Hamas entrega secuestrados
HAMAS, una organización terrorista tan criminal como lo fue Al Qaeda, el ISIS y tantas otras que pululan en varias regiones del mundo, pretende y lo está logrando jugar a la guerra con el vigoroso Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, el país más poderoso de la Tierra.
Los 21 puntos estructurados por Trump para detener la guerra en Gaza son claros y específicos en su orden e instrumentación: los primeros son contundentes; un alto el fuego, el retroceso del Ejército de Israel hasta una línea definida dentro de Gaza y la organización en 72 horas de la devolución de los 48 rehenes secuestrados vivos y muertos en forma inmediata, sin shows mediante. A continuación vendría la sincronización del resto de los ítems en conversaciones indirectas posteriores.
El Presidente Trump aseguró la presentación del Plan con la importante aprobación de casi todos los países árabes y musulmanes sunnitas: Egipto, Qatar, Jordania, Pakistán, Indonesia y Turquía. El Estado Judío de Israel aceptó el Plan inmediatamente corriendo el riesgo de un posible cortocircuito dentro del propio Gobierno de Coalición.
Hamas se vio acorralada y emitió un “sí pero”, es decir que volvió a sus viejas trinquiñuelas del engaño para poder salir del atolladero en el que se encontraba y utilizar sus viejas y acostumbradas trampas ya conocidas que le permitieron subsistir hasta la fecha.
Efectivamente Trump pisó la engañosa táctica de los islamistas gazaties armando una faraónica Reunión en Sharm el-Sheij, Egipto, ordenando al Primer Ministro Netanyahu frenar el avance de las tropas y retirarse hasta la línea establecida.
Ha pasado el Domingo, Lunes y Martes y como un simple alumno de Relaciones Internacionales lo hubiera imaginado e interpretado Hamas, de inicio nomás, da vuelta la torta meticulosamente preparada por Trump y se da el gusto de exigir: la retirada total de Gaza del FDI; la liberación de Marwan Barghouti el preso palestino más peligroso que se encuentra en las cárceles con condena a perpetuidad por sus innumerables asesinatos; la no deposición del armamento y una Administración de la Franja solo palestina, sin extranjeros, en la cual ellos seguirían participando.
La simpleza de dicha actitud era completamente previsible pero, Trump, en su afán de ganar el Premio Nobel de la Paz, se apresuró demasiado en su habitual optimismo y cayó en la trampa que hábilmente le tendió Hamas. Lamentablemente Israel deberá continuar con su necesidad de liberar a los rehenes y neutralizar definitivamente a Hamas y sus secuaces terroristas.




















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