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Hace pocos meses, un extraño personajillo saltó a la fama por sus posibilidades políticas al ganarle a Andrew Cuomo en las elecciones primarias para la nominación demócrata y en seguida se perfiló como el aspirante con más opciones a ocupar el cargo de alcalde de la ciudad de Nueva York. De hecho, ganó las elecciones recientes de este 4 de noviembre y, a partir de enero de 2026 será el primer alcalde musulmán de la gran metrópoli. Nos referimos a Zohran Mamdani, un político estadounidense que desde 2021 se desempeñó como miembro de la Asamblea de su Estado, representando al distrito 36; suscrito en el Partido Demócrata y más exactamente, en la fracción socialista de dicha tolda.
Hijo del académico Mahmood Mamdani y de la cineasta Mira Nair, nació en Uganda. La familia emigró a Sudáfrica cuando él tenía cinco años y luego a EEUU cuando tenía siete, estableciéndose en la ciudad de Nueva York. Mamdani se graduó en la Bronx High School of Science, luego asistió a Bowdoin College, donde, con precocidad, cofundó la sección del violento grupo Estudiantes por la Justicia en Palestina; en 2014, obtuvo una licenciatura en Estudios Africanos.
Un asunto de notable seriedad es que, detrás de escena, está su padre, Mahmood Mamdani, del Departamento de Antropología de la Universidad de Columbia, quien forma parte del consejo asesor junto a un operativo de Hamas, Sami Abdo, de una organización extremista, el Tribunal de Gaza, que acusa a Israel de “genocidio” y justifica plenamente el terrorismo musulmán, con lo cual pretende legitimar su enardecido antisemitismo.
Todos esos deshonrosos enunciados y engañosos argumentos que dogmatiza Mahmood Mamdani, han sido reiterados por Zohran, quien viene vociferando lemas antisemitas y amenazadores, como: “Intifada global” y “del río al mar”, sin un ápice de rectificación ni de rechazo de lo que significan ambas frases. Mamdani critica al Estado de Israel y le atribuye un inexistente genocidio en Gaza. Ha descrito las políticas israelíes como de racistas, cuando, en realidad, la sociedad israelí es un crisol de razas; apoya al movimiento Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), y ha presentado proyectos legislativos a fin de prohibir que las organizaciones benéficas de Nueva York financien a instituciones involucradas con asentamientos israelíes. Tras el feroz ataque del 7 de octubre de 2023, expresó su pesar por las víctimas de “ambos bandos”, sin reconocer que el sur de Israel fue invadido por una horda de terroristas que cometió el mayor y más brutal asalto desde el Holocausto. Adicionalmente, sin especificar a qué se refiere con esos términos, reiteró su ilusorio mantra: es fundamental para la paz, poner fin a la ocupación y al apartheid. Desde esa nefasta fecha, ignoró por completo a los secuestrados, no ha condenado a Hamas ni lo ha considerado como grupo terrorista, su actitud es permanentemente la misma: culpar a Israel. A partir del 8 de octubre de 2023, cuando Israel aún no había comenzado a responder, Mamdani ya lo recriminó, achacándole una imaginaria “declaración de guerra”.
En el primer debate entre los candidatos a la alcaldía de Nueva York, la guerra en Gaza fue uno de los temas centrales. Mamdani volvió a repetir la calumnia de “genocidio”, nuevamente evitó denunciar a Hamas e hizo claros llamados a desmantelar a Israel. Nada de ello era novedoso en él; en diversas peroratas, Mamdani aseveró que no cree que Israel deba existir como un Estado judío, lo cual es un indiscutible componente de la definición de antisemitismo.
Esas posturas hostiles hacia los judíos por parte de Mamdani no son sólo producto de un profundo adoctrinamiento en las líneas del islam radical que le viene desde pequeño en su hogar; también es la contrapartida al pago de su campaña electoral. Según Linda Sarsour, su estrepitoso crecimiento político fue costeado por organizaciones islámicas radicales en EEUU, financiamiento que las autoridades estadounidenses están obligadas a investigar.
En una entrevista por Fox News, Mamdani afirmó que cumpliría las órdenes de arresto de la Corte Penal Internacional contra Netanyahu si pisa Nueva York, pese a que EEUU no es miembro de la CPI. Por lo visto, equivocadamente piensa que ser alcalde de Nueva York le da la potestad de dirigir su propia política exterior.
Mamdani se apropió de una hipotética “causa palestina”, deformándola y convirtiéndola en el leitmotiv de su campaña electoral y hasta de su vida. Sin embargo, los elementos que componen esa ideología sostienen un obsesivo odio antisemita que se está normalizando mediante una alteración inversa de la historia: responsabiliza a las víctimas y exime a los perpetradores, a través de la propaganda en los grandes medios y agencias de noticias, en los posteos en las redes sociales, en el ámbito académico y en el activismo político. Lo peligroso es que, pese a este azaroso diagnóstico, el movimiento al que pertenecen los Mamdani se fortaleció con su candidatura, incluso de no haber ganado la alcaldía de la ciudad de Nueva York, pues su carrera política ya está encaminada y su ambición lo empujará hacia otros retos. Ante esta persistente realidad, no podemos dejar de pensar en lo sarcástico de la historia: el año que viene, al cumplirse 25 años del ataque terrorista que destruyó el Wold Trade Center, un musulmán que, al igual que los criminales ejecutores, preserva la versión radical de su religión, presidirá los actos conmemorativos. Por la subsistencia de los valores de justicia, verdad, igualdad, tolerancia y pluralismo en el mundo occidental, resulta imperativo desplegar mecanismos de protección, que robustezcan y vigoricen al sistema democrático.




















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