La curiosa iniciativa, estrenada en la República checa, homenajea a Sir Nicholas Winton, el filántropo inglés que salvó del Holocausto a 669 niños judíos.
Fotos: Rodrigo Carrizo Couto( www.rccouto.com )
No es lo más habitual llevar temas como la Shoah al campo de la comedia musical, pero tal fue la luminosa idea del Teatro de Brno: producir una obra teatral alrededor de la figura de Sir Nicholas Winton, el hombre que logró rescatar de las garras nazis a 669 niños judíos gracias a una serie de trenes que los llevaron a Gran Bretaña, donde fueron adoptados por familias inglesas. La brillante operación de rescate pasó a la Historia con el nombre de “Kindertransport”, o transporte de niños.
Cabe destacar que Winton es una verdadera leyenda en la República checa, donde su heroísmo ha sido celebrado con los máximos honores, y cuyo monumento ocupa un lugar privilegiado en la Estación Central de Praga, desde la cual salieron los trenes que llevaron a los niños a la seguridad de Inglaterra entre 1938 y 1939. De hecho, cuentan los memoriosos que Winton apenas podía caminar por Praga sin ser reconocido, aplaudido y jaleado como una verdadera estrella de rock.
Tan es así que la Ciudad de Brno le consagró al filántropo inglés un verdadero festival el pasado fin de semana. La capital de Moravia acogió a diversas personalidades invitadas, llegadas de Europa y América, para el estreno mundial de “Winton”. Entre ellas, destacaron la presencia de Nick Winton, hijo de Sir Nicholas, o Lady Milena Grenfell-Baines, superviviente del “Kindertransport”, junto a otros hijos y nietos de rescatados en esos “trenes de la vida”.
El plato fuerte de la celebración fue el estreno mundial de “Winton” el sábado, seguido de un encuentro público con los supervivientes el domingo. Esta especie de “ópera rock”, compuesta por Daniel Kyzlink sobre textos de Ludek Kasparovsky, está protagonizada por Marco Salvadori (en el rol de Sir Nicholas) y Johana Gazdíková.
Cabe decir que “Winton” es una producción verdaderamente impresionante, que incluye orquesta en directo, docenas de actores y coro de niños. La pieza se centra en el proceso que hizo posible la odisea de Sir Nicholas. Separada en dos actos, el primer momento nos presenta a Winton en Londres, mientras el drama se cierne sobre la nación que entonces era Checoslovaquia. Sigue con la llegada de Winton a Praga, donde descubre horrorizado las condiciones de vida de los refugiados judíos y su toma de consciencia de la necesidad urgente de hacer algo.
Como explicó a este cronista el propio Nick Winton: “Mi padre pensaba que, si algo era posible para ayudar, por difícil que fuera, debía hacerse. Si no es imposible, hay que intentarlo. El creía en la responsabilidad individual. Porque la gente a menudo dice: “Qué horror esto o aquello…hay que hacer algo”. ¿Pero quién es el que debe hacer algo? ¡¡¡Somos nosotros!!! No hay que esperar que otros asuman nuestras responsabilidades, y eso sigue siendo válido hoy”.
Los niños se despiden de sus padres en la escena final de “Winton”
La comedia musical sigue con los esfuerzos de Winton por convencer a las autoridades británicas de permitir la entrada al país de los niños y su lucha contra los espías de la Gestapo, quienes intentaron impedir la salida de los trenes hasta el último minuto. De hecho, cabe recordar que el Gobierno de Su Majestad solo autorizó la operación una vez que las familias que iban a adoptar a los niños hicieron unos depósitos de dinero (“enormes para la época”, según nos comenta Nick Winton) que garantizaban que estos no iban a ser una carga para la comunidad.
Al final, la operación de rescate de Winton fue un éxito, permitiendo la salida de Checoslovaquia de 669 niños. Pero el último tren, llevando 250, fue detenido por los nazis el 3 de septiembre de 1939, tras la invasión alemana de Polonia y el cierre de fronteras decretado por el estado de guerra. Hoy, se da por sentado que todos fueron asesinados en los campos de la muerte. La inmensa mayoría de los niños salvados en Inglaterra nunca pudieron reencontrarse con sus padres, e hicieron sus vidas en Estados Unidos, Suecia…o la lejana Argentina.
Karin Lechner, hija de un superviviente de los “Kindertransport”, con las jóvenes actrices que interpretaron a las refugiadas de 1939
Tal fue el extraordinario caso de dos de las invitadas al evento en Brno: las pianistas Karin y Constanza Lechner, hijas de un niño rescatado en los “Kindertransport”: Jiri Frantisek, enviado a Londres a los seis años. El pequeño pudo recuperar a sus padres en Argentina, donde con los años desarrollaría una brillante carrera como pianista y director de orquesta en el legendario Teatro Colón de Buenos Aires. En memoria de su padre, y de Sir Nicholas Winton, las hermanas interpretaron dos de las Danzas Eslavas de Antonin Dvorak ante un público entregado.
Karin Lechner comentó que fue en el monumento a Winton en Praga donde realmente entendió el sacrificio de sus abuelos: “Soy madre también. Y solo ahora puedo entender el coraje que fue necesario para dejar ir a esos niños…sabiendo que lo más probable era que nunca más los volverían a ver”. Afortunadamente, en su caso el milagro se hizo posible.
Pero no fue así para la casi totalidad de niños del “Kindertransport”.






















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