Mientas los Estados del Golfo se quedan sin dinero para gastar y están experimentando shocks internos, la era del poder destructivo árabe está llegando a su fin; la mente israelí y la era de la innovación, por el otro lado, apenas están comenzando.
La noticia más dramática del 2014 pasó casi desapercibida: los EE.UU. levantaron las restricciones a las exportaciones estadounidenses de petróleo y, a partir del primer día del nuevo año, han comenzado a exportar petróleo a todo el mundo.
Nadie creyó que esto pudiera suceder tan rápido pero Estados Unidos ya es el fabricante de petróleo más grande del mundo, más grande que Arabia Saudita, inclusive, gracias a la tecnología de esquistos bituminosos (oil shale), la cual cambió el mundo de la energía.
En un año, se espera que Estados Unidos exporte casi un millón de barriles de petróleo por día y que produzca 12 millones de barriles al día. Irán, con la misma comparación, manufactura cerca de un millón y medio de barriles por día.
Esto significa que el precio del petróleo continuará disminuyendo, mientras que los EE.UU. ya están compitiendo contra otros fabricantes. Como resultado de esto, Rusia será devastada, Arabia Saudita y el resto de los Estados del Golfo se quedarán con un palmo de narices, el cartel colapsará y todas las dictaduras que se basaban principalmente en el petróleo- como Irán- se enfrentarán a un futuro sombrío.
Al mismo tiempo, democracias como Canadá, Brasil, México, Nigeria e, incluso, el pequeño Israel, entrarán en el mercado.
La era del petróleo árabe ha terminado, y también el poder destructivo de las dictaduras de petróleo del Golfo Pérsico. Estas dictaduras han controlado vergonzosamente a la Europa fallida: comprando políticos, sobornando compañías, tomando el control de la economía y adquiriendo poder político que también fue utilizado en contra de Israel.
Tomará algunos meses pero tanto los europeos como los estadounidenses se darán cuenta de que la era del poder árabe destructivo ha terminado porque los Estados del Golfo ya no tendrán dinero para gastar. Por el contrario, se sacudirán desde adentro por los shocks sociales, étnicos y terroristas, en virtud de que ya no tendrán dinero para continuar con el terror.
Las señales de la caída del poder árabe ya pueden verse. Veintidós Estados árabes hicieron un gran esfuerzo la semana pasada para adoptar una resolución anti-Israel en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pero fallaron. Los EE.UU. no se dejó intimidar por ellos, y tampoco lo hicieron los países de Occidente. Es cierto que Francia y Luxemburgo siguen siendo controlados por capital árabe, o eso piensan ellos, pero también se darán cuenta de que la era del dinero árabe ya terminó.
Pero, mientras los precios del petróleo siguen bajando, ¿qué le pasará a Rusia? El país está colapsando y podría recurrir a una guerra europea para salvarse a sí mismo. Y, ¿qué le pasará a Egipto, que es financiado por Arabia Saudita? El último está cortando su ayuda al Cairo porque el dinero ya no es una cuestión obvia.
Y, ¿qué hay de los Estados ricos del Golfo, como Qatar? Están engañándose a sí mismos con que alguien se interesará en ellos aun si no tienen petróleo. Algunos incluso están jugando con la idea del turismo. Bueno, si no hay petróleo, nadie querrá ir allá en absoluto y la arena una vez más cubrirá las torres que han construido.
Y, ¿la autoridad palestina de Mahmoud Abás? Bueno, incluso antes de la crisis, nadie en el Golfo realmente donó dinero a esta entidad, aunque sí realizaron algunas declaraciones de fiesta.
A medida de que el año 2015 inicia, enfrentamos un nuevo mundo: el mundo de la revolución de información, mente, fuerza personal, innovación e inventos. Y en este mundo, Israel es realmente experto.
La era del petróleo árabe ha terminado y la era de la mentalidad global e israelí está empezando. Es un hecho que países que no se habrían atrevido a acercársenos en el pasado- debido a la extorsión árabe- ahora lo hacen rápidamente, como para compensar el tiempo perdido.
Israel se está convirtiendo en un amigo cercano de países que, en el pasado, fueron distantes de él pero son cercanos ahora, como India, Japón, China y Corea del Sur. Ellos, también, entienden que aquéllos que no son innovadores y a quienes les falta una mente creativa no lograrán ser. Y en este campo, Israel tiene mucho que ofrecerles, así como ellos tienen mucho que ofrecerle a él.
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