Pocos lo saben pero, en las últimas semanas, uno de los objetivos principales de la inteligencia del Estado de Israel no fue otro que William Schabas, nombrado para encabezar la comisión de la ONU para investigar los sucesos de Margen Protector “por mandato del Consejo de Seguridad”. La sección de Información de las FDI, la Cancillería, otros organismos gubernamentales y organizaciones todas, “indagaron intensamente en el pasado del responsable de la Comisión”. Cada expresión pública, dando cuenta de su tendencia unilateral hacia el conflicto israelí-palestino, fue citada y se reunió no poco material, menos público. Esta semana, apareció la carta ganadora: el Embajador de Israel ante la ONU, presentó al encargado de la Comisión de Derechos Humanos, un documento que demuestra que Schabas fue contratado por la OLP, en el año 2012, y percibió un monto de 1300 dólares por su asesoramiento. Schabas sostuvo que todos asesoran pero, con rapidez, renunció a su cargo. La diplomacia israelí registró un gran triunfo. Pero, se trata de una victoria en una sola batalla, no en la guerra toda.
Por más grande que sea el logro, la renuncia de Schabas es solo una parte de la batalla política que se lleva a cabo, con todo ímpetu, desde Margen Protector, al mismo tiempo que las FDI ya terminaron, casi por completo, las investigaciones de la guerra y se disponen al reemplazo de su plana mayor, en menos de dos semanas, y vale considerarlo en vías a una nueva guerra que puede desplegarse, en primera instancia, por las tensas fronteras del norte.
La visita de la delegación israelí a la ONU esta semana muestra que, la ofensiva política, tras la guerra se pone en práctica en varios frentes al mismo tiempo. Fuentes de la delegación destacan que lo que convirtió a Margen Protector en una batalla política, sin precedente, lejos de terminar es el hecho que, en los años transcurridos desde operaciones anteriores, como Pilar Defensivo (2012), los palestinos obtuvieron un status parcial de estado ante la ONU, que los habilita a avanzar contra Israel. Y ellos, de verdad, atacan a Israel, una y otra vez, en el marco de su estrategia de derivar el conflicto a los ámbitos internacionales.
El Consejo de Derechos Humanos, en donde se desarrolló el mini-drama esta semana, es un organismo relativamente excepcional, incluso en términos de la ONU. La comisión, creada en la década pasada y con sede en Ginebra, pertenece a la ONU, sin estar sujeta al Secretario General del organismo. El objetivo de la comisión es luchar contra las violaciones a los derechos humanos en el mundo pero, por algún desconocido motivo, el 33% de sus debates se ocupan de las supuestas violaciones de Israel. Con relación a los masacres de Boku Haram en Nigeria, a modo de comparación, no se llevó a cabo ni un solo debate. La guerra civil en Siria, que produjo ya cientos de miles de muertos y millones de refugiados, fue elevada a deliberación en solo una oportunidad.
El Consejo de Derechos Humanos funciona, por fuerza, de dos puntos de decisión: uno, se refiere a las violaciones de derechos humanos en todo el mundo y, el segundo, solo destinado a las violaciones perpetradas por Israel. Solo Estados Unidos, Israel y Canadá se opusieron a ese ítem. De hecho, también, un país de nombre Palau. Por el contrario, todos los países de Europa se abstuvieron en la votación sobre ese ítem.
Israel no reconoce la legitimidad del Consejo ni de la comisión para la revisión de los sucesos de Margen Protector, que fuera creada a su pedido. Tampoco Estados Unidos y, de todos modos, la comisión encabezada por Schabas, capaz era de convertirse en una difícil amenaza de divulgación para Israel. Por eso, la renuncia es un gran logro político pero es de considerar que, en el lugar de Schabas, haya otro responsable para la investigación de Margen Protector, tampoco sionista en sus concepciones.
Pero, a la par de la batalla en Ginebra, se abrió esta semana otro frente. Se trata de La Haya, capital de Holanda, donde funciona la Corte por delitos de guerra que ni en Israel ni en Estados Unidos le tienen simpatía. Los palestinos presentaron, el mes pasado, en la Haya, una protesta contra Israel, aceptada en un solo día. La Corte ordenó abrir una revisión inmediata sobe la pregunta si hay lugar a la investigación penal por los delitos de guerra en Margen Protector. Esa revisión puede prolongarse por años. Hay antecedentes de ello, por ejemplo, la Corte aún no terminó revisiones similares, a partir de denuncias de acciones de Estados Unidos en Afganistán, presentada en 2006 y la guerra de Rusia contra Georgia, en 2008. Pero, Israel no es Estados Unidos ni Rusia: es un objetivo mucho más pequeño sobre el cual la Corte tiene facilidad para pronunciarse. Por eso, Israel invertirá muchos esfuerzos para frustrar la demanda (ya hizo bastante, como la presentación de heridos de Margen Protector del kibutz Nirim en La Haya).
Deslegitimación
El estratégico esfuerzo palestino incluye, también, una campaña de deslegitimación alrededor del mundo contra Israel. Una visita a San Francisco, la semana pasada, permitió una observación de cerca a ese frente. Solo en la zona de San Francisco funcionan más de cien organizaciones con una clara agenda anti-israelí, llevando a cabo una campaña organizada en los medios, campus, y redes sociales por internet. El presupuesto conocido de esas organizaciones, que en su mayoría son financiadas por generosas donaciones árabes, alcanzan los 8 millones de dólares, pero son estimadas en 24 millones de dólares al año.
Es cierto que existe una relevante actividad pro israelí con financiamiento de donaciones de judíos, pero el presupuesto oficial del Estado de Israel para la actividad anti provocación en la región de la costa oeste de Estados Unidos, es de solo 50 mil dólares. Cuando empiece el desplome político, a partir de la sistemática campaña de deslegitimación (y hay quienes sostiene que, en estos días, ya comenzó) se podrá señalar la ausencia de presupuestos de la Cancillería como uno de los principales motivos para tender la mano israelí.
Volviendo a la ONU, en Nueva York, el Consejo de Seguridad, considerado el más eficaz y significativo de todos los organismos de ONU (la Segunda Guerra del Líbano, por ejemplo, terminó con una resolución del Consejo, muy cómoda para Israel), se fue transformando en cada vez más hostil hacia el tema israelí. Para peor, se creó una situación que comenzó desde el inicio del año 2015 cuando se incorporaron al Consejo, además de los países fijos con derecho a veto, en especial países que en su mayoría no son considerados amigos: Lituania Nigeria, Chad, chile, Jordania, Nueva Zelanda, España, Angola, Malasia y Venezuela (pro iraní).
Israel padece, en los últimos años, del retorno de la Guerra Fría al ámbito de la ONU: los rusos, que se sienten favorecidos por las acciones de la OTAN contra Libia, votan desde entonces con el veto automático contra todo interés norteamericano. Desde su punto de vista, Israel es considerado una especie de ramificación de Estados Unidos, incluso en momentos menos buenos para la alianza estratégica entre los dos países.
Método de ataque
En la delegación israelí a la ONU dicen que uno de los caminos para fortalecer el status de Israel en la organización (y en la misma oportunidad traer sustento para la industria israelí) es fortalecer las ventas israelíes a la propia organización. Resulta ser que, el presupuesto de la ONU, financiado por pases miembros y, en especial, Estados Unidos, se registra en no menos de 5,5 mil millones de dólares por año. El presupuesto para el financiamiento de 120 mil policías “para las fuerzas de paz” alcanza 8 mil millones de dólares más. Es mucho dinero e Israel cuenta con mucha tecnología y conocimiento para ofrecer. La delegación de Israel a la ONU se conformó con un representante especial de ese sector para promover el tema y, en estos días, se llevan a cabo no pocos contactos entre funcionarios de la ONU y empresas de tecnología israelí.
Pero, la principal batalla, tiene lugar día a día entre las salas de la ONU y los preparativos para los encuentros de la Asamblea General. En ese sentido, dice el embajador de Israel ante la ONU, Ron Prosor, que la delegación de Israel adopta, desde hace tiempo, un “método de ataque”.
En opinión de Prosor, la estrategia israelí hoy consiste en no aceptar las resoluciones anti israelíes (que se adoptan como algo rutinario en las diferentes comisiones) y quejarse por ellas en casa, sino “contraatacar”. En la delegación israelí no destacan justamente ese ejemplo. Pero cuando el representante de Turquía al Consejo de Seguridad acusó, hace poco, a Israel por violar los derechos humanos en Gaza, Israel salió en contra-ataque sosteniendo que Turquía es un invernadero del terror de Hamas e ISIS. Los países árabes, que atacan a Israel, reciben ataques de respuesta, preparados con anticipación, sobre la violación de derechos humanos en sus países. Qatar, que apoyó a Hamas antes de Margen Protector y con mayor énfasis durante la guerra, obtuvo un trato agresivo, en especial, que junto a las acciones por parte de otros países occidentales barrió su suelo. El embajador Prosor escribió una nota contra Qatar, publicada por diarios norteamericanos líderes.
Los qataríes tienen un enorme temor de perder su lugar de sede de Copa del Mundo en 2022, que ya les fue otorgada y con ( o sin) relación al ataque en su contra, cambiaron ahora su dirección: se alejan de Hamas y se acercan políticamente a Egipto.
Asimismo, además de los ataques en contra, Israel avanza por presentar propuestas de resolución en temas globales y enviar delegados a las diferentes comisiones de la ONU, a disgusto de los países árabes, que lo consideran un estado ilegítimo. “Incluso si la tendencia de ataque no evita la campaña contra Israel, provoca a todo elemento que nos ataca, pensar antes de hacerlo, varias veces, porque sabe que, a partir del ataque, recibirá una respuesta. Parte de los países, considerados no especialmente democráticos, preferirán no atacarnos y dejar el intento a otros países”, dice Prosor.
“En el verdadero campo de batalla uno tiene opciones de avanzada, fuerzas de maniobra, retaguardia y recursos bélicos diversos”, dice el embajador Prosor y “en el campo de batalla político, que llevamos a cabo, hay muchos frentes y diversos recursos. Lo importante es el método y no nos proponemos dejar de luchar”.
A juicio de Prosor, “De algún modo, los palestinos provocaron una situación que, a pesar de los muchos conflictos en el mundo, el conflicto israelí-palestino tiene un status fijo y especial. Funcionan como un estado en nombre de la Franja de Gaza, gobernada por una organización terrorista, sin tomar ninguna responsabilidad por el terror en ese territorio. Se trata de una situación absurda”.
–Los atentados en París no provocaron un cambio mundial hacia el terror, como los atentados del 11 de septiembre de 2001, fueron un suceso crucial en el método de Estados Unidos.
“Hubo una sensación que, a partir de los sucesos en Europa, habría más comprensión sobre el terror en sí pero, a mi pesar, muchos factores persiguen diferentes intereses”, dice Prosor.
–Entonces, no se generó, en Europa, el “efecto 11 de septiembre?”
“Para nada. En todo Europa dan vuelta ciudadanos que retornaron de lugares de combates de ISIS y representan un grave peligro pero, por lo menos, por ahora, esa situación no trae mayor comprensión mundial a nuestras necesidades en el marco de la lucha contra el terror”.
Y otro punto de reflexión, para Prosor. “En Israel se despliegan múltiples fuerzas de la ONU para la protección de la paz, que aún no estalló en nuestra región. La fuerza más famosa es UNIFIL en Líbano. Pero, en las Alturas del Golán en Siria, aún rige el mandato oficial de los hombres de UNDOF. En Hebrón hay una fuerza suiza transitoria de TIFA (desde los acuerdos de 1998). Fuerzas se emplazan incluso en Jerusalén y, por supuesto, en Sinaí.
-¿Acaso no ha llegado el momento de evaluar, de nuevo, el concepto de esas fuerzas?
“Excelente pregunta”, sonríe Prosor. “Lo más dramático que hicieron las fuerzas de la ONU en las Alturas del Golán, durante 40 años, fue salvar a una vaca atrapada en un campo de minas. Cuando comenzaron los combates, muchos países quisieron restituir esos hombres a casa. Todas las fuerzas ,que se encuentran en las Alturas del Golán, permanecen solo de nuestro lado, disfrutan en los restaurantes y los cafés. En general, las fuerzas de paz no se desmantelan nunca sino se sustituyen unos a otros y, por supuesto, hay que reevaluar el tema.”
–La concentración de la opinión pública mundial sobre ISIS, Ucrania e, incluso, el Lejano Oriente, actúa a nuestro favor o en contra?
“La respuesta no es contundente. Las masacres continúan desarrollándose en el mundo e incluso aumentan pero, desde el punto de vista político, el conflicto israelí-palestino aún ocupa el centro”.
Para mi lo relevante de esta nota original e informativa, tome copia de lo siguiente:
{«El estratégico esfuerzo palestino incluye, una campaña de deslegitimación alrededor del mundo contra Israel. Una visita a San Francisco, la semana pasada,revelo que solo en esa zona funcionan más de cien organizaciones con una clara agenda anti-israelí, llevando a cabo una campaña organizada en los medios, campus, y redes sociales por internet. El presupuesto conocido y financiadas por generosas donaciones árabes, alcanzan los 8 millones de dólares, pero son estimadas en 24 millones de dólares al año». «Segun el embajador Prosor en la Onu En el verdadero campo de batalla uno tiene opciones de avanzada, fuerzas de maniobra, retaguardia y recursos bélicos diversos”, “en el campo de batalla político, hay muchos frentes y diversos recursos. Lo importante es el método y no nos proponemos dejar de luchar”.}
Lo que aprendi de la nota original es que «debemos contar con el presupuesto adecuado» para luchar politicamente como en el campo de batalla