El Dr. Eduardo Kohn acaba de participar en representación de su institución, en el V Foro Global de Lucha contra el Antisemitismo que se realizó en Jerusalem. Fue una oportunidad para analizar el tema , que convocó a aproximadamente 1200 participantes de 50 países, la mayoría judíos, pero también cristianos, musulmanes y sikhs.
Como uruguayo y latinoamericano y como judío que se preocupa también por lo que les pasa a hermanos judíos en otras partes del mundo ¿dónde dirías que hay que poner el énfasis en cuanto al tema del antisemitismo hoy en día?
Uno de los problemas más importantes es el reconocimiento general de la problemática que suponen las redes sociales, el tema de la inabordabilidad de las redes sociales o cómo y hasta dónde se puede abordar. De la misma manera que uno puede pensar que las redes sociales generaron hasta una revolución en la Plaza Central de El Cairo, o que pueden causar otro tipo de revoluciones, pueden encausar una campaña de antisemitismo, y eso está pasando en muchas partes del mundo.
Nos quedó claro que es indominable la viralizacion de una red social. Lo que no es incontrolable es la responsabilidad jurídica, ética y moral de las empresas. Si las empresas como Google, Youtube, Twitter, Facebook, de pronto dicen «prostitución infantil es una inmoralidad y se corta la página, se corta al suscriptor, se corta todo el vínculo con esa publicación», bueno, la misma inmoralidad es el discurso del odio, todo discurso del odio, todo discurso de discriminación y, por supuesto, también el antisemitismo.
Y el problema es a nivel mundial…
Por supuesto. Hay que trabajar en todo el mundo, Latinoamérica no está exenta, allí también se usan mucho las redes sociales para difundir discursos de odio de todo tipo. Sudamérica está enferma de discriminación desde hace mucho tiempo, nadie se salva de eso. Ese es uno de los grandes caminos a seguir, que es difícil, porque es difícil encontrar normas de Derecho Internacional que puedan cuadrar hoy en este tema de las redes sociales.Todavía no se inventaron.
Lo otro es que parece muy importante que hayan venido más de 1.200 personas de más de 50 países, lo cual quiere decir que hoy el antisemitismo es un problema grave para todos. Estoy de acuerdo con el mensaje final de la ex parlamentaria y diplomática israelí Colette Avital: «Cuidado con equivocarnos, cuidado con decir ‘Estamos en 1930’, tampoco las comparaciones… Las comparaciones con equívocos traen peores equívocos, por suerte no estamos en el año 1930». Y estoy muy de acuerdo. No estamos en el 30, estamos en Jerusalén, en el Estado de Israel, venimos de países donde, con problemas de antisemitismo o no, ejercemos nuestro judaísmo ,publicamos y hablamos después con nuestro gobierno, pedimos leyes antidiscriminatorias. ¿Tenemos un problema? Sí, hay un problema de antisemitismo, hay que enfrentarlo. Y creo que eso ha sido muy positivo.
Yo fui a escuchar uno de los paneles, apasionante, con tres líderes musulmanes: Usama Hasan de Reino Unido, un Imán de Italia Yahya Pallavicini, el presidente de la conferencia de Imanes de Francia Hassen Chalghoumi y un líder del Partido Social Demócrata de Dinamarca Lars Aslan Rasmussen de padre kurdo, o sea, de ascendencia musulmana. ¿Qué te parece la participación de no judíos, tanto musulmanes como, entiendo, aparte, cristianos, en un foro de este tipo?
Yo tuve el privilegio de asistir a los tres últimos foros, pero sé que desde el primero siempre se procuró tener parlamentarios, congresistas o gobernantes de distintos países y también líderes religiosos que no sean judíos. Creo que en esta vez se logró la mayor participación.
Al mundo le cuesta mucho creer en el diálogo, y no hablo ahora del diálogo interconfesional judeo-cristiano, que es muy importante, sino del de todas las religiones. Hay que encontrar a las personas porque ninguna religión predica matar al otro, los que predican eso son los que usan a la religión como argumento para generar el sentimiento negativo. Les pasa a los musulmanes y puede pasar en otras religiones.
Me parece que es una señal muy importante que hayan venido además de países europeos claves en el tema del antisemitismo. Hoy tenemos un rebrote de antisemitismo con hechos que ninguna comunidad europea de Francia, Dinamarca, Noruega o Bélgica soñaba no hace 30 o 40 años si no hace 10 o cinco. Es importante que sepan que el problema no es con todos los musulmanes, la generalización es mala, y en este caso me parece que el foro muestra que está creciendo no sólo por la preocupación del Estado de Israel o de las comunidades judías, sino que es un foro de combate contra el antisemitismo y contra las formas de discriminación en general. Pienso que el foro se ha ampliado mucho y ha alcanzado una madurez muy importante con esta V edición que se ha desarrollado en Jerusalén.
Nos interesa lo que pasa a nivel de antisemitismo en todo el mundo como judíos y como ciudadanos del mundo y nos tiene que importar ante todo lo que pasa en nuestro Uruguay. Últimamente resurgió la polémica, a raíz de notas en la prensa. A mí siempre me pareció que está claro que evidentemente que hay antisemitas en Uruguay, como hay lamentablemente en todo el mundo pero eso no quiere decir que Uruguay sea un país antisemita. ¿Cómo ves la polémica, o el resurgimiento del tema?
Es inevitable pensar en la misma pregunta ubicada en otro momento en el tiempo, hace un año, o casi un año, porque la comunidad judía en general sufrió un cimbronazo muy importante durante la guerra en Gaza y ahí se levantó otro tipo de polémica. O sea, durante la guerra en Gaza se vio un surgimiento de un antisemitismo que ya estaba, sin ninguna duda, porque tenés cuatro kilómetros de [la ruta] Interbalnearia pintada: «Fuera judíos del Uruguay», yo mismo hice la pregunta públicamente sobre dónde figura la guerra de Israel en Gaza ahí. En esos grafitti decía que los judíos uruguayos nos tenemos que ir del Uruguay, y lo mismo aparecía en Montevideo, después había insultos y otras cosas y la comunidad se sintió muy tocada.
Se sintió además muy tocada porque todas esas cosas podían pasar eventualmente y pasaron durante distintas épocas -en las redes sociales también se vio cuando la guerra en Gaza en 2009, aunque con menos intensidad-, pero lo que nunca había pasado es desde el poder político. O sea, siempre hubo sectores políticos que tenían una visión muy contraria y muy negativa ante Israel, pero de ahí a llegar al antisemitismo directo contra los judíos uruguayos parecía que había una distancia, sin embargo, también ahí hubo un problema.
Pero las críticas del nivel político, fueron a Israel, no a los judíos uruguayos…Lo digo no para minimizarlas sino para aclarar con exactitud.
Claro, el problema es que hubo coincidencias en el momento que se dice que Israel es genocida -y lo dice el gobierno que estaba en ese momento [el de José Mujica] porque el presidente que está actualmente [Tabaré Vázquez] ya en ese momento dijo que no era así. No era una controversia interna política, era simplemente el uso de palabras muy fuertes, de acusaciones que no eran ciertas desde ningún punto de vista, ni jurídico ni nada, pero que coincidían con una mayor virulencia en las redes sociales, en la calle, en los ómnibus… Hubo muchos incidentes. Olvidarnos de eso, decir que todo eso terminó y que todo eso desapareció simplemente porque bajó la intensidad al terminar la guerra es muy peligroso, porque evidentemente los que escribieron en ese momento en las redes sociales no se fueron de Uruguay, y habría que ver si los que estaban de acuerdo en ese pensamiento sobre Israel dejaron de pensar de esa manera. Es muy dudoso.
Sea como sea, es importante destacar cómo se percibe la situación actual, con autoridades que han sido muy claras al adoptar un tono diferente.
Por supuesto. Lo que yo digo es que en Uruguay me parece que los antisemitas que estaban siguen estando, pero el país tiene constituida una democracia que en eso es sólida, tiene una ley antidiscriminatoria sólida, tiene autoridades democráticas sólidas, tiene división de poderes sólidos, tiene un Poder Ejecutivo que ha hecho declaraciones públicas muy sólidas. El presidente de la República estuvo cuando era candidato en la B’nai B’rith en el mes de octubre, muy poquito antes de la elección, y fue contundente con este tipo de temas, dijo: «Uruguay está en contra y va a estar siempre en contra del terrorismo, eso sí que tenemos que enfrentarlo». Uruguay hoy tiene opiniones contundentes de la vida política, excepto algunos sectores. Hay un sector parlamentario que se dedica a condenar a Israel y puede estar generando opiniones antisemitas en cierta parte de la población, es cierto, pero no es un partido declaradamente antisemita ni está violando la ley antidiscriminatoria aunque se dedica a hacer ese tipo de proselitismo. Pienso que hay que ser cuidadoso con eso.
Y casi de más está aclarar, que inclusive si hay antisemitas también en nuestro país, los focos principales de preocupación, son otros…
Esto está claro. Desgraciadamente hay ejemplos durísimos en Latinoamérica. Yo acá tuve que presentar una mirada general en el subgrupo de trabajo sobre antisemitismo en Latinoamérica y la verdad que cuando uno presenta una mirada general, lo que vive la comunidad argentina hoy, lo que está viviendo hace 10 años la comunidad de Venezuela, lo que tiene que vivir una comunidad muy pequeñita como es la colectividad judía boliviana cuando el presidente [Evo Morales] arranca con sus discursos chavistas y demás….. Bueno, Latinoamérica tiene en muchos países problemas muy importantes que no conocíamos antes: cuidado con los pasaportes libres, con Hezbolá y sus bases en toda América Latina, con el señor Moshen Rabbani buscado por el crimen de AMIA que ha entrado a América Latina y se ha mirado para el costado, con los institutos culturales que promueven el odio… O sea, América Latina tiene muchos problemas de antisemitismo reales. Yo creo que lo que hay que atacar son los problemas reales, y en ese caso hay que pedirles cuentas a los gobiernos populistas que no sólo no lo atacan en forma real, sino que además lo niegan, lo que es peor.
Muchísimas gracias Eduardo.
Gracias a ti.
Como uruguayo, con raíces espirituales Judeo cristianas, es positiva la afirmación del conferencista Kohn. Y destaco que el 90 por ciento de los uruguayos, somos callados, pero firmes en nuestras convicciones. Y hay un pequeño grupo, de compatriotas que son más ruidosos que los otros. Pero a la hora de la verdad, sabemos quienes somos y adonde vamos.