Un escándalo. Una acción mafiosa. Un crimen atroz.
Asesinaron al Fiscal de la Nación Alberto Nisman[*] (encargado de la causa AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina).
Lo asesinaron pocos días después de presentar una denuncia contra la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner, el canciller Héctor Timerman, el diputado oficialista Andrés Larroque, y los dirigentes piqueteros oficialistas Luis D’Elía y Fernando Esteche.
Lo asesinaron horas antes de presentar en reunión ante el Congreso de la Nación material probatorio que sustenta la denuncia.
Lo asesinaron cuando estaba a punto de exhibir el encubrimiento y la fabricación de inocencia que pergeñó el kirchnerismo en favor de los imputados iraníes por el atentado terrorista contra la AMIA y la fabricación de inocencia.
El fiscal es encontrado en el piso del baño de su departamento en un charco de sangre, boca arriba, con un disparo en la sien derecha, efectuado por arma de tipo pistola calibre 22, dejando orificio de entrada y sin orificio de salida.
Muerto, como los islamistas iraníes y más de un kirchnerista quería.
Muerto, como a los silenciadores de voces, los mentirosos consuetudinarios, los malvados criminales, les convenía.
Muerto, como los encargados de seguir poniendo trabas camino a la justicia de la AMIA deseaban.
Muerto, como los amenazadores de él y su familia prometieron.
Alberto Nisman, sustentado en la grandeza de su obra, la entereza de su trabajo y la valentía de su persona, fue un Héroe. Fue quien logró re-encauzar AMIA, reunir las pruebas para imputar a los funcionarios iraníes, reconstruir los hechos relativos al criminal atentado, y denunciar un nuevo encubrimiento (otro más) de las autoridades estatales argentinas. Nisman mostró el camino, cómo se debe hacer para investigar y perseguir judicialmente al terrorismo internacional, y cómo un fiscal puede sobreponerse a las adversidades planteadas por gobiernos, mafias y células terroristas para llegar al meollo del asunto.
Nisman simboliza uno de los pocos sostenes de la República que quedan en este país. Personas como él son las que merecen estar vivas, para seguir luchando por la Justicia. Personas como los funcionarios kirchneristas que aprobaron el Memorándum de Entendimiento con Irán (el documento legal superficial que escondía el plan de impunidad para los culpables iraníes a cambio de restablecimiento de relaciones comerciales entre Argentina e Irán) y defienden fanáticamente a la cabecilla presidencial, son las que merecen estar muertas.
[*] Descarto las hipótesis de suicidio a) por depresión o personalidad suicida porque son versiones insostenibles difundidas por el oficialismo que no merecen mayor consideración y no tienen un mínimo asidero en la realidad; b) inducido porque no hay pruebas y la persona en cuestión había recibido incontables amenazas en el pasado sin llegar a ello.
Todo el contexto de la situación apunta a que se cometió un asesinato, que sería lo lógico.
Lamentablemente el fiscal Nisman (z»l) no comprendio que intentar presentar publicamente el resultado de su investigacion, era negarse a creer inocentemente en el famoso …..המלך עירום