Dore Gold
Jerusalem Center for Public Affairs
21/4/2011
En perspectiva histórica, tuvieron lugar significativas revoluciones tecnológicas que influyeron en el equilibrio de fuerzas estratégicas entre Israel y el mundo árabe y sobre la pregunta de estabilidad regional hasta la posibilidad de una escalada e, incluso, una guerra. Entre 1948 y 1967, quedó claro, por encima de cualquier duda, que la coalición de los países árabes siempre tendría un rédito cuantitativo en la guerra contra Israel. La conclusión fue que, Israel, debía cuidar su rédito cualitativo, en especial por medio de su Fuerza Aérea, a fin de alertar y, si hay necesidad, llevar a una definición clara en el terreno.
La prueba más sobresaliente fue durante la Guerra de los Seis Días. Pero, en 1973, los países árabes activaron un sistema de misiles tierra-aire a fin de rechazar los ataques de la Fuerza Aérea israelí y fortalecer la supremacía de las fuerzas terrestres, lo que condujo al éxito de los ataques, por parte de las fuerzas egipcias y sirias, en el Sinaí y el Golán. El péndulo osciló, a favor de Israel, en junio 1982, cuando los aviones de combate israelíes lograron eliminar, en un día, 23 sistemas sirios. Así quedó expresado el desarrollo tecnológico adicional que permitió, a Israel, conseguir una supremacía aérea en los cielos de Líbano y Siria.
Ese es el contexto histórico que explica que, en las últimas décadas, las aspiraciones estratégicas de los estados árabes de equiparse con misiles que puedan representar un sustituto a la Fuerza Aérea, espacio en el que Israel goza de un rédito contundente. El mismo principio rige sobre las organizaciones terroristas (Hezbollah y Hamas) de equiparse con misiles, empezando por Kassam y Katyusha.
En los últimos años, Israel permaneció sin respuesta adecuada al uso creciente de los misiles desde Líbano y la Franja de Gaza. Esta semana, por primera vez, Israel exhibió una respuesta tecnológica a esa amenaza cuando puso en funcionamiento el sistema Cúpula de Hierro. ¿Pero ese sistema representa una respuesta que devuelve, otra vez, el movimiento del péndulo a favor de Israel?
No hay dudas que, el sistema Cúpula de Hierro, representa un logro importante para Israel. En el presente, no hay ningún otro país en el mundo que haya logrado desarrollar un sistema anti-misil operativo. En 1996 Israel y Estados Unidos decidieron desarrollar, en conjunto, un sistema basado en un láser químico. Entre 2000 y 2001, fue probado en Nueva México y logró rechazar Katyushas, morteros y artillería. El material químico, indispensable, para todo lanzamiento es relativamente barato (entre 300 a 1000 dólares). A efectos de comparación, el costo de un misil Kassam es de 200 dólares. El sentido es que pueda competir, con éxito, con el arsenal de misiles en propiedad de Hamas (también desde el punto de vista económico). Un problema central fue el espacio de tiempo continuo que tomó convertir el sistema en operativo. Otro problema fue la limitación del armamento, basado en rayos láser, de actuar bajo todas las condiciones del clima.
Esos problemas empujaron, a Israel, a encontrar una respuesta anti-misil y esa idea generó el sistema de Cúpula de Hierro. Una limitación significativa de Cúpula de Hierro es el tema del costo que, según distintas publicaciones de los medios, es valuado en 100 mil dólares por misil**. Incluso si el valor del producto fuera menor al precio oficial y si fuera posible reducir el costo de fabricación a través del hallazgo de nuevos mercados de exportación, aún se trata de armas en las que el precio de lanzamiento es de decenas de miles de dólares. ¿Cómo podrá un arma, de tan alto valor, enfrentarse a misiles cuyo costo asciende a cientos de dólares solamente? Según informes de los medios, el 75 por ciento de los misiles que lanzan Hamas y Hezbollah caen en espacios abiertos y solo algunos explotan en terrenos poblados. Según esos datos, quienes proyectaron Cúpula de Hierro decidieron que, el sistema, rechazase solo los misiles que se mueven en circuitos de grandes ciudades, densamente pobladas.
El poder de Cúpula de Hierro de distinguir entre misiles que deben ser eliminados de aquellos que no deben serlo, lo convirtió en mucho más conveniente desde el punto de vista económico. Pero incluso si el sistema limita, o reduce, el alcance de daño de los misiles, se mantiene lejos de ser una respuesta abarcativa a la amenaza de misiles por parte de Hamas en el sur. Si partimos de la suposición que Sderot y las localidades alrededor de Gaza continúan siendo objetivos para los Kassam y las bombas de mortero, la amenaza de armas dirigidas subsiste.
La pregunta más importante es: ¿Cómo influirá el posicionamiento de Cúpula de Hierro en los cálculos de los líderes de Hamas y sus colaboradores iraníes? Si bien los misiles de Hamas estuvieron dirigidos, en primer lugar, a dañar a los civiles y sembrar el terrorismo en las localidades de Israel, el objetivo secundario (y no menos importante para Hamas y sus compañeros) fue dañar los objetivos estratégicos dentro de Israel.
En 2006 Hezbollah alcanzó Haifa, donde se localizan las bases de aprovisionamiento de petróleo y sostuvo que lanzó misiles hacia la base de la Fuerza Aérea en Ramat David.
El puerto de Ashdod, el segundo en tamaño en Israel, representó un objetivo para Hamas. El desmantelamiento de las bases de Cúpula de Hierro impedirá a Hezbollah y Hamas la posibilidad de dañar objetivos estratégicos en el futuro. En la medida en que Hamas no pueda afectar objetivos de ese tipo y se limite a atacar la región del anillo de Gaza, lo llevaría a repensar sobre la eficiencia de equiparse con misiles, utilizados en el pasado. Mientras tanto, Israel debe desarrollar sistemas que defiendan, con eficiencia, a Sderot, los kibutzim y localidades que permanecen en el frente. Todo sin olvidar que la opción de ataque se encuentra en manos de Israel, que no podrá conformarse sólo con defenderse. Solo así podrá modificarse la realidad en el terreno. El nuevo sistema de Cúpula de Hierro mejora, significativamente, el poder defensivo de Israel, pero modificará las reglas del juego solo en la medida en que, Hamas y Hezbollah, lleguen a la conclusión que los misiles no son más eficaces a sus objetivos estratégicos.
Fuente: Jerusalem Center for Public Affairs
**Nota de porisrael.
Según nuestros informes el costo del anti-misil de Cúpula de hierro es de 40.000 dólares.
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