La «Primavera árabe» expone, día tras día, ante la opinión pública del Medio oriente y el mundo, novedades acerca de conflictos y antagonismos que hasta ahora estaban envueltos en un espeso manto secreto. Por ejemplo, nos enteramos que no solo el bando cristiano-sunita en el Líbano desconfía profundamente de Hezballah y de Siria. También desconfía de ambos su estrecho aliado, el movimiento shiíta Amal, cuyo líder, Nabih Berri, es el presidente del Parlamento. Según revelaciones de Wikileaks, reproducidas en la prensa árabe, los partidarios de Berri expresaron el temor que si no se frena una eventual acusación del Tribunal Internacional contra Siria por el asesinato de Rafik Hariri en el 2005, Siria convertiría a Líbano en un infierno con coches bomba y ataques terroristas.
Egon Friedler
Otra noticia interesante que empezó a circular en la prensa árabe es que Hamas ha empezado a darse cuenta que todas las armas y el dinero que reciben de Teherán, tienen un alto precio. La organización político-terrorista sunita ve con alarma que la teocracia iraní ha empezado a tener éxito con su trabajo misionero en la Franja de Gaza y que ya suman varios centenares los palestinos convertidos a la corriente shiíta del Islam que para los más sunitas más ortodoxos es herejía pura.
En la prensa árabe se ven cada vez más opiniones disidentes que en el pasado solo podían oírse en conversaciones muy privadas con visitantes extranjeros. Por ejemplo, en la sección de Opinión de la página web de Al Jazira, el columnista Ali Abunimah ridiculiza los reconocimientos de distintos países al estado palestino. A su juicio, los esfuerzos de la Autoridad Palestina por obtener un status internacional reconocido como país independiente no son más que una farsa. Mientras el país esté dividido en dos gobiernos rivales en la Margen Occidental y no tenga un mínimo de auténtica viabilidad económica, toda proclamación independista no será, desde su punto de vista, más que un gesto hueco.
Pero la franqueza tiene sus límites. Hay vacas sagradas que todavía son intocables. Por ejemplo en Egipto es posible atacar a toda clase de personeros del régimen destituido pero quien se meta con el ejército, que fue una de las principales bases de poder del derrocado presidente Mubarak, sabe que puede ir a parar a la cárcel. Esto es exactamente lo que le pasó al autor de un blog político, Maikel Nabil Sanad, de 26 años, quien se autodefinió como «Liberal, laico, capitalista, feminista, pro-occidental, pro-israelí, ateo, materialista, pro-mundialización, anti-militarista y pacifista». Según la información del diario «Le Monde» de París, Maikel Nabil, fue condenado por una corte marcial egipcia a tres años de prisión.
Sin embargo, hay mitos muy arraigados que empiezan a ser seriamente cuestionados. Por ejemplo, el importante diario árabe de Londres en idioma inglés Asharq Alawsat se ha convertido en un vocero del ultraliberalismo árabe (menos para Arabia Saudita o para los intereses sauditas, que financian el diario). No sólo que sus artículos de opinión cuestionan a las pretensiones de Bashar Assad de adjudicar las protestas en su país a conspiraciones extranjeras, sino que uno de sus colaboradores habituales, el Dr. Aadih al-Qarni arremete a fondo contra el complejo conspirativo árabe.
Por su indudable interés, vale la pena citar los fragmentos salientes del artículo.
Después de citar las acusaciones de los gobiernos sirio y yemenita y la prensa jordana contra conspiraciones extranjeras, escribe: «¿Cuándo abandonarán los árabes su complejo conspirativo y dejarán de buscar chivos emisarios para sus errores? ¿Cuándo abandonarán esta farsa? ¿Quiénes son Uds. para que el mundo conspire contra Uds.? ¿Por qué el mundo debería tomarlos como blanco o envidiarlos? ¿Por su riqueza? ¿Mientras vuestros pueblos sufren hambre, vergüenza, ignorancia, enfermedades y subdesarrollo? ¿O es que el mundo quiere apoderarse de vuestras «gigantescas» industrias, su «enorme» producción, sus centros de investigación, sus arsenales, sus barcos de guerra y acorazados, cuando Uds. ni siquiera son capaces de fabricar un auto? El presupuesto anual de una sola multinacional occidental es mucho más grande que el presupuesto conjunto de los países árabes citados. Sus pueblos se han lanzado a las calles pidiendo alimentos, medicinas, aire y agua limpios, electricidad, libertad y dignidad. Ellos no han logrado cubrir las necesidades mínimas de sus ciudadanos y por ello acusan al mundo de conspiración.
Los Estados Unidos, Europa, China, Japón, Canadá y Rusia, están ocupados con descubrimientos e inventos por lo que bien podrían pensar que ya es hora de que los árabes nos ocupemos de corregir nuestros errores, reconsideremos nuestra conducta y nos libremos del complejo conspirativo, que se ha convertido en un mal chiste y un truco viejo en el que nadie cree.
Luego de una obligada referencia al sagrado Corán, el articulista concluye: «Una persona enferma nunca podrá curarse si no admite su enfermedad ni podrá mejorar si no toma medicinas. No tiene sentido ocultarse en la oscuridad. La verdad sólo sale a luz si se tiene valentía, integridad para admitir errores y voluntad para cambiar con la intención de mejorar».
Difusion: www.porisrael.org
Muy interesante, como suelen ser los artículos y comentaros de Egon. Gracias.