En lugar de tratar de salir de la caja de ira e intolerancia en la que están, permanecen ustedes dentro de ella, día tras día, con la esperanza de que por fin los judíos se rindan y voluntariamente salten al mar.
Estimados Mushir al-Masri y Sami Abu Zuhri, ustedes dos sirven como improvisados portavoces de Hamas en Gaza. Le escribiría a Ismail Haniyeh, a Mahmoud Al- Zahar o, al menos, a Fawzi Barhoum, pero no han estado mucho por aquí últimamente. Me pregunto dónde se encuentra el túnel en el que se esconden.
Le habría escrito una carta a Khaled Mashaal, pero ya tiene bastantes problemas que resolver. Está en Qatar, desplazándose de un lugar a otro, sin hogar.
Y ahora se ha ido.
Mashaal pronunció esta semana un discurso y explicó que Israel continuará sufriendo de la devastación una y otra vez. Pero la verdad es que el discurso sonaba como una escena de una película de los Monty Python.
Volvamos un momento en la historia. En 1947, cuando la ONU votó a favor de la partición de esta tierra, estábamos más o menos en la misma situación en la que estamos ahora. Había alrededor de 600.000 de nosotros pilluelos judíos, y ustedes un poco más que eso. Todo el mundo árabe estaba detrás de ustedes, y además tenían el abrumador apoyo de la comunidad internacional y cinco ejércitos en pie y un suministro ilimitado de armas.
Nosotros teníamos las cenizas de seis millones de judíos que fueron asesinados en el Holocausto y algunos cargamentos de armas de Checoslovaquia.
Nosotros decidimos decir «sí» al Plan de Partición, a pesar de que sentíamos que se nos daba menos de lo que correspondía. Ustedes dijeron «no».
Y entonces, ¿Qué pasó? Luchamos en siete guerras y tres grandes operaciones en Gaza. Y ha habido dos y media intifadas.
Miren dónde están ustedes ahora y dónde estamos nosotros. Somos una de las naciones más avanzadas del mundo, y una de las únicas que tiene un sistema capaz de interceptar cohetes en vuelo en fracción de segundos y con una tasa muy alta de éxito.
Hemos enviado satélites al espacio. Nos hemos convertido en líderes en el mundo (en vuestro detrimento) en la producción de aviones no tripulados. Hemos ganado más de un par de premios Nobel, nuestra economía está en auge pero es también estable, y nuestro PIB es casi tan alto como el de los países europeos.
Hemos logrado todo esto a pesar del hecho de que estamos rodeados por terroristas como ustedes.
Tenemos un sistema de salud fantástico. A pesar de todas las críticas, nuestros médicos son muy respetados y están atrayendo cada vez más turismo médico. Nuestros hospitales de alta calidad también se ocupan de vuestros bebés las 24 horas, e incluso han tratado a bastantes sirios heridos que han pasado por el infierno.
El Instituto de Ciencia Weizmann es una de las mejores instituciones del mundo. Tenemos una democracia vibrante. Aunque puede ser un poco loco, es real. Tenemos una Corte Suprema que ha ganado aclamación internacional, y con razón.
Estamos entre la elite cuando se trata de alta tecnología, innovación agrícola y (por desgracia para ustedes) exportación de armas. La única categoría en la que ambos nos hemos mantenido en aproximadamente el mismo nivel es el fútbol.
Así que por favor, díganme, ¿Dónde se equivocaron? Hablemos de ustedes ahora por un momento. Cuando Israel se retiró de la Franja de Gaza, hace nueve años, se les ofreció una oportunidad histórica.
Podrían haber recogido el guante y tratar de crear algo positivo, como rehabilitar los campos de refugiados o desarrollar la agricultura o la industria.
Podrían haber invertido todo vuestro ardiente odio en rehabilitar a la población palestina.
Podrían haber creado cosas y educado a vuestra gente.
En cambio, optaron por seguir adelante con vuestra idiota jihad, que sólo les ha hecho daño. Y todo el tiempo continuaron propagando mentiras y publicando en internet sorprendentes chapuceros fotomontajes de las atrocidades sirias, que ustedes tratan de convencer al mundo que están ocurriendo en Gaza.
Vamos, ya nadie compra estas cosas.
Desafortunadamente para ustedes, el mundo está empezando a despertar a la realidad.
La gente está observando lo que está pasando aquí y está empezando a entender dónde se equivocaron.
El Islam radical ya no nos amenaza sólo a nosotros. También representa una amenaza en Inglaterra, Francia y Alemania. En Inglaterra, las autoridades están actualmente buscando dobles musulmanes – ciudadanas británicas de 16 años que se han casado con jihadistas británicos que se han unido a ISIS.
Muy pronto, todos estos jihadistas regresarán a sus hogares en Europa. Los europeos aprenderán muy pronto que el islam radical es el enemigo de la humanidad. Algunos de ellos ya lo entienden.
El General Abdul Fattah Sisi lo entiende.
Los sauditas lo entienden. Los jordanos ya lo han entendido hace tiempo. Incluso los turcos podría entenderlo en algún momento.
¿Y saben qué? Sé que esto suena loco, pero tal vez incluso los estadounidenses podrían entenderlo un día.
¿Y ustedes? En lugar de tratar de salir de la caja de ira e intolerancia en la que están, permanecen dentro de ella, día tras día, con la esperanza de que por fin los judíos se rindan y voluntariamente salten al mar.
Mis estimados Mushir y Sami, no quiero sonar arrogante, pero tengo que decirles: ¡Olvídenlo! Con el debido respeto por vuestra famosa paciencia islámica, creo que históricamente – y los musulmanes también creen esto – somos un pueblo más antiguo que ustedes.
Mucho más antiguo.
Y antes de que ustedes intentaran destruirnos, hubo otros que eran más grandes y mejores que intentaron lograr este objetivo – los nazis, por ejemplo, ¿Los recuerdan? – Pero, no tuvieron éxito. Tampoco tendrán ustedes éxito incluso si se las arreglan para hacer algún daño en Tel Aviv con uno de vuestros cohetes, o en Haifa, o digamos que uno de vuestros comandos logra traspasar el anillo de seguridad de las FDI y llevar a cabo un ataque terrorista en un kibutz.
¿Creen ustedes que, si esto sucede, simplemente nos daremos por vencidos y huiremos?
Traducido para porisrael.org por José Blumenfeld
Muy atinada carta, aunque esos descerebrados diabólicos no merecen respuesta otra que unos buenos misiles dirigidos a sus vacías cabezotas.
Saludos y no olvidemos nunca que Israel VIVE.