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| viernes noviembre 22, 2024

Amenaza islamista contra el Papa Francisco


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Los islamistas radicales quieren matar al papa Francisco. Lo advirtió el diario italiano Il Tempo. No me extraña. El enemigo permanente de estos anacrónicos personajes es el cristianismo, no los judíos. Los judíos no hacen proselitismo. No quieren convencer a nadie de nada. Sólo puede pertenecer a ese pueblo el que nace de madre judía. La conversión es posible, pero complicadísima. Los judíos ocupan un pequeño territorio que alguna vez estuvo islamizado y debe ser recuperado para la fe de Mahoma, porque así lo prescribe el Corán, pero nada más.

Para los salafistas la bestia negra que hay que extirpar es el cristianismo y Francisco es su principal cabeza. Por eso quieren arrancársela de cuajo. Abu Bakr al-Baghdadi, el Califa del Estado Islámico, ya ha dicho que se propone conquistar Roma. Es un doctor en estudios coránicos. Eso lo hace más peligroso y delirante. Arrastra hasta nuestro días una visión histórica fijada en los siglos medievales –del VII al XI—en que hubo una civilización islámica hegemónica que contribuyó a definir a Europa como “la cristiandad”.

Europa fue otra cosa a partir del acoso musulmán. Se produjo una reacción especular. Acabaron pareciéndose al enemigo. Hasta la conquista de España por los árabes en el 711, la Península se percibía como un reino godo que continuaba la tradición romana. Pero “los moros” combatían en medio de algarabías, ensoñaciones mágicas y promesas de paraísos repletos de virginales hurís, asegurando que “Alá es el único Dios y Mahoma su profeta”. Era la yihad. La guerra santa. Peleaban por designio de Alá, según les aseguraba Mahoma en el Corán.

Los hispanogodos, por la otra punta del conflicto, aprendieron la lección y entonaron con emoción el lema de “Santiago y cierra (ataca) España”. Santiago fue uno de los apóstoles de Jesús. Supuestamente, estuvo en España. Cuenta la leyenda cristiana que en el siglo IX se apareció en la Batalla de Clavijo sobre un imponente caballo blanco, blandiendo una refulgente espada de plata con la que degolló 70 000 sarracenos, sangrienta escabechina que le ganó, justamente, el sobrenombre de “Matamoros”.

Afortunadamente, el tiempo, la Ciencia y, sobre todo, las ideas racionales de la Ilustración, lentamente fueron podando a Europa del fanatismo y fortalecieron los valores de la libertad, la democracia, la tolerancia, el laicismo, la libertad de culto, la igualdad ante la ley y el respeto por el otro que ya se anunciaba en los mejores aspectos del judeocristianismo.

En el mundo islámico no ocurrió nada similar. Siguen apegados a la historia de Mahoma y a su confuso siglo VII. Se mantiene intacto el odio a quien profesa una religión diferente y no se somete o convierte a la fe islámica. Hoy el Estado Islámico persigue a los yazidis en Irak. Las huestes de Al Qaeda matan cristianos en Siria cada vez que pueden. La Hermandad Musulmana aniquiló a cientos de coptos en Egipto. Chiíes y suníes, mientras se enfrentan entre ellos, detestan y esporádicamente les hacen la guerra a los libaneses maronitas. Y en Nigeria las matanzas de cristianos están a la orden del día. Hace poco, incluso, debí firmar, junto a otros millares de personas indignadas, una carta dirigida al gobierno de Sudán para que no ejecutara a una señora embarazada que se había convertido al cristianismo.

Me temo que el problema no se limita a la barbarie de un pequeño grupo de extremistas. El asunto es más grave. Según el Informe 2000 sobre libertad religiosa en el mundo, en 23 países islámicos se atropella, persigue y, a veces, extermina cruelmente a las minorías cristianas. Los gobiernos y los líderes religiosos interpretan al pie de la letra las feroces instrucciones del Corán contra los infieles y en nombre de su fe les hacen un daño terrible a los cristianos.

No hay nada incorrecto en que el mundo árabe quiera volver a situarse a la cabeza del planeta. Eso es comprensible. Los chinos, que también tuvieron un pasado glorioso, quieren retomar esa posición cimera. Pero los chinos no han adoptado el camino de destruir a la civilización occidental, sino la imitan con la intención de llegar a superarla. Los chinos miran al futuro. Los árabes, en cambio, no consiguen superar el pasado. Eso es muy peligroso.

 

 
Comentarios

La lucha espiritual iniciada antaño, en los albores del cristianismo, y recrudecida posteriormente con la aparicion del islam, parece dispuesta ahora a cobrarse nuevas «victimas sacrificiales» en ofrenda al insaciable «dios» del fanatismo yihadista … todo es poco a ojos de sus adeptos, embuidos de una convinccion «sacrosanta» exterminadora y hegemónica …
De nada sirven ante ellos, el recurso al apaciguamiento, el uso de las mas sólidas argumentaciones teológicas , la invocacion a la hermandad de la espécie humana, y a la necesidad de prodigar compasion y justicia a las victimas propiciatórias … tode es en báde frente a este huracan desatado, ciego y sordo, irrascible y decidido a dar rienda suelta a su ódio homicida
Solo queda pues combartirles, desde la fuerza de la razon y con el poder de las armas, lo contrario equivaldriá a un acto de rendicion de funestas consecuencias, a una abdicacion lisa y llana frente al terror, legitimando éste sin pretenderlo, como recúrso válido y efectivo para la obtencion de unos objetivos tan abyectos como los metodos para ellos utilizados …
La unidad de accion es precisa mas que nunca, entre los gobiernos del bloque occidental, para encarar con éxito la lucha solidária contra un enemigo comun, que viene demostrando su creciente y temible potencial, asi como su alto nivel de barbárie y determinacion …

Los judios sufrieron durante 2000 anios el odio del Catolicismo y los efectos se viven. No es gratuito que paises influenciados por el Catolicismo regresen a la epoca de la Inquisicion y pidan a una sola voz con los Hamas y sus semejantes la destruccion de Israel y los judios. Ahora hay persecucion a los catolicos, por aquellos que tambien sufrieron sus horrores. Sin embargo, es necesario ayudar a mejorar el mundo. Los metodos de los musulmanes no son posibles. Hay que combatirlos. Cuantos Santiagos necesitaran los catolicos para ello? Nosotros tenemos Dios.

Siendo válidas y aceptables todas las interpretaciones, en funcion de determinadas sensibilidades, bueno sería sin embargo creo yo, que ante la envergadura e inminencia del peligro que nos acecha, dejáramos aparcados ciertos recelos o agravios históricos, que pese a su legitimidad, no contribuyen precisamente a fomentar la unidad de accion, que un reto de este calibre requiere por parte de todos, en tanto que objetivos potenciales que somos de los yihadistas … El debate consistente en dilucidar quienes han padecido mas, si judios o cristianos, no aporta gran cosa respecto a lo que aqui se está dirimiendo, y no resulta como tal provechoso en las actuales circunstancias (dicho sea todo ello, con el debido respeto) …
Los judios en el pasado, sufrieron tambien el embate almohade, a imagen de una de sus figuras mas señeras, el Rav Moshe Ben Maimon (Maimónides) que tuvo que emigrar junto a su familia de su Córdoba natal, con el fin de preservar sus vidas del peligro que sobre ellas se cerniá …
Lo cierto es que el Islam, se ha convertido por la via de los hechos, en la mayor amenaza para nuestra libertad, nuestro futuro, y nuestra integridad física, y que es menester combatírlo con la energia que requiere, la determinacion y la mayor unidad posible, como prioridad que es …
Recordemos por último, que Dios no hace acepcion de personas, ni se indentifica con malhechores, sino con aquellos que obran con verdad y limpieza de corazon …

Hay que cuidar mucho a este papa
Ď,os lo guarde
Sabe bien lo que hace

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