Animado por la reciente decisión del Tribunal General de la Unión Europea de borrar a Hamás de la lista comunitaria de grupos terroristas, el movimiento islamista de la Franja de Gaza ha redoblado sus esfuerzos por lograr la destrucción de Israel.
Hamás también se ha envalentonado merced a la decisión de la Corte Penal Internacional (CPI) de iniciar una investigación preliminar de los supuestos crímenes de guerra israelíes cometidos en territorio palestino.
Evidentemente, Hamás ha interpretado ambas decisiones (la del Tribunal General comunitario y la de la CPI) como una luz verde que les permite proseguir con sus planes de eliminar a Israel; está convencido de que ambas decisiones lo acercarán más a la consecución de su objetivo.
Por eso, el movimiento islamista ha comenzado a reclutar a miles de jóvenes palestinos para su nuevo Ejército de liberación en la Franja de Gaza.
La campaña de Hamás, que lleva por nombre Vanguardia de la liberación, pretende reclutar a hombres jóvenes con edades comprendidas entre los 15 y los 21 años.
Hasta ahora, el programa ha logrado atraer a cientos de jóvenes gazatíes que, según el movimiento, constituirán el núcleo del nuevo Ejército de liberación.
Los nuevos reclutas recibirán instrucción militar de miembros del brazo armado de Hamás, las Brigadas de Ezedín al Qasam.
El principal objetivo del Ejército de liberación es, naturalmente, prepararse para la guerra contra Israel, según el portavoz de Hamás, Mushir al Masri, quien declaró:
El objetivo principal de estos campamentos de instrucción es preparar un ejército para la liberación de Palestina y de sus lugares santos en un futuro próximo. El gran número de voluntarios es señal de que nuestra gente respalda la opción de la resistencia a la ocupación, especialmente tras nuestras recientes victorias.
Al Masri manifestó su “honda satisfacción” por el gran número de jóvenes palestinos que se han enrolado en el nuevo ejército de Hamás. Señaló que se han abierto centros de reclutamiento en diversos puntos de la Franja, especialmente en mezquitas.
Lo que resulta pertubador en esta campaña es el hecho de que algunos padres palestinos hananimado a sus hijos a unirse al Ejército de liberación.
En un centro de reclutamiento de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, se presentó una mujer con su hijo de 15 años, el cual dijo a los agentes de Hamás: “Mi sueño es convertirme en yihadista”.
Los preparativos para crear el Ejército de liberación tienen lugar en un momento en el que el movimiento islamista se queja de la falta de apoyo a la reconstrucción de Gaza tras el último enfrentamiento militar con Israel.
En vez de dedicar sus recursos y esfuerzos a la reconstrucción de la Franja, el Movimiento de Resistencia Islámico está reclutando adolescentes para su yihad contra Israel. Utilizará a estos muchachos y a civiles como escudos humanos en la próxima guerra contra el Estado judío.
Hamás sigue llevando a los palestinos por el camino de la destrucción y de la muerte. La Autoridad Palestina de Mahmud Abás, que el año pasado firmó un acuerdo de reconciliación con el movimiento, no puede negar su responsabilidad por las acciones de éste, sobre todo si se tiene en cuenta el hecho de que ambas organizaciones forman parte del Gobierno de consenso nacional palestino.
Pero Abás y Hamás consideran que los europeos y muchos otros miembros de la comunidad internacional en realidad no se preocupan por la explotación y adoctrinamiento de los niños palestinos.
Cabe destacar que el rais y su Autoridad Palestina no se han manifestado en contra de la iniciativa de Hamás de formar el Ejército de liberación. Ello se debe a que, o bien aprueban los planes de los islamistas, o bien están demasiado asustados como para declarar su oposición a un plan que parece estar logrando un amplio apoyo entre las familias palestinas de la Franja.
En vez de declarar su oposición a los planes de Hamás, Abás está ocupado con lo que sus asesores describen como la guerra legal palestina contra Israel en Naciones Unidas, la Corte Penal Internacional y otros foros mundiales. Mientras él libra esa guerra legal, Hamás lleva a cabo preparativos reales para su otra batalla: es decir, la destrucción de Israel.
El tribunal europeo que eliminó a Hamás de la lista comunitaria de grupos terroristas no sólo ha cometido un crimen contra Israel, sino contra los adolescentes palestinos que actualmente están siendo adiestrados como yihadistas en los campamentos del movimiento por toda la Franja. La decisión de la CPI de iniciar una investigación preliminar de los crímenes de guerraisraelíes en los territorios palestinos debe considerarse un regalo para Hamás y sus partidarios.
Los dirigentes de Hamás fueron los primeros en celebrar la iniciativa de la Corte Penal Internacional; la denominaron “un paso en la dirección correcta”. Incluso se brindaron a proporcionar al Tribunal “miles de documentos” relativos a supuestos crímenes de guerra israelíes.
Hamás tiene toda la razón al estar contento con los europeos y con la CPI. La impresión que tienen sus dirigentes es que ambos están contribuyendo a que el movimiento islamista alcance su objetivo de borrar a Israel de la faz de la tierra.
Mientras estamos ocupados en quien tiene la justa, la izquierda el centro (si existe) y la derecha ellos tienen claro su objetivo y se preparan para ello.