era maltratado, es decir, el distinto no solo no era aceptado sino deshumanizado.

Una de las mayores transgresiones de los gobernantes de esas ciudades era querer adaptar la realidad a su maldad. Tomaban al extranjero y lo ponían en una cama, si está era más larga que la persona, le estiraban las extremidades. Pero si la persona era más alta en relación al largo de la cama, le cortaban esas extremidades.

Del mismo modo, el querer adaptar la realidad histórica, el modificar las estadísticas, el fabricar propaganda mentirosa y el despreciar la historia objetiva por narrativas destructivas, es parte del Sodoma y Gomorra que hoy se manifiesta en la dirigencia de Gaza.

En otras palabras, el culto a la muerte se oponía al valor intrínseco de la vida. Y por eso se le comunica a Abraham que ambas serán destruidas.

Sin embargo, queridos amigos, a pesar que esa Gaza de Hamas que vemos reflejadas en la descripción de Sodoma y Gomorra haya generado un movimiento en Occidente a su favor, casi anticipando su autodestrucción, el conjunto de los países árabes ven otra cosa. Entienden que ese modelo es inviable.

La figura de Abraham como padre de todos esos pueblos nos llama a vernos como hermanos que estuvimos enfrentados pero provenimos de un mismo origen.

La enemistad de 77 años y la negación al reconocimiento del vecino, buscando su destrucción, solo trajo desgracias a los pueblos.

Entender que ambos estamos y no nos iremos, que es mejor convivir como vecinos y aprovechar de lo que el otro tiene para dar es más beneficioso que lo que se vivió hasta ahora es el camino.

Es entonces el momento de mirar hacia la historia y aceptar el legado de Abraham que empezó con Egipto y Jordania y siguió con Emiratos Arabes, Bahrein, Marruecos y Sudán. Paquistán está a favor. Indonesia, el país con mayor número de musulmanes del mundo entiende que esto es inevitable.

Evitar una eventual normalización con Arabia Saudita fue uno de los disparadores del ataque de hace dos años de Hamás. Y Qatar tendrá que revisar su política de solventarlos. Posiblemente gane más de otro modo.

Hasta Rusia apoya este plan que, con todas sus imperfecciones nos permite soñar con evitar más destrucción y pensar en un nuevo horizonte.

Abraham creía en la gente y discutió para que no se destruyan Sodoma y Gomorra a la búsqueda -aunque sea- una persona con valores que no merezca la destrucción.

Tenemos que elegir ser Abraham y esperar, como hubo Justos entre las Naciones durante el Holocausto, que encontremos en Gaza gente que esté a favor de la vida y la coexistencia y hasta ahora no hayan podido expresarse. Que no pague por el que le impone el culto a la muerte y que acepte vivir en paz con el vecino, porque está ahí y se va a quedar.

A dos años del inicio, que los secuestrados vuelvan es prioridad. Que se imponga la coexistencia es prioridad y que digamos juntos basta al terror es prioridad. Y que nadie tenga que ser atacado por lo que es, también es prioridad.

 
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