El Rabino Daniel Hartman, presidente del instituto de investigaciones sobre filosofía y política, entre otros rubros, es un reconocido docente, ensayista, conferencista, escritor. En su blog, apenas firmado el acuerdo de Sharm el Sheik y el cese del fuego entre Israel y Hamas, Hartman comenzó esa columna planteando varias interrogantes, todas ellas basadas en “¿Qué sucedería si…?” ¿Qué sucedería si Hamas se rehúsa a desarmarse? ¿Qué sucedería si Hamas continúa atacando a nuestros soldados o a los civiles en general? ¿Qué sucedería si la fuerza internacional sunita que debería gobernar Gaza no quiere o no puede enfrentar a Hamas? ¿Qué sucedería si Turquía y Qatar están demasiado comprometidos con Hamas como para enfrentarlo en serio? ¿Qué sucedería si Hamas logra maniobrar exitosamente y se inserta en el gobierno de Gaza? Cinco preguntas claras, profundas, adecuadas y visionarias. Tanto que en menos de diez días todas tienen algún tipo de ya contestación.
Una investigación de la corresponsal de The Times of Israel en países árabes Nurit Yohanan, así como el acumulado de información de agencias internacionales, televisión, etc. no sólo muestran las diferencias entre el papel firmado en Egipto y la realidad en el terreno, sino que dejan al desnudo la manipulación de desinformación y noticias falsas que medios de Qatar, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, España, hicieron sin ruborizarse por dos años.
Respecto de las preguntas del Rabino Hartman: Hamas no acepta desarmarse; Hamas ya ha atacado y asesinado soldados israelíes; es brumoso saber qué será esa fuerza sunita que impondría vaya a saber qué tipo de ley en Gaza; Turquía y Qatar obviamente siguen apoyando sin dudar a Hamas y no lo disimulan; Hamas está encontrando muchos caminos para insertarse en el gobierno que se forme, sea cual sea. Ni siquiera se ha cumplido la fase llamada uno del cese del fuego. Los cuerpos de los rehenes israelíes asesinados no fueron entregados como se acordó, sino que, bajo fuertes amenazas de Estados Unidos, se van entregando por cuentagotas. No debería sorprender a nadie. Israel no lo está. No se precisa mucho conocimiento ni información para saber que para un movimiento terrorista islámico como Hamas, que todavía tiene por lo menos 20 mil hombres muy bien nutridos y con armas suficientes para perpetrar terrorismo y todo tipo de crímenes, un papel firmado no significa nada. Uno de sus propios jefes que están protegidos en Qatar dijo esta semana a varios medios de prensa que Hamas está dispuesto a encarar una hudna (el término de alto al fuego que explicamos en esta columna hace quince días) por cuatro o cinco años, o sea, hasta que logren rearmarse y comenzar de nuevo. En suma, el papel que firmaron para esta hudna es papel picado; cumplir el acuerdo de devolución de secuestrados asesinados es una obligación en tanto se vean realmente amenazados. Hamas no tiene ningún término que signifique paz en su carta de constitución, lo dijo, lo dice, y lo seguirá diciendo mientras se lo permitan sus aliados y patrocinadores.
Nurit Yohanan entrevistó a Mohammad, nombre ficticio de un civil de Gaza que pidió anonimato para intentar preservar la vida de su familia y la propia, cuando ya dos días después de la firma del alto al fuego, Hamas se apoderó de las calles de Gaza y comenzó a asesinar a civiles palestinos sin pausa. No hay información sobre las matanzas en las redes sociales de Hamas. Pero todos los días, dice Mohammad, “sabemos por la red Telegram que han asesinado gente, que han disparado a las piernas de sus víctimas para dejarlos inválidos, o les han destrozado el cráneo a pedradas. Los acusan de lo que les viene en gana, fundamentalmente de “colaborar con Israel”. Es terrible, porque también los acusan de robar la ayuda humanitaria, cuando son ellos mismos los que lo han hecho. La gente está con mucho miedo porque sabe que las ejecuciones se multiplican y ahora ya ni se conoce el motivo porque no lo dicen”.
Este sábado pasado la familia al-Saftawi anunció en las redes que Hisham fue asesinado en Nuseirat delante de sus hijos, y no hubo explicaciones. En el campo de refugiados donde lo mataron no quieren montar un espacio como corresponde para el duelo hasta que no lo puedan vengar. Esta familia está toda en peligro por haber informado públicamente de la ejecución; el resto calla por temor a las represalias. El 13 de octubre Hamas filmó dos ejecuciones múltiples para mostrar su poder y sus armas. Ese día Estados Unidos hizo una advertencia presuntamente dura sobre los crímenes, pero por lo sucedido hasta hoy mismo, fue sólo eso. Aunque los nombres de los ejecutados no los ha publicado ni Hamas ni nadie, se sabe que un número importante era del clan Dormoush. Nizal Dormoush se atrevió a decir en la televisión saudí que Hamas ya había asesinado a 33 miembros de su familia. Dijo que la zona donde vive el clan está sitiada por hombres de Hamas armados con morteros y lanzacohetes.
Veamos la realidad. Los 20 puntos del plan que se firmó en Sharm el Sheik exigen el desarme de Hamas y la desmilitarización en Gaza. Hamas dice que no. La hudna que firmaron Hamas e Israel un día antes del acuerdo en Egipto no dice nada sobre la gobernanza post guerra porque no se ha negociado. Aun cuando llegue una fuerza internacional como exige Estados Unidos, hoy Hamas, aún con el 90% de su capacidad armamentística anulada, tiene no sólo 20 mil terroristas preparados más ese 10% de armas, sino que fundamentalmente ha ocupado el vacío de poder creado y vuelve a ser la dictadura imperante con todo el terror que se necesite. La ayuda humanitaria sólo la tienen ellos y la reparten o venden como les plazca y nadie puede hacer nada sin el visto bueno de Hamas. El presidente de la Cámara de Comercio de Gaza Abu Ramadan contestó claramente a Nurit Yohanan:” Si Hamas retiene el poder no habrá rehabilitación alguna de Gaza y eso es muy difícil para los habitantes de todo el lugar. Y, además, sin duda, no habrá posibilidad alguna de conseguir paz. Tendría que suceder un milagro bíblico para transformar realmente Gaza. No porque sea imposible hacerlo sino porque tenemos el culto a la muerte de Hamas que tiene de rehenes a dos millones de personas. Nosotros liberamos 20 rehenes israelíes que estaban vivos. Ahora en Gaza tenemos dos millones de rehenes palestinos”.
Las preguntas de qué sucedería si pasara tal o cual situación planteadas a través del Rabino Hartman al comienzo de esta columna, hoy tienen respuestas como hemos visto, pero todas opacas o peor, aunque sí aparezcan algunas lucecitas. Los rehenes israelíes han retornado de sus monstruosos calvarios y ojalá todos puedan volver a ponerse de pie y mirar la vida. A presión, los cadáveres de los rehenes israelíes van llegando de vuelta a su país. Estados Unidos deberá ejercer mucha más presión junto a sus socios (los que son en serio, no los amigos de Hamas con dos caras) para que comiencen acciones reales y ya anunciadas que consigan que Hamas pierda el poder que hoy por hoy sigue teniendo.
En la conmemoración del 7/10 en Uruguay hace una semana, la Embajadora de Israel dijo: “Toda la culpa del sufrimiento en los últimos dos años es de Hamas. Una organización que vomita odio, propaganda y mentiras. El único genocidio, la única masacre, ocurrió el 7 de octubre a manos de esta organización terrorista. Las expresiones de odio tienen un precio. El precio lo pagan, en primer lugar, las comunidades judías de todo el mundo.”
El antisemitismo no termina. Lo estamos viviendo en nuestros países con feroz intensidad. Hamas sí podría terminar. Pero para eso, los responsables deben poner el papel en el escritorio y enfrentar la realidad en el terreno. No existe ninguna otra salida. Ni una sola.




















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